Empresas y finanzas

De compras por el Reino Unido

Miguel Angel Mondelo

Madrid, 28 nov (EFECOM).- Al igual que los consumidores de a pie se pasan por "Harrods", los míticos almacenes de Mohamed Al Fayed, cuando visitan Londres, las grandes empresas españolas empiezan a acostumbrarse a ir de compras al Reino Unido.

Iberdrola, que ha alcanzado un acuerdo de integración con el grupo escocés Scottish Power, es la cuarta compañía española que se cobra pieza (de caza mayor) en el liberalizado mercado británico tras el banco Santander (Abbey), Telefónica (O2) y la constructora Ferrovial (BAA).

La operación plantea al menos tres lecturas: una en clave europea, otra nacional y una tercera estrictamente empresarial.

El acuerdo entre Iberdrola y Scottish Power demuestra que el grado de liberalización en cada uno de los países comunitarios es muy distinto.

Las facilidades que los inversores extranjeros encuentran en el Reino Unido nada tienen que ver con las trabas habituales en mercados como el francés o el italiano.

Una prueba más del trecho que queda por recorrer para conseguir un mercado único de la energía en la Unión Europea (UE).

La operación, impulsada por el presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, demuestra también que, para las grandes compañías españolas, es más fácil crecer fuera que en casa.

Iberdrola no espera mayores problemas para lograr las pertinentes autorizaciones, tanto en Bruselas como en el Reino Unido.

Por el contrario, Sánchez Galán ha repetido que una eventual fusión en España resulta de momento inviable por las limitaciones que impone la normativa en materia de competencia.

De hecho, ACS ha aparcado una posible fusión entre sus dos participadas -Unión Fenosa e Iberdrola- a la espera de cambios regulatorios.

Lo más curioso del caso es que la compra de Scottish Power puede permitir a la constructora presidida por Florentino Pérez superar los obstáculos normativos.

De acuerdo con la legislación europea, una operación corporativa tiene dimensión comunitaria cuando al menos una de las empresas afectadas obtiene más de un tercio de su cifra de negocio en países distintos al suyo.

Una vez completada la integración con el grupo escocés, Iberdrola cumplirá este parámetro y, por lo tanto, un eventual proyecto de fusión con Unión Fenosa deberá ser analizado por la Comisión Europea (CE).

Incluso si la decisión corresponde a Bruselas, es probable que el proyecto deba pasar por la tijera de las desinversiones, pero Sánchez Galán se muestra convencido de que habrá más oportunidades en la capital comunitaria que en Madrid.

Si la operación Iberdrola-Scottish Power se analiza desde el punto de vista empresarial, la primera conclusión es que la operación permitirá a la eléctrica española acceder al selecto grupo de las grandes compañías energéticas europeas, junto a la francesa EDF, las alemanas E.ON y RWE y la italiana Enel, y por delante de su principal competidor en España, Endesa.

Aunque Sánchez Galán ha repetido que no se trata de una operación defensiva, lo cierto es que la compra de Scottish Power convierte a Iberdrola en un bocado difícil de digerir.

El sector energético español sigue en efervescencia, con la pugna por el control de Endesa en todo lo alto entre Gas Natural, E.ON y Acciona.

Además, los nuevos responsables del Ministerio de Industria preparan cambios normativos que afectarán, entre otros aspectos, al sistema tarifario, a la contratación de la energía eléctrica en el mercado y a la retribución de las energías renovables. EFECOM

mam/jlm

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