
Las restricciones sanitarias para controlar la pandemia han ido decayendo y la vacunación avanza. Aun así, los espacios al aire libre siguen siendo muy buscados para el desarrollo de actividades y ocio y más con la llegada del verano, por lo que las piscinas se convierten en un buen reclamo para reuniones y celebraciones. Según el estudio del parque de piscinas de uso público y colectivo en España de 2017 de la Asociación Española de Profesionales del Sector de Piscinas (ASOFAP), el total del parque de piscinas en nuestro país es aproximadamente de 1,2 millones de unidades. De dicha cifra, 121.070 piscinas corresponderían a uso público o colectivo, por lo que casi 1,02 millones son unifamiliares, lo que hace de España el segundo país europeo con mayor número de piscinas privadas, por detrás de Francia.
En este contexto, el alquiler de piscinas privadas está dejando de ser una idea desconocida en nuestro país y, además, se trata de un mercado en el que hay mucho margen de crecimiento. Este negocio tomó fuerza durante el año pasado, cuando las restricciones de movilidad no permitían salir de algunas comunidades autónomas y las piscinas públicas y comunitarias permanecían cerradas.
De hecho, durante la temporada pasada, Swimmy, la herramienta online dedicada al alquiler de piscinas, contabilizó en España (donde tiene más de 400 registradas por toda la geografía del país) entre 1.600 y 1.700 alquileres de piscinas privadas, una cifra que esperan triplicar de cara a este año con el objetivo de alcanzar las 5.000 reservas.
"La pandemia ha sido clave en positivo, ya que este modelo de negocio ofrece un espacio al aire libre con piscina en un entorno privado", señalan desde Swimmy. Garantizar esa seguridad es uno de los aspecto que desde la compañía relacionan con el incremento de usuarios, al que en los últimos meses se han unido las celebraciones: "Hemos detectado que el 20% de los usuarios que están alquilando piscinas privadas lo hacen para celebrar eventos: despedidas de soltero, cumpleaños, reuniones familiares o, incluso, eventos de trabajo".
Esta plataforma, que cuenta con más de 140.000 usuarios a nivel global, nació en Francia en 2017, dos años después hizo su zambullida en España y esta temporada ha empezado su actividad en Italia, Alemania y Estados Unidos. Teniendo en cuenta el crecimiento esperado por la firma a nivel global, su objetivo es alcanzar las 50.000 reservas para esta temporada, multiplicando casi por tres los 16.000 alquileres registrados en 2020. Dichas reservas se realizaron en 1.700 unidades, lo que significa que, de media, una piscina de Swimmy tiene 10 reservas al año.
¿Cómo funciona?
Swimmy, a través de su plataforma, pone en contacto y facilita la comunicación entre los propietarios de las piscinas y los usuarios. Así, mediante un sistema de funcionamiento sencillo el propietario se registra y da de alta su piscina (la casa no está incluida), detallando las características de la misma así como los extras que quiere ofrecer: barbacoa, tumbonas, pista de tenis... Otra de las informaciones que aporta es quién recibirá al usuario en su llegada, además de los horarios destinados para el alquiler y el precio.
Por su parte, el usuario selecciona la piscina en función de sus preferencias, realiza la reserva y la alquila al completo para contar con la mayor privacidad (las hay de distinta capacidad llegando algunas hasta las 25 personas). "La esencia de Swimmy es que tienes el espacio totalmente en exclusiva de una manera privada para ti y tu grupo", señalan desde la firma. Además de en la página web, también se puede acceder a los servicios de Swimmy mediante su APP, lanzada recientemente.
¿Cuál es el precio?
Pero, ¿cuánto vale alquilar una piscina privada? El precio puede oscilar entre los 10 y los 40 euros por persona y día. Así, las piscinas se encarecen, sobre todo, por la ubicación, ya que cuanto más cerca están de la ciudad mayor es su precio, aunque también hay que tener en cuenta los extras que ofrece. Por ejemplo, esta temporada alquilar una piscina privada en Madrid cuesta, de media, 15 euros el medio día y 20 euros la jornada completa. Desde Swimmy apuntan que "los propietarios podrían ganar aproximadamente 1.200 euros por mes, incluso algunos de ellos han ganado hasta 11.000 euros en una temporada".
El importe percibido debe declararse como arrendamiento de capital inmobiliario, para ello, Swimmy "envía un justificante del total que han ganado los propietarios en la plataforma y este importe figurará en su declaración anual del IRPF". En cuanto al beneficio de Swimmy, la compañía aplica un 20% al huésped y un 17% al propietario.