
Telefónica muestra las dos caras de la misma moneda en Latinoamérica. Por un lado se reforzará en Brasil, uno de sus cuatro mercados estratégicos, y al mismo tiempo diseña una posible salida de países como Ecuador y Colombia, regiones puestas en revisión hace casi dos años. Sobre estas últimas ha trascendido el posible interés de Liberty Latam por adquirir dichas filiales de Telefónica, según ha informado la agencia Bloomberg.
En espera de que esas relaciones lleguen a buen puerto, lo que se ha concretado es la ofensiva conjunta por la brasileña Oi, que evidencia la apuesta de la teleco por convertir Brasil en el motor de su negocio en el medio y largo plazo. Pendientes de que la divisa local recupere el vigor de años atrás, la operación en el mayor mercado de Latinoamérica ya cuenta con los márgenes de rentabilidad más elevados del grupo (del 42%) y con el más importante esfuerzo inversor en despliegue de fibra óptica después del español (952 millones de euros en los nueve primeros meses del año).
La filial brasileña de Telefónica también ha registrado crecimientos de doble dígito en la generación de caja libre, con un incremento interanual del 50% entre los pasados meses de enero a septiembre, mayor en términos absolutos que el alcanzado en todo 2019. A todo lo anterior se añade un movimiento estratégico que ya encarrilado desde la pasada primavera: la compra parcial de la red móvil del operador Oi a través de un consorcio participado por Telefónica, en compañía de sus rivales Claro (América Móvil) y TIM (Telecom Italia). Según explican los expertos consultados, la filial brasileña de Telefónica tiene todo a su favor para protagonizar un gran salto de calidad y cantidad en cuanto el tipo de cambio de real brasileño resulte benévolo para los intereses del grupo. | Lea aquí el hecho relevante emitido a la bolsa brasileña.
La puja por Oi contó con una única propuesta, formada por la referida terna de operadores. En espera de conocer los detalles, se trata de una adquisición valorada en cerca de 2.700 millones de euros, cantidad a la que días atrás renunció a igualar Highline Brasil, compañía controlada por el fondo Digital Colony.
No obstante, aunque la subasta sople a favor de Telefónica y sus socios, aún falta por recibir los diferentes parabienes de las autoridades de competencia en Brasil. A grandes rasgos, la operación supone la desaparición de un jugador de relevancia en Brasil, con el refuerzo proporcional de los tres grandes del sector. Esto último podría provocar la devolución de espectro de algunos de los operadores. En cualquier caso, Vivo sería más líder en el mercado móvil de Brasil y le permitiría acelerar el crecimiento y aumentar su eficiencia operativa, con las ventajas que eso supone tanto para los clientes como para los accionistas. Asimismo, la compara parcial permitirá a Telefónica conseguir sólidas sinergias en espectro, eficiencia en red y comerciales.