En el año 2021 las farmacéuticas fueron protagonistas por sus avances para combatir la crisis sanitaria que comenzó hace casi dos años. Sin embargo, en un capítulo donde solían destacar estas empresas, el de compras y adquisiciones, fue un ejercicio discreto. Al igual que ocurrió en 2020, sin duda uno de los peores años en este capítulo salvado solo por la operación de AstraZeneca sobre Alexion en los estertores del curso, el año que acabar de terminar se llevaron a cabo varias operaciones pero ninguna de calado. De hecho, la más imnporte la protagonizó CSL y apenas superó los 10.000 millones de euros.
Sin embargo, el panorama va a cambiar este 2022, según analiza el banco de inversión especializado en asistencia sanitaria SVB Leerink. Una de las razones que se observan es la liquidez de las principales compañías farmacéuticas después de un periodo en el que han ido soltando activos que ya no consideran estratégicos.
La compañía a la que esta consultora le observa mayor cantidad de caja es Johnson & Johnson, a la que le supone 200.000 millones para acometer alguna operación de calado. La empresa, responsable de una de las vacunas contra el coronavirus (la que desarrolló su filial Janssen), apunta a acabar el año con sólidos resultados financieros. A ello se le suma que se ha desprendido de su negocio de ventas libre, con lo que aumenta su capacidad de salir al mercado.
A poca distancia de la farmacéutica que ya dirige a nivel mundial el español Joaquín Duato, se sitúa la gran ganadora del negocio de la vacuna contra el coronavirus: Pfizer. A la compañía se le atribuye una cartera que tendría 175.000 millones de euros, por lo que se espera que haga alguna inversión de gran importancia en el sector. Como Johnson & Johnson, la solidez de los resultados económicos, impulsada por la vacuna y ahora también por su píldora contra el coronavirus leve, junto a un proceso que lleva a cabo con GSK para construir un gigante de productos farmacéuticos sin receta, son gran parte de la explicación que ofrece el banco de inversión.
La tercera farmacéutica que tiene mayor capacidad de llevar a cabo compras es Novartis, a la que se le atribuye una cartera que superaría los 150.000 millones de euros. Novartis, en los últimos tiempos, se ha ido desprendiendo de parte de su estructura en un proceso de reorientación estratégica. Además, ha salido recientemente del accionariado de Roche y tiene en mente la venta de su filial de genéricos, Sandoz.
El año 2019 fue el último que dejó grandes operaciones entre compañías farmacéuticas
Junto al trío de ases mencionado, la consultora destaca a otras cuatro empresas que habrá que tener muy en cuenta para esas operaciones de adquisición que se producirán en 2022. Tanto Abbvie, como GSK, Bristol Myers Squibb y MSD tendrían una cartera que rondaría los 100.000 millones para acometer compras con las que reforzar su actual cartera de moléculas e incluso adentrarse en otros negocios.
El año 2019 fue el último que dejó grandes operaciones entre compañías farmacéuticas. Fue entonces cuando Bristol llevó a cabo la adquisición de Celgene, la mayor operación de los últimos tiempos, sumando un enorme potencial en el área oncológica. No fue la única, ya que Abbvie también se hizo con el fabricante del Botox, Allergan, en una operación que rozó la anterior. Ambas se situaron por encima de los 70.000 millones de euros. Un año antes, Takeda se hizo con Shire para adentrarse en el negocio de las enfermedades raras en otra adquisición que superó la cantidad antes mencionada.
Sin embargo, ahora el sentir del sector es diferente. No se descartan grandes operaciones pero los dos últimos años lo que se está comprando son moléculas con mucho futuro o empresas que tienen una tecnología que destaca. Por ejemplo, Sanofi ha comprado Translate Bio con el objetivo de sumar la tecnología del ARN mensajero a su negocio de vacunas. Pfizer compró Trillium para fortalecer su cartera de tratamientos para el cáncer de sangre, una operación similar a la que hizo un año antes Gilead con Forty Seven.
La estrategia de focalizar negocios emergentes, como la terapia génica, no es incompatible con grandes operaciones
Otro ejemplo lo protagoniza MSD, que realizó la segunda mayor operación de 2021 con la adquisición de Acceleron. Con esta compra, la farmacéutica estadounidense consigue entrar en el mercado cardiovascular.
La estrategia de focalizar negocios emergentes, como la terapia génica, no es incompatible con una gran compra. A pesar de las dificultades de los dos últimos años, en ese periodo se coció una megaoperación que hubiera cambiado el paronama farmacéutico. Según avanzó Bloomberg, AstraZeneca estuvo muy cerca de hacerse con Gilead. Sin embargo, la operación no cuajó y la compañía británica empleó el dinero en hacerse con Alexion por 39.000 millones, la mayor operación de 2020.