
En Hamburgo, ya hay varias calles que solo se iluminan cuando los sensores instalados en las farolas detectan que se acercan peatones o bicicletas y se apagan una vez han pasado. En la ciudad noruega de Bergen, se ha instalado un sistema de recogida de residuos con el que cada ciudadano paga por la basura que genera y se le factura de forma personalizada. En la capital británica, un nuevo sistema inteligente de presión del agua ha permitido reducir las fugas hasta en un 20%. Más cerca, en Madrid, el servicio de estacionamiento regulado dentro de la M-30 también permite desde hace varios años que cada conductor pague según lo que contamine su vehículo... Son solo cuatro ejemplos de cómo la tecnología está digitalizando las ciudades. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Factoría 4.0
Un nuevo estudio de la consultora KPMG y Siemens -'Hacia la Ciudad 4.0'- calcula entre un 20 y un 60% el ahorro que para los ayuntamientos puede implicar poner en marcha este tipo de iniciativas. Entre todos los datos incluidos en este estudio también encontramos que "la edificación sostenible puede ahorrar hasta 400 euros por metro cuadrado y año". A nivel global, según datos de Frost & Sullivan, para el año 2020 el mercado potencial de inversiones en ciudades inteligentes pueda alcanzar los 1.270 millones de euros, de los que más de la mitad se repartirá entre seguridad, energía y sector público.
Pero, ¿qué entendemos por una ciudad inteligente? La Unión Internacional de Telecomunicaciones la define como "una ciudad innovadora que utiliza las tecnologías de la información y la comunicación y otros medios para mejorar la calidad de vida, la eficiencia de las operaciones, los servicios urbanos y la competitividad, asegurando que responda a las necesidades de las generaciones presentes y futuras respecto a aspectos económicos, sociales, ambientales y culturales". Bajo ese amplio paraguas, las iniciativas son muy diversas y afectan a áreas tan diversas como la gestión de la movilidad a través de sensores y cámaras de tráfico, sistemas de aparcamiento inteligente, vehículos eléctricos, autónomos y conectados... En este punto, el informe indica que para el año 2020 uno de cada vehículos será conectado. También podemos hablar de iniciativas relacionadas con el medio ambiente como el control de las luces, la colocación de paneles solares en los edificios, los contadores inteligentes de luz y agua, los sensores para medir la calidad del aire... También cita el informe plataformas de gestión integral de la ciudad, e-Administración, e-Health, sistemas de alertas a ciudadanos...
Inversión de hasta 40 millones
Según una encuesta incluida en este informe de KPMG y Siemens a los ayuntamientos españoles, más del 80% de las grandes ciudades ha invertido entre 10 y 40 millones de euros en proyectos vinculados a las smart cities. Esta cifra aumenta en aquellas ciudades de más de 200.000 habitantes, cuya inversión oscila entre los 20 y los 40 millones. "La implantación de un modelo de Ciudad 4.0 en los municipios españoles requiere una profunda reestructuración de la organización, gestión y cultura de los Ayuntamientos que garantice una mayor transversalidad y visión global de la ciudad", leemos en este informe.
En cuanto al avance de la digitalización, para el 71% de los encuestados el grado de madurez de los servicios digitales en los ayuntamientos españoles es medio, basándose en distintas categorías analizadas, como servicios electrónicos para la mejora de la economía; la energía; gestión de aguas y residuos; infraestructuras digitales o calidad de vida. El más desarrollado de todos hasta el momento es la e-administración, junto a los servicios electrónicos para la mejora económica o la calidad de vida.
En cuanto a las oportunidades que ofrece la digitalización en las ciudades, más de un 80% de los consultados considera que las principales palancas que impulsarían el desarrollo de las Ciudades 4.0 en España son "los beneficios de eficiencia y eficacia que generan, así como la mejora de la calidad de vida y de los servicios a la ciudadanía", leemos en el estudio.
Sin embargo, estos municipios también afirman encontrarse con distintas barreras a la hora de desarrollar este proceso. Entre los principales obstáculos destacan la financiación, para un 85% de los encuestados; seguido de la sostenibilidad y viabilidad de los proyectos, para un 81%; así como la reorganización de los ayuntamientos, según el 74%, y los problemas legales, para un 71%.
Reorganización de las Administraciones Públicas
Tras analizar la situación de los municipios españoles, KPMG recomienda una reorganización de las Administraciones Públicas para avanzar hacia las Ciudades 4.0. "En general, los municipios españoles se encuentran en un estado de incipiente desarrollo en este campo, por lo que es prioritario incrementar las inversiones para mejorar la dotación de inteligencia digital en las ciudades", explican.
Esto requiere un esfuerzo por parte de los ayuntamientos para realizar una adaptación de su cultura y la renovación de sus estructuras. "Se trata de una puesta estratégica por la tecnología y de impulsar un marco legal más favorable a la inversión, permitiendo plazos más largos de amortización, agrupación de servicios y contratación por objetivos, junto a modelos de compra pública innovadora", leemos en el informe. Para acometer los cambios, los ayuntamientos encuestados toman como referencia algunos modelos de smart city, tanto nacionales como internacionales. Entre las primeras se encuentran Barcelona, Santander, Madrid, Valencia y Málaga. Y entre las internacionales, destacan Copenhague, Ámsterdam o Londres.
Explica Rosa García, presidenta de Siemens España, que "para alcanzar el nivel de satisfacción que las tecnologías actuales ya ponen al alcance de nuestra mano es necesario asegurar la cooperación público-privada". Añade que, como segundo punto, hay que definir un modelo técnico y económico que garantice la viabilidad de cada iniciativa. "Hoy en día, solo tres ciudades españolas -Madrid, Barcelona y Málaga- se encuentran entre las 50 ciudades más digitalizadas del mundo. No podemos quedarnos atrás. El tren de la digitalización ha pasado por varias de las principales ciudades del mundo y no podemos dejar que pase de largo por las nuestras", concluye.