
Con la llegada de la pandemia se han acelerado tendencias emergentes en numerosos sectores. Según el CEO de Credit Suisse, Thomas Gottstein, en el caso de la inversión sostenible, este impulso se ha traducido en un incremento de la demanda de productos vinculados a los ESG, convirtiéndolos en una oportunidad real para obtener una mayor rentabilidad.
Este cambio de paradigma no es nuevo. Ya en febrero de este año, el Instituto de Inversión Sostenible de Morgan Stanley señaló que los retornos generados por los fondos de renta variable sostenible de EE.UU en 2020 había superado a los obtenidos por los fondos tradicionales. De esta manera y en un contexto tan turbulento, se evidenció lo erróneo de asociar la inversión sostenible con el sacrificio de rendimiento.
El aumento del interés por las inversiones sostenibles responde a la toma de conciencia de cada vez más empresas sobre la importancia de implementar prácticas basadas en los criterios ESG.
En ese sentido, Credit Suisse ha situado la integración de los ESG dentro de su "espectro de inversión sostenible", en el cual incluyen también la inversión temática, la inversión de impacto y la exclusión, estrategia que permite a los inversores excluir áreas de negocio controvertidas.
En cuanto a la regulación y el posible impuesto sobre el carbono de la Comisión Europea, el CEO de Credit Suisse no considera que sean necesarias estas medidas pues serán las propias fuerzas del mercado las que terminen obligando a las empresas que van por detrás de la curva en términos de sostenibilidad a pagar un mayor coste de capital, ya sea por el coste de la deuda, ya sea por el coste del capital.