Empresas y finanzas

Alarde de diseño y estabilidad

Con sólo acercarse al nuevo Audi TT Roadster ya se perciben sus cambios estéticos: unos faros más afilados, con un aire más felino, una nervadura lateral alta, que sugiere robustez, y el hecho de que sea descapotable, que le aporta el toque deportivo.

Es un coche pequeño, que se presume manejable y muy deportivo. Cualquiera de los dos motores que puede montar, un 2.0 TFSI y un 3.2 V6, estará a la altura de las expectativas de casi todos sus conductores. El modelo 3.2 V6 tiene además el aliciente de que cuenta con la tracción total Quattro, con lo que sus prestaciones, sobre todo en carreteras viradas, aumentan sensiblemente.

Instrumentación completa

El interior rezuma calidad. Los buenos acabados y una instrumentación completa recuerdan a sus hermanos capotados. Para rodar sin techo, lo que se consigue automáticamente, cuenta con un sistema muy cómodo de elevación eléctrica de una pantalla protectora detrás de los reposacabezas, que consigue reducir sensiblemente las turbulencias en el interior. Cuando el coche circula capotado tiene un buen aislamiento a pesar de tratarse de un techo de lona.

El motor 3.2 V6 resulta muy efectivo.
Teniendo en cuenta que es un coche más bien pequeño para un propulsor de 6 cilindros, se mueve con mucha soltura. Responde rápido al pedal, acelera con decisión y es muy elástico. Es decir, empuja desde un régimen de giro bajo y entrega potencia hasta casi el corte de inyección.

Sin embargo, al tratarse de un motor bastante equilibrado, es menos recomendable que su hermano pequeño turboalimentado para quien busque un auténtico deportivo. Comparados los dos motores, el turbo de cuatro cilindros es más agresivo (aunque tenga 50 CV menos) y sus reacciones son más bruscas, precisamente lo característico de los modelos más deportivos. La parte positiva de que no sea tan aerodinámico es que es más cómodo, al no tener acelerones ni deceleraciones tan bruscos.

Puede llevar dos cajas de cambios. La manual es de seis marchas y la automática tiene la opción de ser secuencial. Ésta última hace unos cambios de relación bastante rápidos.

Aunque los dos son muy estables, a favor del V6 juega su tracción Quattro, que resta potencia a las ruedas que pierden adherencia para pasarla a las de mayor agarre. Esto, combinado con una dirección directa y un centro de gravedad bajo, hacen que parezca que el coche vaya sobre raíles.

En definitiva, es un coche que resulta muy seguro, un deportivo poco radical, cómodo y sobre todo muy divertido de conducir.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky