
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) suponen una hoja de ruta para contribuir a tener un mundo más sostenible en 2030. Para alcanzar estas metas, el sector de la energía juega un papel protagonista, en un proceso de transición energética y lucha contra el cambio climático, en el que todos, tanto los Gobiernos y empresas como los ciudadanos, deben contribuir para responder a este reto global.
Hacer efectiva una más que necesaria transición energética sostenible pasa por poner el foco en la innovación. Bien lo sabe la Fundación Repsol que –en su compromiso con el cumplimiento de los ODS– ha puesto en marcha la novena convocatoria de su Fondo de Emprendedores, un programa de aceleración para apoyar a startups que ofrezcan soluciones innovadoras en los ámbitos de la industria energética y química, la movilidad y la economía circular.
En palabras del director de este Fondo de Emprendedores, Eduardo García Moreno, "en Fundación Repsol estamos interesados en cómo abordar los retos futuros de la energía y nuestras startups se caracterizan por ser de base tecnológica, por su carácter disruptivo y por su capacidad de contribuir con sus innovaciones a una transición energética sostenible". El propio director también señala que esta aceleradora persigue "que los proyectos que apoyamos puedan llegar a convertirse en realidades de mercado en el menor tiempo posible".
Así, los proyectos seleccionados recibirán un apoyo económico de hasta 120.000 euros al año y asesoramiento por parte de un equipo de mentores. Además, los emprendedores podrán acceder a los expertos de Repsol e incluso desarrollar pruebas en las instalaciones de la compañía multienergética.
"A través del fondo no solo tuvimos acceso a fortalecer áreas en las que nuestro equipo no contaba con suficiente experiencia, sino que también nos sirvió como puente de enlace con Repsol como grupo", explica Juan Miguel Pérez, CEO y cofundador de Finboot, plataforma digital especializada en transacciones a través de blockchain que participó en la séptima convocatoria de este Fondo de Emprendedores. "Esa oportunidad de validar nuestra tecnología con un gigante industrial en plena transformación digital ha sido algo invaluable para nosotros y una pieza clave para nuestro crecimiento", añade.
Noelia Márquez, cofundadora de Venvirotech Biotechnology, y Mónica de Mier, de Bytelab Solutions, también son dos de las emprendedoras que han participado en esta iniciativa de Fundación Repsol, en la séptima y octava convocatoria respectivamente. Ambas profesionales valoran los conocimientos y el apoyo que puede aportar una empresa experimentada como Repsol. Y es que, como afirma Márquez, "los proyectos de energía son largos y costosos, porque son industriales".
Como señala Eduardo García Moreno, cabe destacar también que el proceso de aceleración se realiza de forma desinteresada, sin que implique ningún tipo de participación en el capital de la empresa, ni cesión de derechos de propiedad intelectual.
Cómo participar
A través de un formulario disponible (hasta el 4 de marzo) en la página web fundacionrepsol.com, cualquier pyme de base tecnológica que desee participar puede presentar su proyecto.
Es importante señalar que las soluciones en las que estén trabajando las diferentes startups tienen que poder englobarse en alguno de los siguientes ámbitos: tecnologías para obtener o para usar materiales de mayor valor añadido o altas prestaciones para la industria química; tecnologías disruptivas para el mercado eléctrico y la movilidad; eficiencia en operaciones en la industria del petróleo y del gas o economía circular.
Además de la puesta en marcha de su Fondo de Emprendedores –con ocho ediciones realizadas y 54 startups aceleradas–, Fundación Repsol también cuenta con un fondo de inversión, Repsol Impacto Social, focalizado en empresas que trabajan por la transición energética y que generan oportunidades de empleo para colectivos en riesgo de exclusión social.
Con una dotación de 50 millones de euros, la puesta en marcha de esta iniciativa supone la entrada de Repsol y su Fundación en el sector de la inversión de impacto, hasta ahora escasamente desarrollado en España.