Empresas y finanzas

Sin filtros, fieles a uno mismo

  • Es momento de disfrutar de momentos especiales en los que las personas no necesitan filtros y son realmente como son.
  • Con El Águila Sin Filtrar, se disfruta de una receta tan disruptiva como tradicional.

¿A quién no le ha pasado? Estar de viaje o en un bonito restaurante con tu pareja, sacar el móvil y hacerse una selfie. Pero, el resultado no te gusta porque estaba en funcionamiento el filtro de belleza con demasiada potencia. Te ha puesto la piel más lisa y unos labios voluminosos y te ha maquillado los ojos. Distorsiona la realidad, te quita las arrugas, aunque también las formas naturales y evidencia que hay un toque de retoque fotográfico, que se te ha ido la mano con la Inteligencia Artificial. Lo desactivas. Ahora, con la mascarilla, las patas de gallo resaltan más que nunca, porque sonríes con los ojos. Pero, no importa. Piensas que es momento de reivindicar que la belleza se encuentra en fisonomías y curvas reales, únicas y diferentes, en lo que es la belleza sin filtros.

Normalmente, invertimos al menos diez minutos en maquillar una fotografía antes de compartirla en nuestras redes sociales. Los filtros afectan a nuestra percepción de belleza. Hace tres años, un estudio de la Sociedad Española de Cirugía Plástica y Estética destacaba que uno de cada diez españoles que recurren a la cirugía estética lo hace influenciado por los selfies y los comentarios de sus seguidores en las redes sociales. Hay países que están intentando poner remedio a esto. En Reino Unido, el organismo de autocontrol publicitario Advertising Standards Authority (ASA) ha prohibido el uso de filtros de belleza en ciertas redes sociales a los influencers, no a los particulares, que publiciten una marca, aunque no estén patrocinados por ésta.

Los filtros afectan a nuestra percepción de belleza

En El Águila, que elabora las cervezas El Águila Sin Filtrar y El Águila 1900, valoran aquello que es auténtico y real. Consideran que ser fiel a sí mismo y tomar sus propias decisiones, es una expresión máxima de libertad, ya que nos libera de intentar ser constantemente alguien que no somos. Ser auténtico es sentirse cómodo con lo que somos, con la perfecta imperfección, es sentirse positivo con lo que está sucediendo. Según un estudio de Cooper y colaboradores de 2018, los factores ambientales determinan si uno se siente auténtico o no, además de cualquier interacción de personalidad y comportamiento.

Nueva red social

Hay quien ha escuchado a las señales de alarma. Por ejemplo, el youtuber David Dobrik ha creado una nueva red social de fotos donde las fotografías que se toman se revelan al día siguiente y no hay herramientas de edición con filtros. Sólo se le puede añadir flash o hacer zoom, a la antigua usanza, como cuando no teníamos potentes cámaras digitales en nuestros móviles. Está conquistando sobre todo a la generación Z, los nacidos en los últimos años de los 90 e inicio de los 2000, por su no a la inmediatez, por su naturalidad y por su espontaneidad.

Se abre la aplicación, se hacen las fotografías del instante que se quiere inmortalizar y se espera hasta las 9:00 horas del día siguiente para poder verlas. Cuando están listas, se pueden compartir, no antes. No es necesario poner el hastag #nofiltros, que se popularizó en algunas redes sociales hace unos años, para dejar claro que estábamos mostrando la realidad tal cual, puesto que no dispone de filtros. Ya es una de las aplicaciones de foto y vídeo más descargadas.

En esta nueva red social, sólo se puede añadir flash o hacer zoom, como cuando no teníamos potentes cámaras digitales en nuestros móviles

Llevamos más de un año viviendo de una forma diferente. Un trabajo que analiza el impacto psicológico del Covid-19, realizado por el equipo de la cátedra Contra el Estigma de Grupo 5 y la Universidad Complutense, concluye, entre otras cosas, que es necesario promover iniciativas que favorezcan el bienestar espiritual de la población.

Hemos tenido que estar separados y deseamos disfrutar de momentos sin filtro. Es decir, de momentos especiales en los que las personas no necesitan filtros y son realmente como son. En su esencia máxima y con sus amigos y personas queridas. De momentos que se convierten en únicos, porque estás en el hogar o en una comida con un amigo de verdad. Todos utilizamos filtros en nuestra vida diaria para no hacer o decir cosas que podrían ser vistas de forma incorrecta, pero con ellos no se necesitan.

En esos encuentros, un elemento común es la cerveza. Las cervezas de El Águila, que siempre recomienda un consumo responsable, no dejan indiferentes a los que tienen un espíritu libre y son amantes de los momentos sin filtro. Precisamente, El Águila Sin Filtrar, como recién salida del tanque, es una cerveza inspirada en los métodos tradicionales de elaboración de cerveza de principios del siglo XX en los que no se filtraban las cervezas y se mantenía toda la levadura tal como está en el tanque de fermentación, porque un sabor genuino no necesita filtros ni distracciones.

Sigue la tradición de la cerveza de bodega, que se servía directamente del tanque de maduración en frío y con la levadura flotando. Por esa razón, está ligeramente turbia y requiere un mimo especial: es controlada manualmente por el maestro cervecero para asegurarse el nivel justo de turbidez. Es muy importante darle la vuelta a la botella antes de abrirla para despertar la levadura en suspensión y disfrutar su sabor.

Las cervezas de El Águila no dejan indiferente a nadie

Al no ser filtrada, se realza especialmente el carácter de sus lúpulos Perle y Lemondrop®, el cual se añade a través de la técnica de late hopping, que consiste en incluir lúpulo al final del proceso de cocción. Este método intensifica el aroma y aporta frescor a la cerveza. De esta manera, se disfruta de una receta tan disruptiva como tradicional, fácil de beber. Por cierto, es la única cerveza española que ha sido distinguida con el premio Monde Selection Grand Gold Quality en 2020.

Para los que buscan esa misma cerveza, pero filtrada, está El Águila 1900, una lager muy equilibrada, con un sabor característico, que combina intensidad de la malta caramelizada junto con la frescura de su mezcla de lúpulos, al que se le suma el citado Lemondrop®. Al beberla se perciben aromas frescos con un toque cítrico aportados por sus lúpulos cuidadosamente seleccionados. En ambas cervezas se prima siempre el cariño a las materias primas especiales empleadas para su elaboración.

El Águila recomienda el consumo responsable

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