La patronal de las grandes inmobiliarias, denominado G-14, sigue reduciendo su tamaño como consecuencia de la crisis económica y financiera. Martinsa Fadesa y Renta Corporación se han dado de baja de este grupo que representa a las principales compañías del sector, informaron a este diario fuentes cercanas a la asociación. Los promotores proponen al Gobierno que subvencione el alquiler con opción a compra.
A estas dos marchas hay que sumar la de Colonial, que presentó su dimisión a finales del año pasado, tal y como adelantó este diario. Ahora la patronal contará con diez miembros, pues el total de asociados era trece desde su fundación.
No obstante, ese número podría reducirse, ya que, según las mismas fuentes, más de un socio se está planteando salirse de la patronal. Algo lógico si se tiene en cuenta la delicada situación financiera que soportan las empresas del sector y el coste que supone estar en el grupo de las grandes inmobiliarias españolas. Un portavoz de Renta Corporació (REN.MC) confirmó a este diario la marcha de la compañía del G-14 y señaló que es una medida más de la política de contención de gastos que está llevando a cabo la empresa. Por su parte, Martinsa-Fadesa no quiso hacer ningún comentario al respecto.
Defender la imagen del sector
Tras estas salidas, Chamartín Inmobiliaria, Hercesa, Metrovacesa, Nozar, Parquesol, Grupo Rayet, Realia, Restaura, Vallehermoso y Reyal Urbis serán las que seguirán formando parte del lobby inmobiliario. En un principio se fundó cuando empezó a caer el mercado inmobiliario, y también, a tenor de los escándalos de corrupción urbanística que empezaron a salir a la luz pública, lo que debilitó la imagen del sector en el exterior. Ante este temor, los principales espadas de las inmobiliarias grandes decidieron unir sus fuerzas para lavar su imagen.
Bajo una crisis del sector más aguda de lo previsto, esa asociación dirigió todos sus esfuerzos a buscar nuevas fórmulas para impulsar una recuperación del mercado. Por eso, propusieron a las administraciones miles de medidas. En ese momento, empezaron a surgir diferencias en el seno del grupo, ya que los intereses de las promotoras no coincidían con las patrimonialista, por lo que la paz del G-14 se esfumó.
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