Empresas y finanzas

Javier Díaz (Avebiom): "Necesitamos subastas específicas de biomasa para atraer a los inversores"

Javier Díaz, presidente de Avebiom.

Avebiom lleva varios años al frente de Expobiomasa, la feria de referencia del sur de Europa que cubre toda la cadena de valor de la biomasa y que hace varias semanas colgó el cartel de completo. Su presidente, Javier Díaz, se muestra satisfecho con la evolución que está experimentando el sector en España, aunque afirma que los resultados podrían mejorar aún más si el Gobierno fuera consciente de las ventajas que aporta la biomasa y pusiera en marcha políticas de apoyo para su despliegue.

¿Qué cifras arroja el sector de la bioenergía en España?

A finales de 2018 contábamos con casi 300.000 instalaciones térmicas, entre estufas y calderas, según datos del Observatorio de la Biomasa que gestiona Avebiom. Una cifra realmente importante, cuya tendencia refleja un crecimiento sostenido por encima del 20 por ciento anual, que genera un negocio de unos 900 millones de euros y da empleo a cerca de 10.000 personas en nuestro país. En los últimos diez años, el número de instalaciones tecnológicamente avanzadas de biomasa se ha multiplicado por más de 25 en España. En cuanto a la generación eléctrica, a finales de 2018 seguía estancada, a la espera de que entren en funcionamiento las plantas de Ence, Forestalia y Greenalia, que suman más de 200 MWe, lo que significará un incremento de más del 30 por ciento sobre la potencia actual.

¿Cree que la biomasa tiene el papel que merece en cuanto a objetivos de eficiencia?

El sector de la biomasa debería ser más importante de cara a los objetivos a medio y largo plazo pero, para ello, necesitamos que los gobiernos tomen conciencia de las enormes ventajas que aporta -y de sus posibilidades tecnológicas- y pongan en marcha políticas de apoyo para que los inversores apuesten por esta tecnología, entre ellas, subastas específicas para la generación eléctrica. En cuanto a la térmica, más de lo mismo: facilitar el desarrollo de la calefacción distribuida en las ciudades y ayudar en el cambio de equipos de combustibles fósiles por los de biomasa.

¿Cree que la biomasa podría ser una de las alternativas energéticas para las zonas mineras y las centrales térmicas de carbón?

Es realmente difícil. Ya se intentó hace unos años con escaso éxito. Nosotros somos más partidarios de la generación distribuida a través de centrales de tamaño medio, que tengan cerca las distintas biomasas y, de esta forma, facilitar los aprovechamientos de esa biomasa en sus entornos de producción.

¿Qué grado de implicación está teniendo el sector en la puesta en marcha de soluciones innovadoras para un uso más eficiente de la energía?

El grado de implicación es enorme. Nuestro sector es puntero en avances tecnológicos en cuanto a rendimiento de equipos, niveles de emisiones, materiales y todo lo relacionado con el ahorro y la eficiencia energética, lo que nos ha permitido ser muy competitivos frente a los combustibles fósiles y mucho más competitivos en el mercado. En este sentido, estamos, sin duda, en un gran momento. Tecnológicamente hemos avanzado mucho, sobre todo en la combustión, llegando a rendimientos que superan el 90 por ciento y, en algunos casos, incluso el 100 por cien, como el caso de las calderas de condensación. Otro gran avance son las emisiones de partículas, un tema especialmente sensible, sobre todo en las ciudades. Las innovaciones tecnológicas han logrado resultados de gran importancia para reducir dichas emisiones, llegando a situar los niveles de emisiones muy por debajo de los requerimientos legales, lo que nos está permitiendo penetrar más en los mercados urbanos.

¿Qué papel tiene la biomasa dentro de las energías renovables?

Es evidente que el aprovechamiento energético de la biomasa lidera el avance de las renovables en todo el mundo, aunque ahora debemos seguir impulsando el uso de la biomasa tecnológicamente avanzada; es decir, la utilización de la biomasa en equipos técnicamente avanzados, con rendimientos altos y bajas emisiones, que permitirá mejorar mucho nuestra capacidad de penetración en sectores como el residencial e industrial.

Ahora que estamos en alerta roja por riesgo de incendios, ¿por qué no se toman medidas para atajar estos desastres?

Cada año se repite esta situación y nosotros seguimos machacando sobre lo mismo de siempre: hay que sacar biomasa de nuestros montes, hay que hacer muchos más aprovechamientos y, para esto, la utilización energética de la biomasa puede ayudar mucho. No es normal que nuestros montes estén produciendo cada año más de 50 millones de metros cúbicos y no se aprovechen ni 17 millones, lo que nos lleva a incrementar las existencias de biomasa muchísimo, convirtiendo los montes en verdaderas bombas que, cuando se unen condiciones de sequedad, viento y temperatura explotan, haciendo materialmente imposible atajarlos antes de que se haga más daño.

Tenemos que ser capaces, como país, de plantearnos una política forestal que mire no solo a la madera, sino que tenga en la biomasa un puntal importante para poner en valor los enormes recursos que tenemos en España y que permita, además de rebajar el riesgo de incendios, rebajar también de forma importante la importación de gas y de petróleo. Creo que los responsables políticos de España deberían ser conscientes de la importancia estratégica que tiene la biomasa para nuestro país, no solo como elemento de conservación y mejora de nuestra masa forestal, sino como verdadera alternativa a los combustibles fósiles.

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