Empresas y finanzas

2.600 horas de sol al año, una de las muchas razones para apostar por el autoconsumo

  • El ahorro, la posibilidad de gestionar el consumo propio y, por supuesto, la contribución a la salud del planeta, son otras cuestiones de peso a la hora de elegir esta alternativa
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El sol es uno de los principales activos de este país. España disfruta de 2.600 horas anuales de luz solar de media, lo que ha ayudado a convertirnos en una potencia turística de primer orden y en uno de los principales exportadores mundiales de frutas y hortalizas. Ahora, además, el sol nos ofrece una nueva oportunidad para impulsar nuestra economía: el desarrollo de la energía fotovoltaica, es decir, la transformación directa de la radiación solar en electricidad renovable a través de paneles fotovoltaicos.

Hace solo unos días, la Unión Europea decidió elevar del 40% al 55% su objetivo de reducción de emisiones para 2030. Para hacer realidad este compromiso, un requisito indispensable es, precisamente, aumentar la cuota de energía renovable, que Bruselas quiere situar en el 32% del consumo energético total dentro de diez años.

España es un alumno aventajado en este sector y en 2020 va a generar el 43,6% de su electricidad a partir de fuentes renovables, según datos adelantados por Red Eléctrica de España (REE), con un aumento significativo de la potencia instalada de origen eólico y, sobre todo, fotovoltaico, que crece un 65,9% en un año.

Las placas fotovoltaicas se están convirtiendo en un elemento característico del paisaje español. Y no solo del campo. Poco a poco, comienzan a ganar presencia en los tejados de ciudades y pueblos, donde cada vez más hogares y empresas optan por el autoconsumo de energía solar, no solo por el ahorro que conlleva, sino también por su contribución a la salud del planeta.

El autoconsumo está experimentando un gran crecimiento en los últimos años. Según los datos registrados por la Unión Europea Fotovoltaica (UNEF), en 2019 en España se instalaron 459 megavatios de nueva potencia fotovoltaica en instalaciones de autoconsumo, lo que supone duplicar la potencia instalada en 2018.

Y es que la investigación y la innovación tecnológica han dado un impulso a este tipo de energía renovable. Así, distintas compañías energéticas, como Repsol, están apostando por ella, desarrollando nuevos modelos de negocio que han hecho más accesible la instalación de placas fotovoltaicas, al tiempo que la tecnología ha mejorado su eficiencia y, por tanto, su rentabilidad. Una de las mayores ventajas que ofrecen los paneles solares fotovoltaicos es que son extremadamente duraderos y resistentes a las adversidades climáticas. Además, se caracterizan por generar energía de forma totalmente silenciosa, por lo que pasan desapercibidas una vez instaladas.

Ahorro y eficiencia

El sector energético español, consciente del interés de la sociedad por estas soluciones energéticas, está lanzando diferentes iniciativas para cubrir todo tipo de demanda. Un ejemplo de ello es Solify, de Repsol, que está dirigida tanto particulares como a empresas, e incluso a la industria, a la que puede ayudar a reducir sus emisiones de CO2.

Esta alternativa ofrece, además de ahorros en la factura de la luz, la monitorización y el mantenimiento de la instalación, a través de herramientas digitales. La app con la que se gestiona permite a los usuarios saber cuánta cantidad de energía de la que utilizan es captada por los paneles y cuánta proviene de la red eléctrica. Y es que, para garantizar el suministro en todo momento, cuando los paneles solares no están generando electricidad se consume la energía que procede de la red, que, en el caso de Repsol, cuenta con la máxima certificación de La CNMC, la etiqueta A, sobre su origen respetuoso con el medio ambiente. Y suma otra ventaja añadida: si se produce un excedente de energía por parte de las placas solares, la compañía lo compensa en la factura.

Otra solución innovadora es la generación distribuida. En este caso, la producción de la energía se acerca al punto de consumo, donde se crean comunidades solares que comparten la energía renovable generada en núcleos urbanos. Se trata de una alternativa que gana adeptos cada día, ya que resulta muy adecuada para un país como España donde predominan viviendas multifamiliares. Precisamente es lo que hace Solmatch, otro proyecto solar de Repsol: la energía se genera a partir de placas fotovoltaicas instaladas en las azoteas de los edificios que cuentan con espacio para ello y es compartida con otras viviendas de la zona. El inmueble, donde se instalan las placas solares que generan la electricidad -denominado Roofer, del inglés roof, tejado- saca partido de su azotea, sin inversión ni gestión alguna ya que todo lo realiza Repsol, y comparte la energía generada con los hogares situados en un radio de 500 metros- serían los Matchers, del inglés match, emparejar-, que pueden conectarse y disfrutar de energía 100% renovable.

Este tipo de soluciones se postulan, por tanto, como alternativas con gran potencial para contribuir a frenar el cambio climático, ya que ayudan a reducir emisiones y mejorar la eficiencia energética. Cada persona podrá participar activamente en la gestión de la energía que consume, e incluso, convertirse en generador de la misma, con el aliciente de que además será 100% renovable. En este camino, las empresas energéticas, a través de este tipo iniciativas, serán los mejores vehículos para alcanzar los objetivos marcados en el Acuerdo de París y avanzar hacia el nuevo modelo energético que demanda la sociedad.

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