Empresas y finanzas

Prestamistas nipones en retirada por un nuevo limite oficial de intereses

Gonzalo Robledo

Tokio, 10 ene (EFECOM).- Las empresas japonesas de créditos no bancarios, conocidas por recuperar los préstamos incluso cuando el deudor se suicida, reducen sus negocios de cara a una regulación que limitará los excesivos intereses que cobran a sus clientes.

Actualmente, las empresas prestamistas niponas pueden exigir un máximo de interés sobre los créditos del 29,2 por ciento anual, pero desde 2009 la ganancia sobre el dinero prestado se limitará hasta un 20 por ciento.

La nueva normativa regulará también los créditos que cada cliente podrá pedir a un tercio de su salario anual y reducirá un 30 por ciento en los ingresos de las empresas prestamistas, algunas de las cuales han llegado a superar en beneficios anuales a multinacionales como Sharp o Nintendo, según fuentes del sector.

Conocidas como el refugio de las personas con problemas económicos que son rechazadas por las entidades bancarias, las casas de préstamo en Japón forman un poderoso sector relacionado a menudo con el crimen organizado y con sus agresivas prácticas de cobro.

Además del asedio constante al deudor o a sus familiares, las firmas de créditos japonesas llegan a suscribir seguros sobre la vida del cliente y cobran la póliza en caso de muerte por accidente, enfermedad o incluso suicidio.

Los seguros de vida se hacen en muchos casos sin que el individuo se percate y en 2005 las empresas que se beneficiaron de las pólizas de seguros contratadas en secreto para sus clientes recuperaron deudas de 3.649 suicidas.

En ese mismo año las empresas Acom, Aiful, Takefuji, Promise y Sanyo Shinpan recibieron compensación de las compañías de seguros por 39.880 deudores fallecidos antes de pagar su deuda, de los cuales los que se quitaron la vida fueron el 9,1 por ciento.

Aunque los herederos de un deudor están obligados por ley a asumir las deudas del muerto, los seguros de vida funcionan como garantía para los prestamistas en el caso de que los familiares quieran evadir el pago.

Según el diario Nikkei, el número de deudores que pagaron con su vida las deudas con los prestamistas podría ser más alto ya que muchos seguros no exigen entregar un certificado de muerte para efectuar los pagos.

Las casas de crédito no bancario en Japón empezaron en la década de los años 50 cuando, incentivados por el rápido crecimiento del "milagro económico", los empleados contraían créditos avalados por sus crecientes salarios.

En 1954 el límite de los intereses que las casas de préstamos podían cobrar fue fijado en el 109,5 por ciento.

Los altos intereses provocaron cadenas de endeudamiento en las que el cliente de una empresa prestamista pedía dinero a otra para pagar a la primera y, en el peor de los casos, a una tercera para saldar sus deudas con la segunda.

El colapso de la llamada "burbuja económica" japonesa en los años 90, que devaluó el precio del suelo, mejoró los negocios para los prestamistas.

Al no requerir aval para sus créditos, los prestamistas ofrecieron créditos a los rechazados por la banca y, aunque solucionaron los problemas de muchos, no faltaron las crónicas de suicidios por el exceso de presión de los cobradores.

La reducción del margen de maniobra provoca una reestructuración que afecta además a firmas extranjeras como Citigroup, que planea cerrar el 80 por ciento de sus filiales para créditos no bancarios en Japón, y a otras firmas locales como Acom, que cerrará 100 sucursales y 80 cajeros automáticos.

Todo ello anticipa la mayor reorganización en años de un sector cuyos anuncios de televisión prometen que todos los problemas de la vida se terminan con un préstamo oportuno. EFECOM

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