
Pese a la facilidad con que la que, en ocasiones, se hacen lecturas puntuales y parciales de datos coyunturales, la realidad es que el mercado de la vivienda sigue dando muestras de buena salud. No hay burbuja, desde luego, y eso es muy positivo. Pero sí hay un crecimiento sostenible. Y eso es todavía más positivo, aunque con indicios de sobre oferta de viviendas en algunas zonas.
La última estadística del Colegio de Registradores corrobora esta afirmación. Solo en el segundo trimestre se registraron 130.088 compraventas, una cifra ligeramente más baja que la anterior, pero buena, en cualquier caso. Y lo que es más importante, en cuatro de los últimos cinco trimestres se han superado las 130.000 operaciones, algo que no ocurría desde 2008.
En cuatro de los últimos cinco trimestres se han superado las 130.000 operaciones, algo que no ocurría desde 2008
Además, conviene no quedarse en el dato trimestral y ver la evolución anual, que permite hacer un análisis más consistente sobre la verdadera evolución del mercado. En los últimos doce meses se han registrado 517.442 operaciones, el segundo mayor resultado de los últimos cuarenta y dos trimestres. Esa consolidación cobra incluso más fuerza si hablamos de vivienda nueva.
Las cifras son buenas actualmente, pero hay riesgos a corto plazo, máxime teniendo en cuenta que nos enfrentamos a un contexto de amenaza de Brexit duro, estancamiento de la economía alemana y ralentización de la economía europea. Habrá que tener en cuenta estos datos de cara a las expectativas y resultados en el corto plazo. A pesar de que las cifras son positivas, siguen muy alejadas de los máximos de antes de la crisis, lo que prueba que la promoción inmobiliaria está llevando a cabo sus proyectos con bastante prudencia.
¿Cómo evolucionará en los próximos meses? Lo que parece claro es que los tiempos de excesos quedaron atrás, aunque conviene ser cautos porque existe cierta incertidumbre sobre la situación política, la evolución económica y la aplicación de la nueva Ley Hipotecaria.
Sin duda, creo que llega el momento de ponerse creativo y reinventarse porque parece que, con la fórmula tradicional, no se van a llegar a cubrir expectativas.
Hay que innovar y hay que plantear propuestas que complementen a la venta minorista como, por ejemplo, el crowdfunding inmobiliario, impulsando la venta de viviendas de manera conjunta a micro-inversores con un objetivo de rentabilidad, proceso que se realiza a través de una plataforma on line y de una forma sencilla y transparente. O el built to rent, necesario para cubrir una demanda que no tiene acceso a la compra porque no dispone de ahorros ni de capacidad de endeudamiento, pero sí puede hacer frente a un alquiler.
En definitiva, hay que afinar las estrategias y tratar de ser innovadores en las campañas de medios para llegar a los clientes de maneras distintas a las tradicionales, sin duda una buena estrategia de social media y marketing digital, basada en una profunda investigación y una buena planificación, puede suponer la diferencia entre el éxito o el fracaso.