El co-presidente de Goldman Sachs, Jon Winkelried, no podrá vender la mayoría de las acciones de la firma de las que dispone cuando abandone el cargo a finales de este mes debido a una cláusula existente en el acuerdo firmado el pasado año con Warren Buffett para entrar en el banco, según informó el diario británico Financial Times.
Pocos días después de la caída del banco Lehman Brothers en septiembre, la compañía de Buffett, Berkshire Hathaway, acordó invertir 5.000 millones de dólares (3.945 millones de euros) en Goldman a cambio de 50.000 acciones preferentes. Además, obtuvo una garantía del 10% en el dividendo anual y acciones convertibles por valor de 5.000 millones de dólares (3.945 millones de euros) a 115 dólares (90,8 euros) cada una.
Según la cláusula del acuerdo, los cuatro principales ejecutivos de Goldman tienen prohibido vender más del 10% de sus acciones hasta octubre de 2011, a no ser que su compañía adquiera las acciones preferentes de Berkshire.
De este modo, Winkelried se verá afectado por las condiciones del pacto una vez que abandone Goldman. Los otros tres ejecutivos a los que se refiere la mencionada cláusula son el director ejecutivo de la firma, Lloyd Blankfein, el jefe de operaciones, Gary Cohn, y David Viniar, director financiero.
También en General Electric
En octubre, Buffett logró un pacto similar con General Electric (GE.NY), por medio del cual se embolsó 3.000 millones de dólares (unos 2.358 millones de euros) del 10% de las acciones preferentes.
En este caso, el director ejecutivo de la compañía energética, Jeff Immelt, y el director financiero, Keith Sherin, aceptaron no desprenderse del 10% de sus participaciones antes de que las preferentes sean canjeadas en octubre de 2011.
Winkelried, de 49 años de edad y uno de los ejecutivos mejor pagados de Wall Street, no ha aclarado los motivos de su marcha de Goldman. Sin embargo, una fuente cercana desveló que ya había barajado la posibilidad de dejar el cargo el pasado verano, aunque las posteriores turbulencias del mercado hicieron que se sintiese obligado a permanecer.