Empresas y finanzas

Jose Luis Carrillo, un presidente ausente

J.Felipe Alonso

Madrid, 21 dic (EFECOM).- Los trabajadores, los pasajeros con billetes atrapados en los aeropuertos sin poder volar, la opinión pública y los medios de comunicación se preguntan ¿dónde se encuentra Jose Luis Carrillo, el máximo mandatario de Air Madrid?, un presidente ausente.

Este hombre de 64 años, gris, de aspecto tímido, pero gran trabajador y emprendedor ha preferido no dar la cara en la crisis que ha llevado a la aerolínea por él presidida, a ser cerrada, perder la licencia de vuelo y dejar, según la empresa a más de 120.000 pasajeros "tirados" en los aeropuertos de nueve países latinoamericanos.

Carrillo ha colocado al frente de la gestión de la crisis a un hombre de su confianza, el Secretario del Consejo de Administración, el abogado Pascual Pérez Ocaña, y aunque las fuentes de la compañía consultadas por EFE afirman que el presidente sigue trabajando en la sombra más de catorce horas al día, lo cierto es que más de uno y de dos le agradecerían que saliese a trabajar a la luz al menos una hora y que diese la cara.

Personas próximas a él han indicado a EFE que el presidente de Air Madrid "está hecho polvo", y un tanto avergonzado por la crisis que la compañía ha mantenido desde agosto y que ha desembocado en el cierre de la aerolínea, y que sigue manteniendo que hay una "mano negra" en todo el proceso.

La compañía arrancó ya con problemas de gestión antes de comenzar a volar, pues el accionariado cambió varias veces de mano a lo largo del 2004, de forma que de los iniciales Hotusa (20%), Celuisma (20%), Herminio Gil (15%), Eroski (10%), Q Viajes (10%), Hoteles Catalonia (10%) , FG Hoteles (7,5%) y Promociones el Encinar (7,5%), a finales del año se habían hecho con el 100 por ciento, Jose Luis Carrillo, a través de su empresa Optursa, y Herminio Gil.

Posteriormente, y tras unas discrepancias, Gil vendió su 20 por ciento a Carrillo, quien se hizo amo y señor de la compañía, poniendo en explotación también el touroperador Alda Tours para la venta de paquetes completos de vacaciones.

Pero, ¿quien es Carrillo? Un hombre hecho a sí mismo, que se inició en la hostelería a los doce años trabajando de camarero en la Costa Brava, de donde pasó a ser agente de viajes, y formar con un socio inglés una sociedad dedicada a traer grupos de ingleses a Lloret de Mar.

Esta sociedad creó una compañía en Inglaterra y se hizo cargo más tarde de varios hoteles en Benidorm, Mallorca y más tarde en Lloret de Mar, en 1978, continuando la expansión hasta alcanzar los 39 que actualmente tiene la empresa Optursa.

A finales del 2004 compró el 20 por ciento de Air Madrid que tenía Herminio Gil, y como dueño de todo comenzó a reorganizar la aerolínea y a ampliar los trayectos, que inicialmente eran República Dominicana, México, Brasil, Colombia, Perú y Costa Rica, a Argentina, París, Roma, Milán y Bucarest, entre otros.

Esta expansión considerada "ilógica" por fuentes del sector, es lo que ha llevado a la compañía a la crisis, ya que con nueve aviones es imposible prácticamente realizar las rotaciones oportunas para cubrir todos los frentes que tenía abiertos.

Tras haberle sido renovado el certificado de vuelo en el mes de mayo, Air Madrid entró en una fuerte crisis de retrasos por problemas de mantenimiento, llegando a dejar en tierra a sus pasajeros hasta 120 horas en un vuelo que debería salir de Barcelona con destino a Buenos Aires,

Tras este y otros retrasos, el equipo de inspectores de Aviación Civil levantó un expediente contra la compañía por "problemas de mantenimiento que podían afectar a la seguridad"; las alegaciones presentadas por Air Madrid no fueron aceptadas por Fomento, y antes de que el Gobierno tomase una decisión, Jose Luis Carrillo decidió cerrar la empresa y suspender la operaciones.

El 15 de diciembre, el hombre fuerte de Carrillo, Pascual Pérez Ocaña, anunció a la opinión pública que se cerraba la compañía, y que se dejaba en manos de Fomento el traslado de los más de 130.000 pasajeros con billete que se encontraban atrapados en Europa y en los nueve países a los que la aerolínea volaba.

Desde entonces todos se preguntan, nos preguntamos, ¿dónde está el presidente?. EFECOM

jf/txr

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