Empresas y finanzas

¿Seguirá el sector bancario la estela de Goldman Sachs? El escepticismo es manifiesto

El comienzo de la semana en Wall Street ha estado marcado por la duda y expectación que despiertan la oleada de resultados corporativos que se avecinan. Dadas las circunstancias, el buen arranque de Goldman Sachs, que amasó beneficios por valor de 1.810 millones de dólares durante sus primer trimestre fiscal ha despertado las esperanzas de muchos. Goldman Sachs gana 1.800 millones de dólares: ampliará capital en 5.000.

En los mentideros del mercado estadounidense, los inversores esperan ver los primeros síntomas de recuperación de la crisis financiera, después de que el mes pasado Citi o JP Morgan anunciaran que habían obtenido beneficios en los dos primeros meses del año.

Aún así existe cierto escepticismo sobre si realmente las cuentas de los principales bancos comienzan mostrar los primeros síntomas de recuperación.

Prohibiciones a los directivos

De hecho, los reguladores federales de EEUU han dado órdenes a los principales bancos estadounidenses que no realicen ningún tipo de declaración sobre los exámenes de estrés llevados a cabo por el gobierno norteamericano, ante el posible castigo de los inversores a aquellas compañías que no superen el test con cierto éxito.

En una carta enviada a un total de 19 entidades que actualmente son objeto de estas pruebas para determinar su fortaleza financiera, los reguladores han prohibido a sus ejecutivos hablar sobre los resultados de estos test durante la presentación de la primera oleada de resultados trimestrales que comienza hoy.

Las autoridades federales tienen miedo de que aquellos bancos con las mejores calificaciones aireen sus resultados provocando el miedo de los inversores de aquellas entidades que no igualen la misma nota.

Hasta la fecha, algunos consejeros delegados de bancos como Citigroup (C.NY) o Bank of America (BAC.NY), que han realizado sus propios test internos, han asegurado en memorandos internos que los resultados han sido de lo más satisfactorio, algo que ha servido para aumentar la confianza de sus empleados.

Devolver las deudas

Goldman Sachs acompañó la presentación de sus resultados con el anuncio de venta de acciones por valor de 5.000 millones de dólares, una decisión que permitirá a la compañía devolver parte de las ayudas federales prestadas, que ascienden hasta los 10.000 millones de dólares en el caso de Goldman.

Sin embargo, esta buena intención de Goldman todavía está pendiente de ser aprobada por las autoridades federales que podrían poner sus pegas a la devolución del dinero. Por un lado, la situación del sistema financiero todavía es precaria y no vale la pena correr riesgos y, por otro, el hecho de que algunas entidades comiencen a devolver el dinero prestado podría poner en evidencia a las que no lo hagan, algo que afectaría directamente a su cotización en la bolsa.

Algunos analistas apuntan además que al gobierno no le conviene perder autoridad sobre el sistema financiero. Hace unas semanas, Stuart Varney, explicaba en The Wall Street Journal, como el presidente de EEUU, Barack Obama, tiene intención de "controlar los bancos". Al menos eso se confirma tras desvelarse que está negando a algunas entidades financieras rescatadas con dinero público la devolución de los fondos prestados a través del plan de rescate financiero, TARP (en sus siglas en inglés).

¿Sacar provecho?

Quizás Bank of America o Citigroup hayan comenzado a registrar beneficios pero ¿a qué costa?, todavía existen muchas luces y sombras sobre su situación. Parece irónico que los contribuyentes norteamericanos hayan sido los encargados de salvar al sistema financiero con el dinero de sus impuestos y, encima, los bancos les suban las tarifas en sus servicios.

El comité que supervisa los programas incluídos en el plan de rescate financiero (TARP, por sus siglas en inglés) ha comenzado a investigar una serie de demandas por parte de los ciudadanos quienes acusan a algunos de los bancos rescatados de aumentar sus intereses y tarifas.

Algunas asociaciones de consumidores a este lado del Atlántico señalan que desde que se inyectase capital fresco en buena parte de los bancos del país, muchas de estas entidades ha aumentado los cargos por servicios y operaciones rutinarias, como el uso de tarjetas de crédito, transferencias o, incluso, aumentado los intereses en algunos préstamos. De hecho, según publicó el Wall Street Journal, algunos bancos siguen ofreciendo préstamos "de riesgo" a muchos de sus clientes.

Curiosamente, el objetivo de buena parte de los proyectos puestos en marcha dentro del TARP tienen como objetivo facilitar el crédito a los consumidores, con la soga al cuello ante la falta de liquidez para financiar su hipotecas u otros préstamos.

Sin embargo, según explicó Elizabeth Warren, directora del comité del Congreso, explicó que "en cierto sentido estamos haciendo que los ciudadanos paguen doble". "Por un lado financian las actividades de los bancos a través de sus impuestos y, por otro, fomentan los beneficios de éstos gracias al incremento de tarifas", añadió.

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