El sector del textil se está enfrentando al mayor reto de los últimos 20 años. La digitalización acelerada por la pandemia del Covid-19 sumada a una demanda de productos sostenibles cada vez mayor son las metas a conseguir en los próximos años. Sin embargo, el camino para lograr estos objetivos no es fácil, sobre todo, teniendo en cuenta el aumento de los costes que se está experimentando en los últimos meses.
Cómo hacer frente a este futuro centró el tema de conversación de la última mesa de debate, que contó con la participación de Eduardo Zamácola, presidente de Acotex; Dora Casal, CEO de Roberto Verino; Jaume Miquel, presidente de Tendam; Manuel Martos, CEO de Nextil, y Bruno Rodríguez, socio de Deloitte, experto en Retail y Moda.
Para poder llevar a cabo estos retos es necesario ayuda institucional, un punto que desde el sector denuncian que no se está produciendo. "La visión del sector no es muy positiva. Empezábamos a recuperarnos de la anterior crisis económica y nos encontramos con una pandemia que ha cerrado las tiendas y ha limitado las compras y las reuniones, la tormenta perfecta. Soy muy crítico, el Gobierno nos ha abandonado, no ha habido medidas que nos hayan apoyado sino lo contrario", denunció el presidente de la patronal Acotex. Las ayudas económicas son vitales para el sector, sobre todo, si se tiene en cuenta que en 2020 la facturación cayó un 40% y en lo que va de 2021 se está recortando un 19% con respecto a los datos del mismo periodo del año anterior, en plena pandemia. "A todo esto hay que sumarle el incremento de los costes, la subida de los salarios, los costes de la electricidad y de las materias primas...", detalló Zamácola.
Sobre el aumento de costes también se pronunció la CEO de Roberto Verino. "Nosotros tenemos ciertas ventajas al ser pequeños puesto que no dependemos tanto del Sudeste asiático. Aunque si es verdad que hay un incremento de costes de entre el 10 y el 15%. Pero no podemos traducir esto en un incremento de los precios", apuntó Casal.
En este sentido, los fondos Next Generation que va a proporcionar la Unión Europea en los próximos meses son vitales, sin embargo, los expertos no tienen puestas muchas expectativas en que finalmente lleguen a las empresas. "Tengo dudas de que los fondos finalmente nos lleguen. No hay plan del Gobierno para el retail y el textil. Y es una duda que tenemos todos, para las pymes los fondos son inaccesibles. Ni el mismo regulador sabe como va a fluir el dinero", denunció el CEO de Nextil.
A la situación de las pymes hay que sumarle "el 1% que no está dentro de esa categoría pero tampoco cotiza como una gran empresa. No salimos en ningún lado. No existimos en ningún plan ni proyecto para recibir las ayudas de los fondos", añadió la responsable de Roberto Verino.
También mostró preocupación sobre el estado real en el que se encuentran y las ayudas europeas y sobre su destino final el presidente de Tedam, propietario de marcas como Cortefiel o Pedro del Hierro. "Me preocupa cuál será el criterio final en el proceso de adjudicación: invertir o gastar. También estoy preocupado por si no hay equidad en los procesos. Creo honestamente que España no tiene tiempo mientras que el resto países están más avanzados. Las empresas ni las instituciones se pueden permitir desaprovechar esta oportunidad, es necesario mayor claridad en los procesos", añadió.
Digitalización
Si Zamácola se mostró poco optimista, en el lado opuesto se posicionó el presidente del Grupo Tendam. "Soy optimista por naturaleza, el mercado esta contrariado pero creo que van a surgir oportunidades de crecimiento individuales. El consumidor nos ha mandado unas señales muy claras en cuando sostenibilidad y ha dejado claro que todavía le apetece la tienda física, pero quiere una tienda física diferente", aseguró Miquel.
Y, ¿cómo debe ser esta nueva tienda física? Todos coincidieron en que la digitalización es fundamental. "La tienda debe estar cerca del cliente y debe ser motivo de visita por parte del cliente, una oportunidad de contacto. Pero para esto es fundamental que esté 100% digitalizada", expresó Miquel.
