Empresas y finanzas

ConnectedLife y Telefónica negocian con Moncloa el pasaporte de vacunación

  • El proyecto tiene aspiración europea y un coste estimado de 45 millones
  • El usuario de la aplicación deberá certificar su identidad con un documento oficial
  • El código QR que se genera solo dura 30 segundos para evitar posibles fraudes

España tiene mucho que decir en las negociaciones que se están llevando a cabo en el seno de la Comisión Europea para desarrollar un pasaporte de vacunación que facilite la movilidad de las personas y, con ello, se acelere la recuperación económica. ConnectedLife, una empresa nacida en el año 2016, tiene una herramienta digital que podría implementarse en el plazo de dos semanas. Se llama I-Life y, bajo cumplimiento de las leyes de protección de datos, permitiría a un ciudadano tener una ficha digital en su móvil donde se registraría si está vacunado o no.

El socio tecnológico de la compañía es Telefónica y entre ambos han abordado ya al Gobierno con el objetivo de que apueste por esta herramienta. "I-Life es una solución puntera creada en España y 100% española que cuenta con las máximas garantías al prestar el servicio, el respaldo de un socio tecnológico como Telefónica para garantizar la estructura y por tanto la disponibilidad y prestación del servicio a un número ilimitado de usuarios", explica la presidenta de Connected Life.

En diciembre comenzaron las negociaciones con diferentes ministerios del Gobierno de Pedro Sánchez. Por un lado, Rodríguez Silván, ya se ha reunido con las carteras de Exteriores e Industria. "Con los primeros el objetivo es que esta herramienta se presente en Europa y sea común para todos los países, con los segundos buscamos su impulso", explica.

La primera de esas reuniones es importante, ya que no parece viable que cada país de la Unión Europea tenga su propio sistema para certificar las vacunaciones. La empresa defiende su proyecto y recuerda que los trabajos ya están hechos. "Si nos dieran luz verde hoy estaría disponible para Semana Santa", añade Rodríguez Silván.

La CEO también explica que Telefónica está también inmersa en las negociaciones. "Ellos se han reunido ya tanto con Sanidad como con Interior y Vicepresidencia, con el área de Digitalización", comenta. Su opinión sobre esos contactos es positiva y cree que en dos semanas podrían tener una respuesta por parte del Ejecutivo de Sánchez.

Junto al trabajo tecnológico están los aspectos económicos. Una de las opciones que maneja la empresa es que el Gobierno utilice una parte de los fondos europeos para financiar el proyecto y ponerlo en marcha, de forma que la aplicación sea gratuita para los ciudadanos. Si bien avisan de que es pronto para poner cifras económicas sobre la mesa, sí que ofrecen una estimación. "Calculamos que el proyecto saldría con unos 45 millones de euros".

¿Cómo funciona?

Pero, ¿qué es y cómo funciona I-Life? Esta pregunta es importante porque los ciudadanos, por regla general, recelan de aplicaciones donde tengan que dar muchos datos personales. Basta con ver el progreso del arma tecnológica del Gobierno para fortalecer los rastreos del virus: desde el 19 de agosto hasta el 7 de marzo las descargas oficiales que se han producido de RadarCovid son 7.127140, un 15% de la población. Rodríguez Silván insiste en que se asegura la confidencialidad de los datos personales hasta el punto de que la herramienta funciona también offline. Además, también pide campañas de comunicación y formación para conseguir lo que considera que es el futuro. "Tenemos que ir hacia el ciudadano digital y este pasaporte de vacunación es una parte, se puede hacer mucho más", afirma.

Lo primero que tiene que hacer un usuario es introducir su nombre y fecha de nacimiento. A continuación, deberá validarla con cualquier documento oficial, como por ejemplo un DNI. Esto es así porque lo que se persigue también es evitar fraudes, de tal manera que se pueda asegurar en todo momento que el usuario y la persona vacunada son la misma identidad. A partir de ahí, el resto es un trabajo de conectividad y funcionalidad con, en este caso, el sistema sanitario y el resto de países europeos.

Cuando una persona se vacuna, el médico deberá realizar una firma digital que I-Life certificará. A partir de ese momento se genera automáticamente el certificado. "Por supuesto, contamos con la comunidad científica, que debe incluir sus criterios para que la aplicación los recoja", añade Rodríguez Silván. De lo que avisa la CEO de ConnectedLife es que es posible que una vez vacunado se deba permanecer unos días en casa antes de poder viajar, por ejemplo, algo que influiría en la aplicación antes de generar el código que sirva, a la postre, como pasaporte. Esos códigos, además, solo podrán leerse por profesionales autorizadas por I-Life.

La aplicación, además, tiene un sistema para evitar falsificaciones. El código QR que se genera para ser comprobado por los profesionales (una vez se está vacunado) se destruye a los 30 segundos. "Además, no puede ser leído por ninguna de las aplicaciones que existen para leer esos tipos de códigos, está encriptado", añade Rodríguez Silván. La aplicación no se ciñe solo a la vacunación. Hoy por hoy también puede ser utilizada para la validación de test PCR, con una seguridad extra a la que se aporta hoy en día, ya que sería mediante el código generado por la aplicación, que, recuerdan, solo se puede usar si se ha registrado la identidad verificada con un documento de identidad.

Rodríguez Silván también relata las implicaciones que tiene poner una herramienta como esta cuanto antes en el mercado, incluyendo la trazabilidad de las pruebas diagnósticas mientras avanza la vacunación. "Se podría garantizar con seguridad que los estadios de fútbol se llenen al 80%, los museos al 30%, la hostelería al 70% o el turismo un 30%, y estos son porcentajes de mínimos. Estamos hablando de recuperar un 8% del Producto Interior Bruto", asegura.

Los inicios de la aplicación

ConnectedLife no ha llegado de nuevas a este territorio de las aplicaciones móviles. Hace años que funciona una aplicación en España para mejorar las situaciones de riesgo de los ciudadanos cuando necesitan auxilio. Accidentes de tráfico, ascensores cerrados… El tiempo de salvamento se ha reducido en un 90% por los que utilizan la aplicación (Servicios de ambulancia, conexión con DGT o la UME). Según los datos que ofrece la propia compañía, se habrían evitado gracias a la aplicación 350.000 vidas en Europa.

El motivo de su desarrollo nace de una triste historia personal que traslada su creadora y actual presidenta. "La idea surgió tras perder a un ser querido porque los equipos de salvamento no llegaron a tiempo. Con esta aplicación buscamos que no le vuelva a ocurrir a nadie más", dice. Fue entonces cuando se concibió la idea que, hoy, se erige como posible pasaporte de vacunación para el Covid-19 que asegure el movimiento seguro de ciudadanos.

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