La tensión entre la UE y las farmacéuticas, sobre todo con AstraZeneca, por el retraso con las entregas de las vacunas para el Covid-19 ya ha saltado al terreno diplomático. En un coreografiado combate entre el Reino Unido y sus antiguos socios, Londres y Bruselas pelean por asegurarse las vacunas de AstraZeneca. La pugna llega tras el anuncio del laboratorio de que recortará la entrega de dosis para la UE hasta dejarlas en el 25% de lo acordado para el primer trimestre, aunque se desconocen las cifras reales por el acuerdo de confidencialidad y la falta de claridad del laboratorio.
Dada la falta de información que está facilitando AstraZeneca a los europeos sobre su producción y exportaciones, y el temor a retrasar aún más el ritmo de vacunación en Europa, la Comisión Europea ha decidido pasar al ataque. El Ejecutivo comunitario tiene previsto adoptar pronto, probablemente este mismo viernes, un mecanismo para la transparencia en las exportaciones.
Fuentes comunitarias se esforzaron ayer por aclarar que el objetivo "no es bloquear exportaciones, sino obtener información" sobre qué se exporta y a quién. Sin embargo, si las autoridades del Estado miembro donde se encuentran las fábricas de los laboratorios o la Comisión detectan que las compañías no están cumpliendo con los acuerdos de compra previos firmados con Bruselas, podrían bloquear las exportaciones a terceros países.
El Ejecutivo comunitario todavía estaba terminando de perfilar ayer por la tarde el criterio que utilizarán para validar las exportaciones fuera de la UE, que siempre recibirán el visto bueno en situaciones humanitarias, por ejemplo en el caso de las vacunas para los países en desarrollo canalizadas a través de la alianza Covax. La Comisión también estaba ultimando el rol que jugará en el proceso de autorización, por ejemplo si tendrá la última palabra en caso de disputa con las autoridades nacionales para validar los envíos fuera de la UE. Eso sí el mecanismo no se aplicará entre Estados miembros.
Respuesta a AstraZeneca
El mecanismo supone una respuesta directa a la crisis abierta a raíz del caso de AstraZeneca, cuya vacuna se espera que reciba el visto bueno esta semana. Primero, porque la Comisión busca conseguir con él la claridad que no está obteniendo del laboratorio, tras tres reuniones en los últimos días y un contacto constante. Segundo, porque este nuevo instrumento estará en vigor solo durante este primer trimestre, por lo que el foco se centra principalmente en esta disputa. Y, tercero, porque de esta manera la UE se arma con las herramientas para bloquear la salida de las vacunas desde los centros de producción de la farmacéutica en su territorio (en Bélgica y Alemania), si la compañía no envía dosis procedentes de sus dos factorías en el Reino Unido.
Según AstraZeneca, el origen del problema está en las dificultades que padece su planta belga, que es la que debe proveer de vacunas a la UE, según su versión. Sin embargo, la Comisión indicó este miércoles que el contrato firmado con la compañía sueco-británica incluye las cuatro fábricas europeas (también las dos del Reino Unido) como proveedoras de la vacuna para la UE, por lo que pidieron que cumplan con los pedidos acordados usando también los centros británicos. Sin embargo, Londres no parece estar por la labor. El ministro británico Michael Gove, dijo que el laboratorio debe continuar con el suministro de las vacunas acordadas con el gobierno británico. "No habrá ninguna interrupción".
Inspecciones
En medio de toda la tensión y la desconfianza con el laboratorio, las autoridades belgas, a petición de la Comisión Europea, inspeccionaron la planta de AstraZeneca en su país para comprobar si son ciertos los problemas que alega la compañía para no facilitar las dosis acordadas con la UE para este trimestre. El ministro de Sanidad belga, Frank Vandenbroucke, confirmó ayer que un equipo de funcionarios europeos, procedentes de Bélgica, Italia y España, acudió a la fábrica de la farmacéutica en la ciudad belga de Seneffe. Allí recabaron documentación e información sobre los supuestos problemas de producción. Fuentes comunitarias explican que el número de dosis acordadas para este trimestre es una cifra de tres dígitos, aunque el acuerdo de confidencialidad firmado con AstraZeneca prohíbe desvelarlo.