"De repente el miedo que había antes de la pandemia a convivir con el online ha desparecido. El sector en muchos casos ha terminado de digitalizarse o ha dado pasos agigantados. El proceso ha corrido más de lo que esperábamos pero todavía no ha acabado", aseguró la directiva de Roberto Verino. En su caso, tienen como objetivo que las ventas online alcancen el 17% en 2023, aunque destacan que todavía no tienen un peso muy importante.
El problema de esta digitalización es que no todas las compañías del sector avanzan a la misma velocidad. "Los grandes campeones lo han hecho muy bien, pero el 95% son pymes y están más pendientes de su supervivencia que en cumplir objetivos a dos años vista", aseguró Rodríguez, socio de Deloitte. La digitalización del sector es imprescindible, sobre todo, si se tiene en cuenta que el cliente más tradicional se ha visto obligado a comprar online "y ya no va a volver a ser 100% físico", matizó Rodríguez.
"El sector por primera vez está trabajando en un modelo de transformación y se puede hacer de dos formas: o liderándolo o llegar a 2025 y vernos arrastrados, no hay punto intermedio. En esta transformación las medidas buscan generar un producto de alto valor y muy sostenible", añadió el experto de Deloitte.
Antes de la llegada de la pandemia se tendía a relacionar el mundo online como un segmento poco rentable. Sin embargo, el último año y medio ha demostrado que esto está completamente alejado de la realidad. "La distribución online es muy rentable. En 2019 nuestro ebitda de las tiendas físicas era del 9,8% mientras que el de digital alcanzaba el 27%. En nuestro caso tenemos ocho marcas pero solo un equipo de digital, esto no permite optimizar todo el proceso y que el coste de adquisición sea relativamente bajo", detalló Miquel. "El digital es muy rentable y lo que lo hace más rentable es tenerlo conectado 100% con la tienda física", añadió.
Esta digitalización también ha permitido acortar los tiempos hasta tal punto que ahora es posible entregar los paquetes en un día. "La crisis sanitaria ha puesto muchas cosas en su sitio, hoy es mas fácil entregar un pedido en el mismo día que hace un año y medio", aseguró Casal.
Sostenibilidad
La digitalización no es el único reto al que tiene que hacer frente el sector, elaborar un producto cada vez más sostenible es otra de las metas a conseguir en un futuro cercano. Es más que una meta, es una obligación. La Unión Europea va a obligar a esta industria a que en un plazo de cinco años se adapten a una economía circular que evite el desperdicio y de paso a productos más duraderos, fáciles de reutilizar, reparar y de reciclar.
El sector textil mundial "es el segundo más contaminante" después del energético según datos proporcionados por el experto de Deloitte. "Algo que se mezcla con las reglas del juego de Europa. Se ha juntado un sector que tenía pendientes los deberes de sostenibilidad con una regulación muy exigente. Me gusta mirar otros sectores y empezaron este camino hace 15 años y a nosotros nos piden que lo hagamos solo en cinco años", detalló Rodríguez.
¿Es difícil? Sí. ¿Imposible? No. "Soy optimista porque conozco el sector y se de lo que es capaz, estamos unidos por primera vez en toda la cadena de valor, que es muy amplia. Y es en esta unidad en torno a los cambios donde hay que hacer que nadie se queda atrás, soy optimista, bien es cierto que vamos tarde, pero tendremos que llegar", añadió Rodríguez. "El consumidor nos ha mandado unas señales muy claras en cuando sostenibilidad. El riesgo es pensar que tenemos tiempo, era para ayer", puntualizó Miquel.
Si ser cada vez más sostenibles de normal es un proceso largo y costoso, hay que añadirle la situación de escasez y aumento de costes que vive el sector en estos momentos. "Esto está provocando que apostemos por cambiar nuestras ubicaciones, es decir, por fabricar en proximidad. Pero esto conlleva unos mayores precios", explicó el presidente de la patronal.
Además, hay que tener en cuenta que las compañías son cada vez menos partidarias de producir en Asia, un continente que está perdiendo fuerza en favor de Centroamérica. "Nos permite trabajar con unas condiciones muy similares a las europeas y a la vez mantener los orígenes europeos y norteamericanos de los productos. Todo esto mientras nos da un nuevo canal que no es el asiático", añadió para finalizar.