
Alemania defiende el gas, Francia la nuclear y España las renovables. Pero entre estos tres países, el último suele jugar un papel menos protagonista en términos europeos. Así, la estrategia comunitaria que salió de la Cumbre del Clima respecto a las fuentes de energías es vago para poder considerar los intereses alemanes y, en menor medida, los galos.
Así, Europa se posiciona a favor del gas, que podría terminar siendo una inversión verde. El jefe de los negociadores del Cambio Climático, Frans Timmermans, dijo ayer que una salida del carbón de algunos Estados miembros, como por ejemplo Polonia, podría requerir un estado intermedio de uso del gas natural que, en todo caso, quedaría sujeto a unas condiciones estrictas, incluidos unos gasoductos que puedan transportar hidrógeno y gases descarbonizados una vez que llegue el fin del gas natural.
"Tendremos que invertir también en la infraestructura de gas natural", ha admitido el vicepresidente europeo en rueda de prensa en la COP26 de Glasgow. "Tanto tiempo como seamos capaces de hacerlo sin perder de vista que esto es para un periodo concreto, entonces, creo que la inversión estará justificada", añadió.
Esta resolución dista mucho de las posiciones españolas. En un comunicado, España recuerda que la hoja de ruta en la Unión Europea pasa por reducir en alrededor de un 90% hasta 2050 el uso del gas. "La energía alimentada por gas natural tiene un papel importante en contribuir a la seguridad energética en Europa en el período de transición, pero en última instancia es un papel en declive, porque las emisiones de metano no son sostenibles", dice España. El país insiste en que de ser incluido el gas finalmente en la taxonomía, se debería crear un nuevo apartado en que se dejara claro que no es respetuoso con el medio ambiente.
Francia aprovecha
La Unión Europea ha promocionado su regulación verde como el estándar de oro global. Mientras el plan original dejaba fuera a la nuclear y al gas, Francia ha anunciado esta misma semana que impulsará la inclusión de estos dos recursos energéticos para frenar la escalada de los precios de la energía. Pero esta decisión puede abrir un melón dentro del bloque, ya que los ministros de Medio Ambiente de Alemania, Dinamarca, Portugal y Austria firmaron un comunicado en contra de clasificar la energía nuclear como energía verde dentro del libro de reglas de inversión sostenible de los Veintisiete.