
La movilidad se ha convertido en el tema central de estos últimos años, una temática de gran relevancia para la sociedad, que está ligada a los grandes retos globales como son la descarbonización y la digitalización, de cara a un modelo de transporte más sostenible y eficiente. Pero ¿Cómo será realmente el transporte del futuro?
Según la Organización Mundial de la Salud, 9 de cada 10 personas respiran aire altamente contaminado y datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente afirman que cada año en España hay 33.200 muertes prematuras causadas por la mala calidad del aire. Si a esto le sumamos que, además, según datos de Naciones Unidas y del Banco Mundial, actualmente, alrededor de 4.000 millones de habitantes viven en entornos urbanos; y proyectan que el 60% de la población mundial en 2030 va a vivir en ciudades, mientras que para el año 2050, será el 70%.
Por ello, desde Abertis Mobility Services, filial tecnológica del Grupo Abertis, proponen buscar soluciones y modelos que nos permitan crear ciudades orientadas al ciudadano, "disminuyendo la congestión de vehículos, la contaminación y potenciando la creación de espacios más saludables, limpios y seguros".
Christian Barrientos, director general de Abertis Mobility Services, afirma que "esto pasa por la implantación de políticas y mecanismos que desincentiven el transporte privado y permitan una mayor inversión en transporte público para aumentar su capacidad y hacerlo más eficiente, priorizando también los espacios para los carriles de bicicletas y espacios urbanos para la peatonalización".

¿Cómo puede la movilidad urbana adaptarse al mundo de hoy y salvaguardar el planeta?
La movilidad urbana necesita una transformación y un cambio de paradigma que permita cambiar las costumbres de la sociedad hacia una ciudad y una movilidad más eficiente, que pasa por ser sostenible, segura y conectada. Actualmente, se está trabajando en establecer zonas de bajas emisiones, que prohíban a los vehículos más contaminantes el acceso a la ciudad o la circulación por una zona concreta. Esta medida se perfila como una de las más efectivas para gestionar el tráfico en las grandes urbes y rebajar los índices de contaminación. Pero no solo debemos quedarnos en este punto, esto solo es el primer paso, ya que cuando haya un aumento de vehículos eléctricos que no contaminan, las urbes se volverán a ver congestionadas, donde tendremos vehículos ocupando el espacio de los ciudadanos, situación que puede provocar un aumento de los accidentes de tráfico y de los tiempos de viaje, provocando una disminución del bienestar de los ciudadanos.
El segundo paso va en línea con lo que pide la Unión Europea de 'quién contamina paga' o 'quién ocupa paga'. El sistema trata de una tarificación a todos los vehículos que quieran acceder a la ciudad o a una zona. Este pago permitirá una mayor inversión en transporte público.
¿Cómo va a adaptarse la Movilidad como Servicio (Maas) a la realidad postCovid19?
Este acceso integrado se traduce en el hecho que el usuario puede planificar, pagar y obtener su ticket de transporte multimodal, todo a través de una única plataforma, mejorando su calidad y confort, y dando como resultado un importante cambio modal. Por lo tanto, se trata de una forma de poder unificar un gran número de aplicaciones que acostumbran a tener los usuarios en sus teléfonos, conectándolas en una sola aplicación.
Actualmente, contamos con una diversidad de opciones de movilidad que muestran como la movilidad compartida ha llegado para quedarse. Hemos visto como ha crecido el uso de bicicletas, patinetes, motos y coches compartidos en nuestras ciudades, y, por otro lado, las nuevas generaciones, han desarrollado una conciencia climática y una preferencia por la flexibilidad (cambiando la propiedad por el acceso).
¿Qué función desempeñarán Internet de las Cosas (IoT) y el 5G en la nueva 'movilidad conectada'?
Las nuevas tecnologías serán claves para hacer frente a los nuevos desafíos de la movilidad. Así, será imprescindible aprovechar el big data, Internet de las Cosas (IoT), machine learning o el 5G para mejorar la gestión de las infraestructuras viales y estar preparados para abordar la movilidad del futuro. No obstante, para hacer frente a este nuevo contexto será clave garantizar la inversión necesaria en I+D+i, con el fin de adaptar toda la red al coche conectado y eléctrico, entre otros avances que se sucederán a corto plazo.
¿Cuáles son los retos de las infraestructuras del futuro?
Las infraestructuras viarias del futuro van hacia la inteligencia artificial y se preparan para la conducción autónoma, que se espera reduzca los accidentes de tráfico hasta en un 90%. La autopista del futuro (no tan lejano) además de ser una vía inteligente y segura, se caracterizará por ser sostenible y generadora de energía medioambientalmente limpia.
