
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal ha publicado su segundo informe relativo al gasto farmacéutico de España. En esta ocasión se ha centrado en la farmacia hospitalaria, donde se analiza y evalúa el gasto farmacéutico hospitalario y el gasto e inversión en bienes de equipo de alta tecnología en los hospitales. Según la Airef, existe un nicho de ahorros potenciales de casi 1.000 millones de euros anuales si se comienza a fometar el uso de medicamentos biosimilares (versiones 'genéricas' de medicamentos innovadores biológicos).
La medida estrella de ahorro que ha propuesto la Airef no tendría necesariamente ese volumen económico para las arcas del Estado. De hecho se propone que el 20% de esa cantidad revierta en políticas de incentivos para conseguir, precisamente, que aumente la cuota de penetración de este tipo de fármacos.
El uso de biosimilares en España está por debajo de la media en la Unión Europea y, además, existe mucha heterogeneidad entre comunidades autónomas. "En el caso de las comunidades autónomas, las diferencias existentes son de más de 40 puntos porcentuales entre la comunidad con mayor grado de penetración en 2018 (Castilla-La Mancha, con un 46,8%) y la que menos (País Vasco, un 5,3%), situándose por encima del 40% únicamente en Castilla-La Mancha, Andalucía y Asturias", se refleja en el informe.
Pero España también tiene necesidades de inversión acuciantes, según la Airef. El parque de tecnología sanitaria se encuentra anticuado, con un grado de obsolescencia preocupante. La Autoridad Fiscal estima que la renovación de equipos públicos cuya antigüedad excede de su vida útil, teniendo en cuenta su grado de utilización (intensidad de uso), habría supuesto en 2019 una necesidad de inversión para el SNS de entre los 243 y los 356 millones de euros.
Por otra parte, la convergencia hacia los niveles de dotación por millón de habitantes de la media de los países de la OCDE teniendo en cuenta el grado de utilización de los equipos habría supuesto en 2018 una necesidad de inversión para el SNS de entre 203 y 282 millones de euros, o de entre 313 y 437 millones de euros si se pretende converger hacia los niveles medios de dotación de equipos de los países de Europa occidental.
En conjunto, las necesidades de renovación y ampliación del parque de equipos habrían supuesto, en media, una inversión de alrededor de 608 millones de euros en estos dos años.
Falta de transparencia
Otra de las deficiencias que ha encontrado la Airef en la gestión del gasto hospitalario es la falta de transparencia en la contratación de medicamentos. Estiman que el 70% de los contratos que se realizan atienden a la modalidad de compras menores, es decir, sin utilizar los procedimientos de adjudicación de la Ley de Contratos del Sector Público.
"El proceso compra de medicamentos se caracteriza, a diferencia de otros ámbitos de actuación administrativa, por una falta de transparencia tanto en los precios de los medicamentos como en el proceso de compra y formalización de los contratos. Una mayor utilización de la ley en la contratación de medicamentos favorecería, al menos, un mayor grado de transparencia en el proceso", aseguran en el informe.
Además, en el proceso de fijación de precios de medicamentos lamentan la falta de implicación de las comunidades autónomas. La decisión se toma en la Comisión Interministerial de Precios, que cuenta con solo tres votos autonómicos, por 11 de la administración general del Estado. Esta situación choca con que realmente la factura de esos medicamentos las pagan las comunidades. Es por ello que pidan mayor representación de éstas en las decisiones de gasto farmacéutico.
Peso del gasto hospitalario
El gasto sanitario supone el 6,4% del PIB y el 15% del gasto público, más de 71.000 millones de euros. La AIReF ya ha evaluado 17.500 millones del este gasto en el marco de las dos primeras fases del Spending Review. En la primera fase, analizó el gasto en medicamentos dispensados en farmacia, una partida que sumó más de 10.500 millones en el año 2017. En la segunda fase, la AIReF da continuidad a este análisis con la evaluación del gasto en medicamentos en el ámbito hospitalario y el gasto en bienes de equipo de alta tecnología, dos partidas que supusieron alrededor de unos 7.000 millones de euros en el año 2018.