
Es probable que su nombre no le suene, pero Jürgen Klaric es toda una revolución en América Latina. Aunque en su web evita ofrecer detalles de su biografía -nació en San Francisco de padres bolivianos y desarrolló sus estudios universitarios en México y Chile-, se presenta como "el influenciador de negocios y comportamiento humano más leído del mundo". También es conocido como el 'Steve Jobs' de la educación. Lo respaldan más de ocho millones de seguidores en sus redes sociales, a través de las que ha creado un imperio basado en conferencias y cursos para enseñar a la gente... cómo ser millonaria.
Klaric ha publicado con Planeta cuatro libros. El último en aterrizar en las librerías españolas, Conéctate con el dinero (Alienta editorial), está destinado a romper esquemas -lo que él llama "creencias limitantes"- que mantenemos las personas y que nos impiden ser millonarios. Lo ha leído usted bien. Si no es millonario, es porque no quiere. Palabra de Klaric.
Vayamos paso a paso. Lo primero que le propone el presidente del grupo Mindcode International es averiguar si usted es lo que él llama una "mente pobre". Si es así, estaremos ante la raíz de sus problemas económicos. Para ello, basta con que termine estas frases con sus propias palabras:
"Ser millonario es...", "el dinero es...", "el que se hace millonario de la noche a la mañana es..."
Si termina estas oraciones con calificativos negativos, se trata de un síntoma fehaciente de que usted desconfía del dinero, que no lo ama y que, en conclusión, es una mente pobre y no tendrá éxito económico en su vida. "El que tiene mente rica, cuando recibe cien dólares regalados, piensa de inmediato en cómo convertirlos en otros veinte billetes. La mente pobre, en cambio, se los come al otro día en una cena", describe el divulgador.
Klaric relata en las páginas de su libro, con un lenguaje directo y sin complejos, que él se dio cuenta de que también era una mente pobre mientras conducía su porsche cabriolet por Miami y charlaba animadamente con su asistenta. Entonces vivía en una casa de 1,2 millones de dólares y tenía éxito en sus negocios, pero su mente pobre le impedía alcanzar mucho más.
Para el autor, todo es sencillo. Se trata de eliminar creencias insertadas en nuestra materia gris desde el ámbito familiar y de la infancia para abrirse a la riqueza. "Es muy fácil hacerte millonario en el sistema actual", explica. Klaric apuesta por cargarse la meritocracia y la relación que liga la preparación y el estudio con un dorado devenir económico. De hecho, deja a la altura del betún el conocimiento académico o lo que instituciones como la universidad pueden aportar a la formación de una persona. La mente pobre no la puede cambiar ni el mejor MBA, únicamente, uno mismo, podemos inferir.
Cómo ganar su primer millón
Klaric le pone las cosas en bandeja para ganar su primer millón de dólares: o vende a 5.000 personas un producto de 200 dólares o consigue que 500 personas le paguen 162 dólares al mes por un servicio durante un año. Matemática pura. ¿Cómo hacerlo? Las directrices que ofrece este divulgador y experto en marketing no pueden ser más claras. Tampoco de mayor sentido común y un mínimo conocimiento del mundo actual en el que vivimos.
Entre sus cuatro tácticas estrella, alude a situar la tecnología como centro medular del negocio, pensar en negocios con posibilidades de rápida expansión internacional, trabajar con productos y servicios con un 40% de margen de rentabilidad y, la joya de la corona, "hackear" la industria. Esta última se refiere a lograr toda una revolución en el sector, a implementar soluciones creativas que hagan estallar por los aires las dinámicas tradicionales. Sencillo, ¿verdad? Si está frunciendo el ceño llegado a este punto, ya debe de saberlo. Usted es una mente pobre.