Esta movilidad conectada permitirá mejorar la seguridad vial en las carreteras y las ciudades, pero, para ello, se requieren sistemas de comunicaciones que garanticen conectividad en tiempo real durante todo el trayecto. Si no hay comunicación 5G la conexión es insuficiente. Para ello, es necesario el despliegue de redes 5G y asegurar su continuidad para que el vehículo pueda recibir alertas si ha sucedido algo inesperado y pueda, incluso, comunicarlo a otros vehículos.
La autopista del futuro, entre otras cosas, también permitirá: conectarse con los vehículos en circulación y compartir constantemente información para aumentar la seguridad vial; dirigir el tráfico y gestionar la velocidad de forma automática; predecir aglomeraciones; hacer pronósticos climatológicos; dotarse de señalización dinámica; acoger la conducción autónoma; convertirse en fuentes de energía dotadas con paneles solares en el firme compromiso para luchar contra la contaminación o recargar la batería de los vehículos durante su trayecto
¿Cuál es la importancia de la colaboración público-privada para la transición hacia el transporte sostenible?
La colaboración público-privada es indispensable para ello. La sostenibilidad aplicada a la movilidad es un tema que está presente en varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que la ONU se ha marcado para el año 2030. En concreto, el objetivo número 11, aboga por ciudades más seguras, inclusivas y con una mejor calidad del aire, y el número 13, se marca como reto combatir el cambio climático y sus efectos. Por tanto, conseguir una movilidad sostenible tanto en las vías urbanas como interurbanas es un tema en el que todos debemos trabajar.
Desde el Grupo Abertis, colaboramos con la Administración en el desarrollo de iniciativas encaminadas a alcanzar este objetivo de sostenibilidad y en cumplimiento con los ODS 2030 marcados por la Unión Europea. En concreto, respecto a la aplicación de esta sostenibilidad en las carreteras, buscamos una mayor compatibilidad entre el desarrollo y la gestión de infraestructuras, siempre respetando el medio ambiente y abarcando los proyectos en su totalidad, desde su diseño, pasando por la implantación y hasta la gestión, para que su inserción en el medioambiente sea lo más sostenible posible.
Las ciudades deben garantizar el buen estado de sus carreteras e infraestructuras de transporte, ofreciendo diferentes opciones de movilidad integradas entre sí, con el objetivo de ser sostenibles, reducir las emisiones de CO2, así como acortar los tiempos de desplazamientos y atascos... ¿Estamos preparados para ello?
Estamos en el camino correcto para poder implantar sistemas que mejoren el tráfico urbano e interurbano y que nos permitan esa transformación de la movilidad para que sea más sostenible, segura y eficiente.
Recientemente se ha aprobado la Ley del Cambio Climático y Transición Energética, que obliga a los municipios españoles de más de 50.000 habitantes a instaurar zonas de bajas emisiones para el año 2023. Esta medida afectará al 52% de la población española y cuenta con el apoyo de la Unión Europea. Para la implantación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), la tecnología es el requisito mínimo indispensable y desde AMS, contamos con un amplio conocimiento en la materia, una gran trayectoria y experiencia demostrada, así como servicios de valor añadido destinados a mejorar la experiencia del cliente y el cumplimiento de la normativa. Contamos con presencia en 10 países, lo que, además, nos permite aportar conocimiento desde múltiples marcos regulatorios y soluciones.
Nuestra plataforma de ZBE es flexible y escalable y la implementamos, trabajando desde el análisis de lo que necesita cada ciudad y realizando asesoría para los ayuntamientos, implantamos el sistema que mejor se adapte a sus necesidades. Además, realizamos la operación y gestión del servicio, siendo uno de nuestros valores añadidos.
En este sentido, nuestra prioridad y nuestra misión es ofrecer un sistema que cubra las necesidades de las ciudades, adaptando nuestro sistema a lo que necesiten, ofreciendo un servicio end to end y gestionando directamente las consultas de los ciudadanos.
¿Qué función juegan aquí los 'Next Generation'?
Estos fondos Next Generation de la Unión Europea serán clave por un lado, para mejorar las infraestructuras viarias interurbanas y permitir la conectividad 5G, el vehículo autónomo y eléctrico, y por otro lado, para digitalizar las ciudades, conseguir que haya menos congestión y ofrecer un entorno más saludable. Por su parte, para el Gobierno de España la innovación y la tecnología serán aspectos clave en la repartición de estos fondos europeos, ya que destinarán el 33% de los Fondos Europeos Next Generation a aquellos proyectos que contemplen la digitalización e innovación como base.
Además de los Fondos, necesitaremos el uso de sistemas de gestión del tráfico urbano para evitar la entrada de vehículos privados a las ciudades e incentivar un mayor uso del transporte público. Esto pasa por la instalación de Zonas de Bajas Emisiones con tecnología más innovadora y con un sistema de tarificación por congestión o por uso de las vías, que, además, permita utilizar ese ingreso para la mejora de los sistemas de transporte, como lleva haciendo la ciudad de Londres. Los fondos Next Generation, contribuirán en la implantación de todos estos sistemas en las ciudades españolas.