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China aspira a codearse con alta costura occidental, en el precio

Marga Zambrana

Pekín, 22 nov (EFECOM).- China, que hasta ahora ha sido la fábrica del sector textil barato mundial, aspira ahora a codearse con la alta -y aún inalcanzable- costura occidental, pero en el precio, según ha demostrado la Semana de la Moda de China.

La prensa oficial se deshizo en elogios con los doce diseñadores locales desde que se inició el evento, el pasado miércoles, y entre ellos destacó a Guo Pei, Zhang Zhifei, Stephen Soh, Wang Yutao y Qi Gang.

Durante la Semana, que se celebra dos veces al año (abril y noviembre) y que finaliza hoy, los diseñadores chinos han llevado a cabo un despliegue de lujos basado en el precio de los componentes, pero carentes de diseño.

Zhang Zhifeng, diseñador de la marca NE Tiger, presentó su colección para bodas primavera-verano 2007, entre los que el "China Daily" destaca orgulloso el "vestido fénix", por ser el más caro: cubierto con más de 500.000 cristales Swarovski y realizado con el brocado "yunjin", exclusivo de los emperadores chinos.

Destaca la confección sin costuras tradicional utilizada en la elaboración de esta pieza, destinada a los nuevos emperadores del capitalismo chino y en la que participaron "doce maestros durante 800 horas".

A pesar de que Louis Vuitton cuenta con una historia de 150 años, Fendi de casi 200 y su marca sólo con 15, Zhang no se amedrenta y cree que no hay motivo "para dejarse intimidar".

"Se cree que la industria de lujo se originó en Europa, en particular en Francia. Pero puede que no sea cierto. La seda china ya era admirada por los romanos hace dos mil años", sentenció Zhang.

La diseñadora Guo Pei (37 años), que viste a la farándula local, tampoco se quedó atrás con su vestido "luz del sol", valorado en 633.700 dólares al estar confeccionado con oro y capas de bordados a mano que lo convierten en un auténtico artilugio deportivo al pesar 75 kilos.

Todos estos diseñadores, muchos de ellos nacidos en la sobriedad y el "feísmo" de la Revolución Cultural comunista (1966-76), empezaron a recuperar la tradición china del "qipao" (vestido largo femenino) después de que los grandes gurús de la moda occidental la valoraran, un hecho frecuente en su veloz y acomplejada apertura cultural.

"Confunden el valor del diseño con el de los componentes. Quieren llamar la atención por el material", declaró a Efe Xu Yue, empresaria y representante de la marca española Truco.

El diseño de lujo en China sólo se valora en dólares y en recuperar, hoy sí, con orgullo, una identidad milenaria, pero no en la riqueza estilística y estructural del propio diseño, hasta el punto de que el diario nipón "Mainichi Daily News" titulaba el aniversario de la Semana como "Una década de decadencia".

Ante la algarabía y el temor que despierta el sector de la moda chino en Occidente, los profesionales locales son realistas.

"No creo que dentro de poco tiempo haya diseñadores chinos al nivel europeo, porque les falta su sedimento cultural. Se necesitarán 8 o 10 años para que surja un diseñador chino con nivel internacional", declaró a Efe el joven diseñador Tabio Wang, un periodo en el que coincide Xu.

"Ahora hay muchos estudiantes en el extranjero, y en un futuro mezclarán los conocimientos foráneos con los chinos", dice Xu.

Entre los diseñadores favoritos de Wang figuran Liu Yang, Wu Xuewei y Qi Gang.

"Me inspiro en los elaborados pabellones y torres chinos. Mi colección representa la solidez de la arquitectura y los matices de la tinta china", explicó Qi Gang, quien dice que en sus diseños en gasa, seda y bordados se pueden percibir "las sombras de la luna, las nubes y los pabellones".

Como nadie es profeta en su tierra, destaca la ausencia del diseñador Frankie Xie (Xie Feng), con su marca Jefen, el primer chino que paseó sus modelos en la "meca" de París en octubre.

Un total de 35 diseñadores, 34 marcas de moda de China, Francia, Italia, Japón y Rusia y 500 modelos han participado en la exhibición de 3.000 piezas durante la semana, con 3.000 asistentes.

La pasarela se desbordó hasta las áreas artísticas pequinesas y marcas occidentales aprovecharon para presentar su pret-a-porter en la Factoría 798.

"Es interesante venir a inspirarse para luego comprar las copias locales", declaró a Efe Lingyi, una invitada, al hacer referencia al todavía gigantesco sector chino de la copia, pesadilla de Occidente. EFECOM

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