El presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, asegura que vender parte de la red de fibra para pagar la deuda de la compañía no crearía ningún valor para sus accionistas porque ya está estabilizada. Y añade: "no necesito hacer nada con la fibra, pero sé que tengo un valor"
Con una deuda de 26.000 millones y vida media de 13 años, Álvarez-Pallete, en una entrevista concedida a Actualidad Económica, no percibe un riesgo de refinanciación alto ni una necesidad de acudir a los mercados cada año. Otra cosa es la deuda relativa, un ratio que ha mejorado, aunque no lo suficiente y, por esto, el rating no ha cambiado.
Preguntado por el impacto de la pandemia en el sector, el presidente de Telefónica destaca que ha acelerado la digitalización entre tres y cinco años. En su caso particular, está tendencia ha traído consigo también la muerte del producto estrella de la compañía en sus orígenes, la voz. Para él, los datos, dados su valor añadido, son el futuro de la compañía y del resto del sector de las telecomunicaciones, una industria que ha cambiado para crear un nuevo ecosistema digital universal.
La construcción de esa nueva red de fibra óptica se traduce en inversión y riesgo. La deuda de Telefónica ha vuelto a los niveles en los que se encontraba en 2016, año en el que Álvarez-Pallete asumió el cargo. No obstante, la situación no es la misma y la compañía de telecomunicaciones española lleva la delantera. España cuenta con una red de fibra óptica que supera la de Reino Unido, Alemania, Francia e Italia juntas. Por otro lado, como señala el presidente de Telefónica, al haber sido los primeros, también están repagando esa deuda antes que sus competidores.
En cuanto a lo vivido este último año al frente de la compañía, Álvarez-Pallete no duda en decir que ha sido el más intenso, aunque en sus cinco años en el puesto, les ha pasado de todo: el Brexit, ciclos electorales fuertes, ciclos cambiarios muy fuertes, etc.
Sobre la postura de la Unión Europea en materia de competencia, Álvarez-Pallete señala que su política se ha basado en subsidiar a la sociedad para crear nuevas compañías que solo son sostenibles con dicho apoyo. Esto ha dado lugar a que el sector de las telecomunicaciones europeo haya sido el único deflacionario durante más de 20 años y no haya podido competir a nivel internacional. Según él, Europa se ha dado cuenta de lo necesaria que es una política industrial.
Por otro lado, sostiene que no le interesa "comprar por comprar", sino que busca que se produzca una consolidación donde él ya no puede hacerlo, Reino Unido por ejemplo. En su lugar, el presidente de Telefónica opta por compartir infraestructuras y seguir creciendo para aumentar los retornos.
Por último, en relación al actual precio de la acción de Telefónica, Álvarez-Pallete considera que es anormalmente bajo, pero también observa valor en torno a la compañía a pesar de la asimetría entre los operadores y el mercado. Según el presidente de la empresa de telecomunicaciones, están atacando de raíz las causas que les hacen perder valor. Desde 2019, han implantado cinco medidas raíz centradas en sus cuatro mercados clave, reducir el capital destinado a América Latina, impulsar Telefónica Tech e Infra, y alcanzar la eficiencia operativa. Gracias a ellas, han conseguido crecer en euros reportados, aunque siguen sin estar donde deberían, apunta. Aún así, los beneficios por acción de Telefónica van a crecer, incluso sin los beneficios extraordinarios de la venta de las torres de Telxius o de la joint venture en Reino Unido.