El 20% del PIB mundial se verá expuesto para lograr las cero emisiones netas en 2050 según el informe "Cero Emisiones Netas: lo que costaría, lo que podría aportar" publicado por McKinsey & Company. En este informe examina las implicaciones de alcanzar ese nivel de cero emisiones en 2050 para: la demanda, el gasto de capital, los costes de producción y el empleo en los sectores que producen el 85% de las emisiones totales, con un análisis en profundidad de 69 países en todo el mundo. "La transición a cero emisiones netas equivaldrá a una enorme transformación económica. Las acciones de empresas y gobiernos individuales, junto con el apoyo coordinado a los sectores, países y comunidades más vulnerables, podrían facilitar los ajustes económicos y sociales que serán necesarios", destaca Joseba Eceiza, socio de McKinsey y líder de la práctica de sostenibilidad en España.
El alcance de la transformación económica sería significativo. Por un lado, el gasto de capital en bienes físicos ascendería a unos 246.000 millones hasta 2050, lo que supone un aumento de 3.000 millones de euros con respecto al gasto anual actual. Por ejemplo, hoy el 65% del gasto en energía y suelo se destina a productos de altas emisiones. En el futuro, el 70% se destinará a productos de bajas emisiones y a infraestructuras de apoyo, invirtiendo la tendencia actual.
Por otro lado, el mercado laboral sufriría cambios debido a una reasignación de la mano de obra con unos 200 millones de puestos de trabajo directos e indirectos ganados y 185 millones perdidos de aquí a 2050. Además, los principales cambios se producirían en la fase inicial, por lo que la próxima década será decisiva. Así, el gasto aumentaría hasta el 8,8% del PIB entre 2026 y 2030, desde el 6,8% actual, antes de caer. Por su parte, los costes de producción de electricidad aumentarían a corto plazo, pero luego se reducirían desde su máximo.
Tal y como refleja el informe, los sectores más expuestos serían aquellos con productos u operaciones de altas emisiones, es decir, energía, industria, agricultura y movilidad, entre otros, que representan actualmente alrededor del 20% del PIB mundial. Otro 10% del PIB corresponde a sectores cuyas cadenas de suministro tienen altas emisiones, como la construcción.
Impacto
Por regiones, el impacto de la transición a nivel global será desigual. Aquellas economías basadas en los servicios, entre las que se encuentra España, cuentan con un PIB per cápita alto; cuentan con una exposición global baja a los ajustes de la transición a cero emisiones. Sin embargo, en determinadas regiones y sectores, la exposición podría ser elevada.
La transición conlleva riesgos, como la escasez de energía y el aumento de precios si no se gestiona bien. Si se retrasa o se hace de forma abrupta, la transición aumentaría el riesgo de bloqueo de recursos y despidos de trabajadores. Sin embargo, los resultados serían mucho peores si no se tomara ninguna medida. Alcanzar las cero emisiones netas y limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados evitaría los impactos más catastróficos del cambio climático.