Expertos del sector energética apuntan a España como una de las zonas de toda Europa con más potencial para producir hidrógeno verde. Y es que la transición hacia un modelo económico sostenible, de llevarse a cabo sobre unas sólidas bases, podría ser el motor para que el país consiga una posición líder.
El hidrógeno renovable aún no es igual de competitivo que otras tecnologías de bajas emisiones, pero hay excepciones dependiendo de la ubicación y otros factores. Algunos ejemplos están en las carretillas elevadoras o los vehículos utilizados en la minería. Los lugares dotados de ricas condiciones de energía renovable con viento y sol, como España, pueden ofrecer un entorno mucho más favorable para esta tecnología.
Para lograrlo, será clave definir claramente el marco regulatorio del hidrógeno renovable, que desempeñará un papel importante en la descarbonización de sectores de difícil electrificación, donde no existen soluciones eficientes o técnicamente viables.
El objetivo marcado por el Gobierno, en su hoja de ruta, marca 4 gigavatios (GW) de potencia instalada de electrolizadores a través de fuentes de energías renovables de cara a 2030. Para lograrlo, el Consejo de Ministros ya ha aprobado la propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico: el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (ERHA) que movilizará una inversión superior a 16.300 millones de euros.
En este sentido, durante este año entrante 2022, España jugará un papel decisivo en su apuesta por esta tecnología. De hecho, el 24 de diciembre se publicaron las bases reguladoras para la concesión de ayudas al programa de incentivos a la cadena de valor innovadora y de conocimiento del hidrógeno renovable por 250 millones de euros y al de incentivos a proyectos pioneros de hidrógeno verde con viabilidad comercial, para su producción y consumo local en sectores de difícil descarbonización, por 150 millones.
Las ayudas se otorgarán en régimen de concurrencia competitiva y serán gestionadas por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA).
Las claves del éxito
Uno de los grandes obstáculos que presenta el hidrógeno renovable es se actual coste. Antonio Hernández, socio de sectores regulados y análisis económico en EY, señala que uno de los grandes retos para lograr el despliegue de esta tecnología es promover su competitividad en costes, que en parte puede solucionarse por las ayudas públicas que están por repartirse. Según el Hydrogen Council o IRENA, su precio actual se sitúa en torno a los 3,5 euros por cada kg, frente a 1,5 euros/kg del hidrógeno gris, si no se tiene en cuenta el encarecimiento coyuntural del coste del gas natural.
La financiación pública, que ya está avanzando, unida a la reducción de los precios de la electricidad a medio plazo gracias al despliegue de renovables, así como a las señales que proporcionen la fiscalidad verde y el precio del CO2 "permitirá que el precio del hidrógeno verde descienda en torno a los 2,5 euros/kg para 2030 y 1,5 euros/kg para 2050".
El experto también apunta a la aprobación del sistema de garantías de origen para los gases renovables, que ya está en borrador, como una de las claves para que España avance en esta materia. Estas garantías certificarán el volumen de gas y su calidad, puesto que se diferenciará entre hidrógeno verde, biometano, biogás u otros gases, y abarcará cualquier gas renovable producido y consumido, ya sea in situ, autoconsumido, e inyectado o no a la red de gasoductos.
En tercer lugar, Hernández destaca la importancia de simplificar los trámites administrativos para la operación y ejecución de instalaciones de producción de hidrógeno verde. En esta línea, homogeneización de los procedimientos administrativos de las diferentes Comunidades Autónomas será también uno de los grandes retos que nuestro país tendrá que superar.

Otro de los puntos clave es contar estrategias de descarbonización en los sectores de difícil electrificación, basadas en hidrógeno verde y otras tecnologías. El pasado 28 de diciembre el Ministerio para la Transición Ecológica sacó a consulta pública los términos para la adjudicación de 1.200 megavatios (MW) de cogeneración en los próximos tres años.
Entre las exigencias establecidas, destaca que los candidatos a estas subastas tendrán que garantizar un consumo mínimo de hidrógeno verde del 10% en sus instalaciones, que podrán operar con gas natural o biomasa. Además, las instalaciones de los adjudicatarios podrán destinar más del 30% de la producción de electricidad al autoconsumo (a menos que hayan firmado un contrato de venta a largo plazo).
En su análisis, el socio de EY también pone en relevancia la simplificación y facilitación del desarrollo de líneas eléctricas directas de esta producción, "que genere cierta relación en la planificación de las redes de gas y electricidad".
Alcanzar el objetivo de cero emisiones en 2050 del Acuerdo de París pasa por incorporar al hidrógeno verde como parte de la solución. El sector público y el privado son cada vez más consciente de la necesidad de acelerar los esfuerzos para su producción y uso.