
La cartera industrial de Cajasur es prácticamente monosectorial. Casi la mitad de las inversiones realizadas por la entidad cordobesa pertenecen al mercado inmobiliario. A cierre del primer trimestre de 2009, el 44,51% del valor contable de sus sociedades dependientes tenían relación con la actividad promotora, según reza un informe enviado esta semana por la caja a la CNMV.
Esta concentración de riesgos le llevó a finales del ejercicio pasado a superar el límite legal establecido, después de que tuviera que canjear deuda por activos para controlar el repunte de la morosidad. En los primeros meses de este ejercicio, la entidad de ahorros controlada por la Iglesia hizo los deberes y volvió a la legalidad tras la exigencia del Banco de España.
Venta de filiales
La institución financiera se ha desprendido ya de algunas filiales, algunas de ellas con minusvalías. Entre las ventas destaca Prainsur, Tradelia o, la más reciente, Empresas Asociadas del Sur, traspasadas en enero con unas minusvalías de 2 millones de euros. Otras, en cambio, han pasado a consolidarse al 100%, como Tremsur o Prienesur, que acumulan tan sólo entre las dos unos resultados negativos de 68,3 millones de euros.
Cajasur participaba en esta sociedad hasta 2006 a partes iguales con el promotor Rafael Gómez, imputado en la Operación Malaya. La entidad anunció el saneamiento de la empresa, que se llamaba entonces Arenal Sur 21, para su posterior venta. Los costes extraordinarios del plan se elevaron a 84 millones de euros, pero, según reconoce ahora, "la venta ha quedado congelada" ante la situación del mercado y la falta de ofertas.
Prienesur cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 28,8 millones de euros, y aunque la caja lo niega, en el sector cada vez hay más rumores sobre su delicada situación financiera.
Pérdidas de 73,8 millones
La caja que preside Antonio Pulido está sufriendo, en cualquier caso, su elevada exposición al sector inmobiliario en un momento muy complicado, con las ventas cayendo en picado y los precios de la vivienda desplomándose.
De hecho, todas sus sociedades inmobiliarias supusieron a Cajasur unas pérdidas de 73,8 millones de euros el año pasado, más del doble que el ejercicio anterior, obligando a la entidad a realizar las provisiones oportunas. Y la situación, lejos de mejorar, se complicada cada día más. Tan sólo en el primer trimestre de este ejercicio, los números rojos por todos sus activos, principalmente del ladrillo, alcanzan los 48 millones, más del doble que en el mismo periodo de 2008.
Las dotaciones han mermado el beneficio de la caja y su solvencia, hasta el punto que ha tenido que poner en marcha un plan de saneamiento global que incluye recursos propios, liquidez y actividad comercial. Al mismo tiempo, ha decidido vender participaciones que no pertenecen al sector inmobiliario y proceder a la venta ordenada de las viviendas enajenadas por los impagos de hipotecas.
En los tres primeros meses del año, la institución ha cedido así el 6% del Diario de Córdoba con unas ganancias netas de 2 millones de euros. En la actualidad controla el 25% del periódico. También se deshizo de Aceites de Oliva Baena con unas ganancias netas de 82.440 euros.
Venta de pisos embargados
En lo que respecta a las viviendas, los inmuebles embargados por insolvencias alcanzan los 213 millones de euros frente al millón apenas que representaba a cierre de marzo de 2008. La entidad ha comenzado la venta de estas viviendas de una manera ordenada e individualizada en la que se detalla el precio de la transacción.
Este plan está gestionado por su inmobiliaria GEC Quermes, que es la encargada de tramitar todas estas operaciones.
El negocio inmobiliario de la caja
Fuente: Cuentas Cajasur / elEconomista