
Poco a poco, Santander Private Equity, la gestora de capital riesgo del banco presidido por Emilio Botín, está avanzando en su apuesta por sacar adelante un segundo fondo de infraestructuras. Y eso que no lo está teniendo fácil. Sacudida por la sequía internacional en captación de fondos, la entidad aspira a poder contar con un volumen razonable, suficiente para poder realizar un primer cierre a lo largo de este semestre.
Sin embargo, la incertidumbre es tal que el banco declina poner una fecha concreta y tampoco se atreve a aventurar el importe de este primer cierre.
En cambio, es tajante a la hora de mantener su objetivo de 1.500 millones de euros para el cierre definitivo. En 2007, cuando Santander (SAN.MC) arrancó la maquinaria para levantar su segundo fondo de infraestructuras, ya se marcó esta meta. Pero la crisis financiera que sacudió a los mercados un año después ha complicado todos sus planes, obligándole a retrasarlos sin fecha concreta.
Interés por las infraestructuras
No obstante, el hecho de seguir apostando por un importe tan elevado demuestra el interés del banco por las infraestructuras, una actividad que le ha llevado a hacerse con activos tan importantes como Thames Water, el comparable británico del Canal de Isabel II, o Cory, una de las principales compañías de servicios de Reino Unido, por la cual pujaron gigantes del sector como Ferrovial <:FER.MC:>. Todas estas operaciones las realizó a través de Santander Infraestructuras I, su primer vehículo dentro de este negocio, que levantó en octubre de 2004 con 185 millones y un periodo de vida de diez años.
Pero los objetivos de su segundo hijo son muy superiores, como ha demostrado acompañando a Abertis (ABE.MC) en la compra de las autopistas chilenas de ACS, operación cerrada en 728 millones; y con la adquisición de la también chilena Aguas Nuevas, por unos 230 millones.
No obstante, como todavía no se ha realizado el primer cierre, quien ha capitaneado realmente estas compras ha sido la sociedad Capital Riesgo Global, propiedad también de Santander, que transferirá estos activos al nuevo fondo cuando esté realmente activo.
Largo retraso
Los buenos resultados que obtuvo Santander con su primer fondo de infraestructuras, unidos a las positivas previsiones que en todo el mundo se conceden a este negocio, convencieron a la entidad para lanzar en 2007 Santander Infraestructuras II. Pero, pocos meses después, ocurrió lo inesperado, con el estallido de la crisis económica mundial, que se ha llevado por delante la liquidez y ha frenado radicalmente la captación de fondos.
Ante este nuevo escenario, la entidad redefinió su estrategia. Por una parte, decidió dar de baja su segundo fondo de fondos de capital riesgo, una dura decisión que ejecutó en septiembre de 2008. Por otra, optó por mantener sus objetivos en infraestructuras, pero sin marcarse una fecha concreta, tanto para el primer cierre, como para los posteriores, con la única orden clara de mantener el objetivo de 1.500 millones.
Porque los problemas que se está encontrando, lejos de ser una excepción, son una tónica demasiado general. Hasta el gigante estadounidense Goldman Sachs, cuyo fondo de infraestructuras figura entre los más importantes del mundo, está teniendo serios problemas para levantar su segundo fondo, que quería dotar con 6.500 millones de dólares (5.060 millones de euros). Una cifra que ahora, en plena crisis financiera, se torna imposible.