
Cada día que pasa se realizan menos pruebas diagnósticas contra el covid (antígenos y PCR). Esta es una realidad tanto en España como en la mayoría de grandes mercados, algo que las compañías líderes en este negocio ya perciben. Abbott ha cambiado sus previsiones de ventas y de los 7.000 millones que pensaban facturar a lo largo de 2021 se quedarán en 4.000. Por su parte, Roche también calcula que en unos meses se perderá hasta el 80% de aquel mercado. Otras compañías como Becton Dickinson también prevén caídas de este mercado.
En España se ha comenzado a ver esa erosión del mercado, sobre todo a partir de abril. En el último mes y medio, la media diaria de test realizados en nuestra país ha pasado de 123.757 pruebas diagnósticas a 99.505. Las pruebas que menos se han vendido son PCR, pero la caída también existe en los de antígenos.
Desde Roche explican que a comienzos de año ya se imaginaban que el comportamiento del mercado entre los dos semestres del año iba a ser completamente diferente. Las razones que lo explican son varias, pero la principal es el aumento de la vacunación y la gran eficacia que han mostrado esos antígenos a la hora de frenar la pandemia. "En unos meses quedará el 20% del pico máximo que se alcanzó en los meses de diciembre y enero; acabará siendo un remanente estacional. Tenemos clientes que ya no nos piden más test porque tienen en stock. Pero esto es una buena noticia porque controlar la pandemia permitirá recuperar la actividad hospitalaria. Por ejemplo, el diagnóstico oncológico ha aumentado un 30% respecto al año anterior", explica Carlos Freixas, director de Marketing de Roche Diagnostics en España.
Las empresas españolas también han comenzado a notar el deterioro de la demanda, si bien puntualizan que no afectará a sus cuentas anuales. "La vacunación, el fin de la exigencia de un test para volar, el pasaporte Covid, son medidas que hacen que se necesiten menos test", explica Belén Barreiro, directora general de Ingenasa. "Pero nosotros no estamos muy afectados. Hay que tener en cuenta que llegamos más tarde que Abbott y Roche y estos tienen el 90% del mercado, aproximadamente", reconoce.
Sin embargo, Barreiro augura un incremento de los test de anticuerpo por la demanda individual. "Hay muchas personas que los piden porque quieren saber cuánto tiempo le dura la protección de la vacuna. También debería la administración tenerlo en cuenta, porque nosotros hemos visto análisis en residencias donde se comprueba que los mayores de 80 años tienen menos cantidad de anticuerpo que el personal que los atiende. Sería interesante hacer comprobaciones para saber cuándo es mejor poner la dosis de recuerdo", afirma.
En este sentido, anima a las administraciones a realizar ensayos con estos test de anticuerpo para anticipar con mayor conocimiento cuándo será recomendable esa dosis de recuerdo y, sobre todo, si la memoria de las defensas varía según la edad de la persona vacunada.
Desde Roche no creen que los anticuerpos vayan a crecer de manera exponencial, pero sí que creen que los test de antígeno tienen oportunidades de crecimiento. "Estamos a la espera de que el Gobierno apruebe el Real Decreto que estaba preparando para su venta libre en farmacia, esto puede suponer un repunte", dice Freixas. El director de marketing recuerda que permitir la venta libre de estos dispositivos ya se hace en muchos otros países y eso repercute positivamente en la demanda. "En Alemania, por ejemplo, se pueden comprar en supermercados", explica el directivo de Roche Diagnostic.