Unicaja necesita mayor apoyo del Estado para materializar la fusión con CCM sin poner en peligro su propio futuro. Ese el mensaje que los máximos responsables de la entidad andaluza plantearán mañana al Banco de España en una reunión a la que asistirán también los directivos de la caja castellana y los auditores de PricewaterhouseCoopers, que han cifrado el agujero de ésta última entidad en 3.000 millones de euros.
Según han confirmado fuentes financieras, "será en esta reunión cuando se conozca el detalle de la auditoría". CCM, en cualquier caso, niega que su agujero financiero sea tan elevado como plantea el auditor.
Tal y como adelantó elEconomista el pasado 7 de marzo, aunque las negociaciones siguen todavía abiertas, el ministro de Economía, Pedro Solbes, está dispuesto a aprobar un paquete de ayudas entre 500 y 1.000 millones, muy lejos todavía de los más de 2.500 millones que reclama Unicaja. El problema fundamental es que el dinero tiene que salir del Fondo de Garantías de Depósitos (FGD) de las cajas, que se eleva a sólo 4.200 millones.
El 70% del fondo
Es decir, que para tapar el agujero de CCM haría falta utilizar hasta el 70% de los recursos totales del FGD. Y aunque Solbes manifestó ayer que el fondo podría incrementarse, el Gobierno considera que no sería muy sensato utilizar ahora la mayor parte del dinero en una única operación, sobre todo si se tiene en cuenta que en el futuro puede haber más cajas con problemas que requieran también recursos financieros.
El problema fundamental de la entidad que preside Juan Pedro Hernández Moltó es que está actualmente atrapada en varias quiebras inmobiliarias y resulta obvio que los problemas son bastante más profundos de lo que podía parecer en un principio.
El 45% de los créditos de CCM -su cartera global ronda los 20.000 millones- se concentra en el sector inmobiliario y, a falta todavía de los datos del pasado ejercicio, su tasa de morosidad rondaba ya el 5% al cierre del tercer trimestre de 2008. De acuerdo con los datos que maneja el Banco de España, CCM habría asumido un riesgo excesivo con promotores. Este es el caso de Domingo Díaz de Mera, principal accionista del aeropuerto de Ciudad Real, en el que la entidad participa con un 20%, o Román Sanahuja, antiguo accionista de referencia de Metrovacesa.
Con la bendición de la CNC
La operación más arriesgada, en cualquier caso, fue la financiación del núcleo duro de la Inmobiliaria Colonial, en la que también estaba Díaz de Mera.
Las cajas saben, en cualquier caso, que cuentan con apoyo de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) en su proceso de integración. "Una fusión entre entidades financieras no sólo no perjudica a la competencia, sino que impulsaría la entrada de nuevos operadores, ya que no existe ninguna barrera de entrada", aseguraron ayer fuentes de la CNC.