El expresidente no podrá votar al tener el 7% del capital de forma indirecta
La oferta de Dimas Gimeno, expresidente de El Corte Inglés, para vender el 7 por ciento de su familia en el capital del grupo no ha rebajado, por ahora, la tensión que mantiene con sus primas, las hermanas Marta y Cristina Álvarez. Las hijas de Isidoro Álvarez, presidente del grupo hasta su fallecimiento en 2014, han bloqueado a Gimeno la posibilidad de votar cualquiera de los puntos del orden del día como representante de Iasa, aunque puede acudir a la junta como accionista individual.
En la junta, que se celebrará el próximo día 25 de agosto, se votarán, además de las cuentas y el informe de gestión del último ejercicio, cerrado el pasado 28 de febrero, la fusión por absorción de Bricor por parte de El Corte Inglés, la ratificación de las transmisiones de las acciones en cartera, la autorización para la adquisición de títulos propios, la aprobación de remuneración del consejo de administración y el nombramiento y cese de consejeros.
Las dos ramas de la familia tienen las acciones que heredaron de Isidoro Álvarez en una misma sociedad, Cartera de Valores Iasa, que es la que ostenta el 22 por ciento del capital. Marta Álvarez, actual presidenta de la empresa, controla junto a su hermana Cristina el 69 por ciento de la firma, quedando Gimeno, su madre, María Antonia Álvarez, y su tío, César Álvarez, en minoría, con un 31 por ciento. Las primeras tienen así de forma indirecta un 15 por ciento de las acciones del gigante de los grandes almacenes y los segundos el otro 7 por ciento.
Acciones agrupadas
El problema radica en que como las acciones están agrupadas, Iasa vota de forma conjunta y Gimeno ni siquiera puede acudir, porque las hermanas Álvarez le han quitado cualquier poder de representación de la sociedad. Esto, unido al hecho de que ha perdido todas las demandas presentadas contra las Álvarez, ha dejado al expresidente de la compañía en una posición de máxima debilidad.
Consciente, precisamente, de que tiene la batalla perdida, Gimeno ha decidido dar un paso atrás y ofrecer la venta de sus acciones con un descuento del 30 por ciento respecto al precio que pagado al inversor catarí Al Thani.
Si éste se hizo el año pasado con el 10 por ciento del capital a cambio de un préstamo participativo concedido en 2015 por 1.000 millones de euros, Gimeno está dispuesto ahora a vender el 7 por ciento por menos de 500 millones de euros, tal y como adelantó ayer elEconomista.
Frente a lo que ha ocurrido en otras ocasiones, todo indica que las hermanas Álvarez podrían estar esta vez dispuestas a hablar, con la idea de que la propia empresa comprara las acciones para autocartera y ofreciera después la posibilidad de hacerse con ellas a otros accionistas. Con ello, logarían cerrar la guerra en el accionariado, acabar con el proceso de judialización y su consecuente daño a la imagen corporativa de la compañía y lograr una mayor estabilidad.
El Corte Inglés llega a la junta de accionistas después de encadenar cinco años de crecimiento y con la mirada puesta en acelerar la reestructuración de la empresa y la reducción de su deuda, que al cierre del ejercicio se sitúa en los 3.367 millones de euros, lo que supone 3,1 veces ebitda.
El gigante de la distribución ganó en el último ejercicio un 27,7 por ciento más, por los menores gastos. Las ventas del grupo se elevaron a 15.783 millones de euros, lo que representa un 1,1 por ciento más.