Más de 900 toneladas de comida. Esa es la cantidad que se desperdició en 2019 en todo el mundo, según datos de Naciones Unidas. Una cifra que equivale aproximadamente a 23 millones de camiones de 40 toneladas completamente cargados, suficiente para dar siete vueltas a la Tierra. El desperdicio de alimentos tiene importantes efectos ambientales, sociales y económicos. Por ejemplo, hasta un 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están asociadas con alimentos que no se consumen.
Por ello, conscientes de su papel a la hora de frenar esta tendencia, empresas como Lidl han puesto en marcha una estrategia para disminuir la cantidad de comida que acaba en la basura. Así, su objetivo es reducir el desperdicio de alimentos en un 30% hasta 2025 y en un 50% hasta 2030.
En este sentido, la compañía no solo quiere implementar soluciones en su propio negocio, sino concienciar a sus clientes. No en vano, la mayoría del desperdicio se produce en los hogares. Solo en España, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los hogares tiraron, de media, 31 kilos/litros por persona de comida y bebida el año pasado. Por ello, la empresa cuenta, por ejemplo, con un listado de recetas de aprovechamiento en su propia web y participa un año más en la IV edición de la "Semana Contra el Desperdicio Alimentario" liderada por la asociación de fabricantes y distribuidores (AECOC).
A este respecto, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 12 que marca Naciones Unidas se centra, precisamente, en garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Así, el ODS 12.3 pretende que de aquí a 2030 se reduzca a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha.
Medidas preventivas y reactivas
Bajo el nombre autodispo se encuentra un sistema automatizado que recoge los pedidos que abastecen las tiendas de Lidl. Gracias a esta tecnología, la compañía puede optimizar la mercancía presente en sus lineales. Así, se garantiza que los establecimientos cuentan con los artículos que van a vender, minimizando al máximo, por tanto, el stock de producto sobrante tanto en la sala de ventas como en los almacenes. Asimismo, la compañía lleva a cabo un control diario de fechas, aplicando entre un 30% y 50% de descuento en artículos cuya fecha de retirada de sus lineales sea próxima, potenciando así su venta.
En esta línea, la empresa también cuenta con medidas para buscar salida a aquellos alimentos que, siendo aptos para el consumo, han dejado de serlo para la venta debido a que su fecha de caducidad es próxima. A este respecto, de forma permanente y continuada a lo largo del año, Lidl dona productos en el 75% de sus tiendas cooperando con unas 40 ONGs locales. Eso sí, la empresa se ha marcado como objetivo aumentar estas colaboraciones hasta conseguir la cobertura del 100% de sus centros de venta hasta finales de 2021. Solo con esta estrategia, Lidl ha logrado que en el último año se hayan aprovechado 2 millones de kilos de alimentos. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en España había 4 millones de personas con inseguridad alimentaria en 2019. Una situación que ha agravado la pandemia.
Además de la donación de alimentos, Lidl también busca una segunda vida para el excedente de determinados productos como su carne, que se destina a harinas para petfood, biogás o valorización energética, evitando así más desperdicio. En este contexto, Lidl es la única empresa que trabaja con Residuo Cero en todas sus plataformas logísticas de la península, lo que acredita la gestión, clasificación, valorización y recuperación de forma centralizada tanto de los desperdicios generados en los propios almacenes como los que retornan de las tiendas.
Por todo ello, Lidl se convirtió en junio en el primer y único supermercado en lograr la certificación de Bureau Veritas sobre el sistema de gestión para minimizar el desperdicio de alimentos (SG-MDA) en todas sus tiendas y centros logísticos de España.
