
Autostrade y Abertis han puesto fin, momentáneamente, a sus planes de fusión. Ambas han señalado que la muralla de obstáculos impuesta por las autoridades italianas y la nueva ley de concesiones han contribuido a echar abajo la operación. Con todo, dejan la 'puerta abierta' de cara al futuro. Por su parte, Bruselas ha anunciado que seguirá adelante con su expediente contra Italia.
No ha podido ser, pese a los denodados esfuerzos de ambas empresas, se han impuesto los obstáculos. Abertis y Autostrade señalan los mismos escollos, insalvables de momento, para "proceder" con la fusión.
Advierten dos problemas cruciales: "la falta de autorización del proyecto de fusión que la reciente decisión del Tribunal Administrativo Regional de Lazio" y la entrada en vigor de una nueva ley de concesiones, que "implica el sometimiento de la concesionaria a una modificación profunda y unilateral de las condiciones en las que opera".
Sin dividendo extraordinario
Autostrade -ante la suspensión momentánea de los planes de fusión- ha preferido no someter a la Junta de Accionistas la decisión sobre distribuir el dividendo extraordinario pactado con motivo de la operación de 3,75 euros por acción que se aprobó exclusivamente como parte del acuerdo.
Deseos de futuro
Sin embargo, Autostrade y Abertis señalan que, a pesar de constatar de modo compartido la necesidad de interrumpir el proyecto de fusión, están convencidas de la validez, del sentido industrial y de la dimensión europea que tiene el proyecto de unión entre ambas, tanto para sí mismas como para, sus accionistas, los mercados implicados, los usuarios y las economías italiana y española.
Por lo tanto, prevén que en un futuro se podrán dar las condiciones que permitan reconsiderar el proyecto y, a tal fin, se proponen proseguir conjuntamente en sus acciones así como en el diálogo con las instituciones.