Empresas y finanzas

Santander y BBVA llevan su disputa a los despachos del Banco de España

La entidad central ha recibido quejas por el comportamiento que mantienen los dos bancos y comienza a existir preocupación porque la lucha entre Botín y González afecte al sector bancario."El BBVA es un gran banco y cada uno tenemos nuestra política". A través de esta afirmación, el presidente del Banco Santander, Emilio Botín eludía entrar en polémica con su más directo competidor, al que sólo unos días antes había empañado la presentación de resultados... pero BBVA tenía preparado su golpe.

Desde su cuartel general, el banco azul intentaba neutralizar el recorte de la retribución variable de sus consejeros ejecutivos con la congelación de la remuneración de la alta dirección.

Se trata de la última batalla en la larga guerra que BBVA y Santander o, más bien, Francisco González y Emilio Botín mantienen desde hace años y que ahora han trasladado a los despachos del Banco de España. Y es que según ha podido saber elEconomista, la entidad central habría recibido varias quejas sobre el comportamiento,
tanto público como privado, de las dos entidades en un momento en el que la imagen de la banca está sufriendo virulentos ataques por la polémica entorno a la concesión de créditos.

Aunque desde la institución que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordoñez recordaron que "nuestra relación con los supervisados es absolutamente confidencial",
las dos entidades rehusaron comentar este extremo en el que no se descarta que el Banco de España tome cartas para sellar la paz entre los dos gigantes de las finanzas y atajar cualquier conato de contagio al resto de la banca en un momento tan delicado como el actual.

El detonante

El punto de inflexión en esta guerra se habría producido a raíz de la macroampliación de capital de 7.200 millones de euros anunciada por el Santander.

Horas después, BBVA hacía circular una nota interna entre sus oficinas que terminaba por difundirse entre los medios de comunicación bajo el título "BBVA marca diferencias con el Banco Santander". Grosso modo, el documento venía a explicar que la entidad que preside Emilio Botín tenía que hacer esa operación por su política de compras
agresivas.

Aquel golpe cayó como un jarro de agua fría en la Ciudad Financiera del Santander aunque aún no se habían realizado las declaraciones de González en las
que aseguraba que "no necesitamos jugarnos el banco a una o dos adquisiciones para presumir de un tamaño más grande o para subir el ego".

Aunque el presidente del banco con sede en Bilbao negara que el destinatario fuera su más directo adversario,
lo cierto es que el Santander ha protagonizado este año tres compras en el extranjero -una en Estados Unidos y dos en Gran Bretaña- para crecer.

Ese mismo día en el que BBVA celebraba su día grande con la presentación de resultados, Santander rechazó valorar aquellas duras palabras, pero se dirigió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para hacer un avance de los suyos.

Mientras BBVA informaba de una disminución de su dividendo en la presentación a los medios de comunicación, Santander -que justificaba su decisión de divulgar sus cuentas para aclarar las provisiones por la estafa de Madoff- manifestaba su intención de mantener la remuneración a los accionistas.

La última disputa

Pero éste tan sólo era el penúltimo movimiento al que seguiría, por el momento, el que protagonizarían durante la presentación de resultados del Santander. Mientras Botín daba a la prensa el titular de un recorte del 15 por ciento en la retribución variable para sus consejeros ejecutivos, BBVA enviaba un comunicado a los medios para informar de que ellos congelarían el sueldo a su alta dirección, a la vez que respondían a la campaña de 4.000 millones de euros en créditos del Santander con otra que elevaba ese importe hasta los 5.500 millones de euros.

Ésta es, hasta el momento, la última batalla de una larga guerra que vienen librando desde hace años los dos altos directivos de las principales entidades con sede en España, una disputa que han trasladado incluso al terreno personal.

Reunión tensa

El pasado lunes, durante la reunión en Moncloa entre el Gobierno y los principales banqueros del país, Botín y González tuvieron que sentarse juntos, sin que apenas intercambiaran palabras mientras los repor- teros gráficos hacían su trabajo. Botín conversaba con Zapatero y González con el presidente del Popular, Ángel Ron. Nunca entre ellos.

El Banco de España asiste, entre tanto, a un espectáculo sobre el que ha comenzado a recibir diversas quejas y varias peticiones para que se convierta en garante de la paz financiera, por el bien del sector financiero.

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