El segundo intento de Google parece que será el bueno. Tras fracasar el pasado enero con el Proyecto Loon, que pretendía llevar el Internet de alta velocidad en zonas remotas del planeta por medio de globos aerostáticos, la compañía estadounidense vuelve a la carga con el proyecto Taara.
Se trata de una audaz tecnología de rayos láser capaces de llevar la banda ancha a rincones inhóspitos del mundo, con velocidades de 20 Gbps. Técnicamente se conoce como FSOC, acrónimo traducido de comunicaciones ópticas en el espacio libre. A grandes rasgos, el prodigio se reduce a situar enlaces alejados entre sí unos 20 kilómetros. El resultado podría ser similar al de la fibra óptica, pero sin necesidad de canalizaciones, despliegues ni tendido de fibra susceptible de asaltos en los países del tercer mundo.
"Los enlaces FSOC utilizan haces de luz para proporcionar una conectividad de alta velocidad y gran capacidad a largas distancias, como el cable de fibra óptica, pero sin el cable. Esto significa que no hay el tiempo, el coste y las molestias que supone cavar zanjas o tender cables a lo largo de los postes. Las cajas FSOC pueden colocarse a kilómetros de distancia en tejados o torres, y la señal se transmite directamente entre las cajas para atravesar fácilmente obstáculos comunes como ríos, carreteras y vías férreas", explica el responsable de proyecto de la empresa X, que así se denomina la firma que ha recibido el encargo de Google para ejecutar este trabajo.
Fuentes la misma compañía han asegurado que su "equipo está en conversaciones con empresas de telecomunicaciones, proveedores de servicios de Internet y gobiernos de todo el mundo sobre el potencial de la tecnología de comunicación óptica inalámbrica para acelerar significativamente el despliegue de las amplias redes de alto rendimiento necesarias para apoyar el futuro de la web".