La patronal de la sanidad privada, Aspe, ha propuesto al Gobierno que le deje margen de maniobra para poder negociar con las farmacéuticas la compra directa de vacunas. El objetivo es diseñar un circuito paralelo que permita la vacunación de sectores estratégicos desde el punto de vista económico que, sin embargo, no están en las primeras posiciones del Plan de Vacunación del Estado por no ser personas vulnerables o sanitarios. Los hospitales privados representados en esta patronal quieren vacunar en sus centros a profesionales del sector del turismo, la hostelería y a los farmacéuticos.
La negociación comenzó hace unos días en una reunión que mantuvo el Gobierno con los sectores mencionados. Ahí estuvo representada Aspe, quien tiene intereses en el turismo porque parte de sus ingresos responde a la asistencia que presta a extranjeros. En esa cita pidieron al Gobierno que autorizase al sector a negociar directamente con las farmacéuticas, con el objetivo de establecer una especie de central de compras para atraer mayor volumen de dosis a España.
La dificultad que tiene por delante el sector es precisamente que el Gobierno le habilite para poder comenzar a negociar con las farmacéuticas que tienen la vacuna aprobada ya: Pfizer/BionTech, Moderna y AstraZeneca. España, al ceder la potestad de negociar a la Comisión Europea, también renunció a poder iniciar operaciones de compra por su cuenta. Sin embargo, esto afecta al sector público y no está claro si se extendería a los operadores privados.
En relación a la participación de la sanidad privada en la campaña de vacunación, Moncloa cede el protagonismo a las comunidades autónomas. Hasta la fecha, solo Madrid, Cataluña, Murcia y Andalucía han indicado que contarán con ellos para acelerar el proceso de vacunación. "Parece que no hay mucho interés en que aportemos en este momento nuestro apoyo, infraestructura y experiencia", afirma el presidente de la patronal, Carlos Rus.