Empresas y finanzas

El negocio de los coffeeshop, en peligro: Ámsterdam propone prohibir la entrada de turistas extranjeros a estos locales

  • La alcaldesa tiene un plan para limpiar la imagen de la ciudad
  • También quiere trasladar el barrio rojo a las afueras
Foto: Fachada de un coffeshop en Ámsterdam. Dreamstime

Al principio, la imposibilidad de viajar y la ausencia de turistas trajo consigo el redescubrimiento de la ciudad de residencia. Un sentimiento no compartido por todos aquellos negocios basados en el turismo, los cuales vieron peligrar su fuente de ingresos. Meses después, la reapertura de las fronteras ha impulsado la reactivación del turismo, aunque sin llegar a cifras previas. En Ámsterdam, parada casi obligatoria de todo interrail, el nuevo plan de las autoridades locales para prohibir a los turistas extranjeros la entrada a los coffeeshops (locales donde se puede comprar y vender cannabis) supone una nueva amenaza para uno de los principales reclamos de la ciudad, ya de por sí muy perjudicados por la pandemia.

A pesar de que poco a poco estos locales vuelven a llenarse, sobre todo de turistas franceses, alemanes y algún que otro británico, según declara un trabajador de un coffeeshop a la CNBC, al turismo neerlandés todavía queda un largo camino por recorrer. Los datos de agosto de Stastitics Netherlands señalan que, en el segundo trimestre de 2021, el volumen de negocio de los servicios de alojamiento y alimentación fue un 35% menor que en el mismo periodo de 2019.

Las cifras de este verano se deben, en gran medida, a las restricciones para turistas procedentes de países con tasas de Covid elevadas, las normas de cuarentena y las pruebas de PCR, que han tenido un fuerte efecto disuasorio en muchos turistas.

Al impacto de la pandemia se puede sumar el nuevo plan de la alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, que busca limpiar la imagen de la ciudad para atraer a un mayor número de turistas interesados en la cultura y no en la fiesta. Además de prohibir el acceso a los turistas extranjeros a los coffeeshops, Halsema quiere trasladar el barrio rojo, conocido por su industria sexual, a un "centro erótico" construido a las afueras de la ciudad expresamente para ello.

Por su parte, los miembros del sector se oponen drásticamente a esta propuesta, alegando que acabará por destruir el ambiente de Ámsterdam de los últimos 20 años, afectándoles no solo a ellos sino también a los hoteles, restaurantes, cafés, etc, que viven de esos turistas, según recoge la CNBC

Una situación que, en cambio, no parece disgustar a los residentes de Amsterdam, cansados de las hordas de turistas que cada año visitaban la ciudad en busca del turismo de drogas blandas. De aprobarse dicho plan, podrán seguir montando en bicicleta sin tener que lidiar con ciclistas inexpertos o pasear por el centro de la ciudad sin esquivar turistas gritones y borrachos.

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