
Recta final para que los operadores ferroviarios privados escenifiquen sus auténticas intenciones en la liberalización de la alta velocidad española. El 31 de octubre finaliza el plazo fijado por Adif para presentar ofertas por los tres paquetes en que el gestor que preside Isabel Pardo de Vera ha dividido la capacidad de la red. Las negociaciones cruzadas se han acelerado en estos días y lo harán aún más en los próximos con el objetivo de llegar a tiempo para consolidar los consorcios o, al menos, dejarlos perfilados. En este caso, lo previsible es que sea el líder de la alianza el que presente la puja, atendiendo a determinadas cláusulas para la posterior concreción del acuerdo. Con ello, aquellas firmas que pretenden tener participaciones minoritarias se protegerán ante la posición de fortaleza que adquiriría el grupo que presente la oferta. Hasta marzo, cuando se prevé que se firmarán los acuerdos marco con Adif, tendrán tiempo para definir los consorcios, si bien la pretensión es concretarlos antes del 15 de diciembre, fecha en la que se adjudicarán los surcos.
Las quinielas sobre las alianzas que competirán en la liberalización del sector se están multiplicando. A día de hoy, lo único seguro es que SNCF, Talgo, junto con su accionista Trilantic, e Intermodalidad del Levante (Ilsa), participarán en el proceso. Acciona, uno de los grupos que más abiertamente habían proclamado su interés, ha decidido retirarse de la carrera ante las dudas sobre la rentabilidad que le puede generar el proyecto.
Otros grupos siguen deshojando sus opciones, si bien públicamente no han manifestado su decisión de presentar ofertas. Ferrovial es una de las firmas que más intensamente trabaja en la formación de un consorcio. Tiene encaje con la alianza de Talgo y Trilantic, más algún operador internacional. Tendría que encontrar un equilibrio que le satisfaga, porque el grupo que preside Rafael del Pino habitúa a entrar en proyectos siempre y cuando lo haga con mando en plaza -véase Aena-. Sin pareja conocida continúa la italiana NTV (Italo), que tiene un elevado interés en entrar en España, y la alemana Deutsche Bahn. En la misma situación está Trenitalia, aunque al grupo público transalpino se le vincula en la candidatura de Ilsa, el vehículo creado por los accionistas de Air Nostrum que ha asegurado que presentará su candidatura el día 31 con un "socio internacional". Globalia, la firma propiedad de Juan José Hidalgo, continúa analizando sus opciones, al igual que Alsa, cuyas negociaciones se centran ahora en unirse a la gala SNCF.
La sorpresa de última hora podría llegar desde Reino Unido. Virgin ha estado analizando el proceso desde el pasado verano, tal y como adelantó este diario y confirmó la propia compañía, pero su presencia se ponía en duda hace escasas fechas en el sector. Ahora, sin embargo, su participación ha recobrado fuerza y, según ha adelantado 'La Información', estaría en negociaciones con la compañía de autobuses española Avanza. De confirmarse, el consorcio liderado por la empresa propiedad del multimillonario Richard Branson se erigiría en uno de los rivales más a tener en cuenta dada su experiencia como operador en Reino Unido y su incuestionable fortaleza financiera.
Más interesados
Hay más interesados. No en vano, 31 firmas ya poseen licencia para viajeros y 17 tienen el certificado de seguridad. Virgin, NTV o Trenitalia, por ejemplo, no la tienen, aunque según explican fuentes próximas a Adif, basta con que la hayan solicitado antes de la finalización del plazo para presentar ofertas. En las negociaciones cruzadas figuran firmas como Raxell Rail, que ha obtenido la autorización del gestor ferroviario recientemente, Interbus y Eco Rail.
Esta última sociedad es una filial de Magtel, un grupo andaluz que entre sus diversificadas actividades quiere agregar la gestión comercial del ferrocarril. Hasta ahora apenas había trascendido su nombre entre los potenciales competidores y aún no ha decidido, pero su intención es entrar en este mercado antes o después. Lo hará en este proceso o en las ventanas que se abrirán en el futuro, bien porque haya capacidad sin cubrir, bien porque se vayan sumando nuevas líneas de AVE que no se liberalizarán en primera instancia -en diciembre de 2020-.
Magtel cuenta como asesora con Magdalena Álvarez, quien fuera ministra de Fomento durante los primeros años del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La exdirigente socialista, que bajo su mandato en Fomento dividió a Renfe en dos empresas para prepararla para la liberalización, ha tenido un papel activo en los contactos con otras empresas y con la Administración, según revelan fuentes conocedoras.
Mayor aún es el protagonismo asumido por la exvicepresidenta y exministra de varias carteras, también con el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, Elena Salgado, recientemente nombrada presidenta de Motion Rail, la firma a través de la que Talgo concurrirá en la liberalización. Salgado, que además es asesora del fondo Trilantic, que también formará parte del consorcio, ha participado en primera persona en las negociaciones con otros grupos y en el diseño del plan de negocio de una de las candidaturas más potentes gracias a la condición de Talgo de fabricante de trenes.
Restan 12 días para que las empresas descubran sus auténticas intenciones. Todo apunta a que, pese a las incertidumbres, el proceso de liberalización atraerá postores suficientes para plantear una competencia real a Renfe.