La sucesión de escándalos que ha encadenado Facebook en las últimas semanas ha impactado de lleno en la reputación de la red social, hasta el punto de plantearse un cambio de nombre para lavar su imagen, pero no en sus ingresos y acciones. Algo que podría cambiar muy pronto dependiendo del efecto que tengan en Facebook los cambios en la política de privacidad de Apple, la pérdida de los usuarios más jóvenes y el inminente proyecto de ley antimonopolio del senador Tom Cotton, dirigido especialmente a la plataforma.
Puesto en cifras, los analistas esperan que el beneficio por acción de Facebook alcance los 3,18 dólares de media, frente a los 2,71 del año anterior. Mientras, los ingresos de la red social superaran los 21.470 millones de dólares logrados en 2020 hasta rozar los 30.000 millones de dólares este tercer trimestre, según los analistas consultados por MarketWatch. En cuanto a las acciones, la compañía ha subido un 25% en bolsa en lo que va de año, un 4% más que el índice S&P 500 en el mismo periodo. No obstante, desde el estallido de los escándalos, el precio de las acciones de Facebook ha caído un 14%.
Entre las principales amenazas que acechan al futuro de los beneficios de Facebook se encuentra la publicidad online. Tras subir como la espuma durante los primeros meses de la pandemia, el gasto en comercio electrónico se ha enfriado. Además, los cambios por parte de Apple en su política de privacidad brindan a los consumidores una mayor flexibilidad a la hora de elegir si quieren o no recibir publicidad. Para la red social, todo esto podría traducirse en una desaceleración del 22% en sus ventas por publicidad durante la segunda mitad de 2021.
Está por ver cómo se desarrollan los acontecimientos hasta final de año para Facebook y si un cambio de nombre será suficiente para limpiar su marca. Por el momento, tiene que lidiar con numerosas filtraciones que exponen su conocimiento sobre el efecto negativo de Instagram en la salud mental de sus usuarios más jóvenes y las declaraciones de Frances Haugen y en el Parlamento británico y quizás ante el Parlamento Europeo, entre otras cuestiones.
Facebook vuelve a estar en el centro del huracán mediático después de que varios medios estadounidenses hayan difundido nuevos documentos filtrados de la compañía. Según demuestran dichos documentos, la plataforma era conocedor del peligro de la viralidad y expansión descontrolada de las fake news y, en lugar de intentar detenerlas, optó por promover su difusión y las oculto de aquellos que sí trabajan para acabar con ellas.