La escasez de chips semiconductores está planteando numerosos retos para el sector del automóvil. Ya son numerosas las factorías de nuestro país que se han visto afectadas con parones, Ertes, supresión de turnos de trabajo... en definitiva, la COVID-19 en Asia ha provocado un efecto mariposa que ha generado una onda muy fuerte en occidente por la falta de semiconductores.
La automoción no es el único sector que emplea este tipo de materiales. El de las vídeo consolas y video juegos en general también se ha visto afectado por esta crisis. De hecho, acceder a una buena tarjeta gráfica para jugar en el PC, comprar la nueva Play Station 5, la Xbox series X y S o incluso la asentada Nintendo Switch este año es muy difícil, pero no imposible
En un informe de Bloomberg, Toshiba dice que la escasez de chips probablemente continuará hasta 2022. Hay que recordar que esta empresa es el principal fabricante de chips reguladores de energía presentes en las tarjetas gráficas de PC o consolas de videojuegos.
El director de la compañía, Takeshi Kamebuchi, dijo a Bloomberg que este suministro seguirá siendo "muy reducido" hasta al menos septiembre del próximo año. Kamebuchi aseguró que muchos de los clientes de Toshiba no recibirán todos los chips que demandan hasta el 2023.
La demanda está superando constantemente la producción de chips y por esto Toshiba es incapaz de cumplir con los plazos para los pedidos. Aún así, la compañía prevé invertir 545 millones de dólares en su línea de producción de aquí a 2024 para impulsar la producción de sus semiconductores.
Por otro lado, el director ejecutivo de Intel, Pat Felsinger, ha sostenido también esta teoría. En una presentación de resultados durante el segundo trimestre del año, dijo que es probable que estos problemas de suministro "se prolonguen hasta 2023". Aunque bien es cierto que ha dado un atisbo de esperanza y predijo que la escasez "tocará fondo" en la segunda mitad del 2022, pero pasarán "de uno a dos años" para que la industria vuelva a ponerse al día con la demanda, vaticinó.
Todos los equipos de PC dependen de tarjetas de Nvidia o AMD para poder procesar la potencia gráfica de las nuevas generaciones de videojuegos. Ambas compañías han actualizado sus líneas de producción con nuevos modelos, mucho más potentes, pero casi imposibles de encontrar.
El director ejecutivo de Nvidia, Jensn Huang, pronosticó a principios de año ante sus inversores que esta escasez se prolongaría "hasta más allá del verano", y no iba mal desencaminado, ya que todavía s sigue sufriendo la escasez a día de hoy.
Tanto las consolas PlayStation 5 como Xbox series X y S utilizan chips AMD, lo que ejerce una presión adicional sobre esta cadena de suministro y hace que estas nuevas máquinas de última generación, ya de por sí difíciles de conseguir, sea aún más complicado encontrarlas.
Sony Group de hecho ya advirtió el pasado mes de abril a un grupo de analistas que la escasez de PlayStation 5 duraría hasta el año 2022, lo que se deduce en una complicación para impulsar objetivos de ventas.
Ya en su lanzamiento en noviembre era difícil encontrar stock de esta consola, en parte debido a esta falta de componentes. El presidente financiero de Sony, Hiroki Totoki, dijo a los analistas que era necesario aumentar la producción y asegurarse de que haya videoconsolas en todas las tiendas porque, independientemente de la carencia de chips, "la demanda sigue siendo muy alta".
Y la misma situación vive Nintendo, la compañía nipona pronosticó en la presentación de sus resultados financieros del trimestre que finaliza el año 2021, que la caída de las ventas de su producto estrella, la Nintendo switch, es del 12% para este nuevo período. Algo que achacaron a este problema de adquisición de componentes importantes como los semiconductores.
A pesar de todo, en la nipona están de enhorabuena ya que los resultados de ventas totales superaron los 84,5 millones de unidades vendidas en todo el mundo en el último año fiscal y vaticinan que para el 2022 estos resultados seguirán aumentando. Prevén que para su próximo período fiscal, que finaliza en marzo del próximo año, prevén que la Nintendo Switch superará a la Wii, otro grande de la compañía, y se convertirá en la más vendida de la historia de Nintendo.