Factoria 4.0

Big Data: Un nuevo entorno que permitirá una medicina aún más a la carta

Cuando preguntaron al doctor Gregorio Marañón cuál era el instrumento más importante con el que contaba un médico, éste no se lo pensó dos veces: "La silla". Esa silla en la que se sienta el paciente y que permite al médico observar, escuchar e interrogarlo. "Con la tecnología hoy disponible, esa silla de Marañón, que siempre será importante, puede no estar en el mismo lugar en el que se encuentra el paciente", explica el doctor José Antonio Martín. Para este experto en e-salud, autor del libro La oportunidad digital de la sanidad, "los encuentros médico/paciente pueden no ser presenciales sino remotos, a través de videoconferencia o chat, por ejemplo". Más noticias en la revista gratuita elEconomista Factoría 4.0

"Pueden también ser asíncronos, mediante intercambios de mensajes por correo electrónico o por redes sociales. Puede incluso que no sean encuentros directos como tales, sino situaciones en las que un médico, o una aplicación informática, reciban datos de un paciente capturados a través de sensores corporales o diversos dispositivos conectados mediante una red de telecomunicaciones, y deban -médico o algoritmo- interpretar la información y decidir sobre un curso de acción. Todas estas formas de comunicación entre médicos y pacientes, y otras aún más sofisticadas, existen hoy y están siendo aplicadas en entornos asistenciales reales", añade Martín.

Explica este experto que la medicina remota todavía tiene tintes exóticos y que despierta recelos por unas hipotéticas deshumanización de la asistencia y menor calidad y eficacia de los servicios. Sin embargo, "en el futuro será en muchos casos una silla virtual, que permitirá al médico llegar al paciente desde lugares distantes y establecer con él nuevos tipos de conversaciones, más frecuentes que en la actualidad y que añadirán nuevos elementos para establecer el diagnóstico y el tratamiento", explica Martín.

En ese nuevo entorno, que permitirá una medicina aún más a la carta, hay un punto crítico: el tratamiento de los datos de los pacientes. La información sobre nuestra salud está catalogada en la Ley de Protección de Datos como "datos especialmente protegidos" por afectar de una forma muy especial a nuestra intimidad y a nuestros derechos fundamentales. Aparte de pertenecer a nuestra privacidad, es una información muy sensible y con consecuencias económicas: una compañía aseguradora que tuviera acceso a esos datos podría condicionar la contratación de un producto a cada historial y a las perspectivas de salud de esa persona concreta...

Entonces, ¿cómo avanzar hacia todos esos retos que proponía el doctor Martín de una sanidad digital y al mismo tiempo garantizar la confidencialidad de nuestra información? Ese es el reto al que se enfrentan los sistemas públicos de salud , así como los hospitales tanto de España como a nivel internacional.

La ayuda de las herramientas tecnológicas

Ya existen herramientas tecnológicas que se encargan de mantener a salvo los datos médicos. Las cadenas de bloques o blockchain, empleadas hasta ahora sobre todo para la encriptación de la moneda virtual Bitcoin, podría ser una de las soluciones.

El gigante de la inteligencia artificial DeepMind trabaja ya en este sistema, que permitirá conocer quién ha accedido en cada momento a cada uno de los datos. Funciona de la siguiente manera: el sistema se apoya en matemáticas criptográficas para compilar un historial y registrar cualquier movimiento que se haya producido en él. Cada vez que un dato se usa, genera un nuevo código que incluye toda la actividad anterior. Eso significa que si alguien entra en un historial para intentar borrar ese acceso, no solo no conseguirá su objetivo, sino que dejaría una nueva huella, esa segunda entrada. Las primeras pruebas de la herramienta se realizarán con hospitales con los que DeepMind ya colabora en Reino Unido, como el Hospital Royal Free de Londres.

Más allá del mundo sanitario, esta técnica de cadenas de bloques la está utilizando también el gigante del transporte Maersk para hacer un seguimiento en tiempo real de cada uno de los contenedores.

De vueltas a los hospitales, en España, la compañía Asisa ha creado la herramienta GreenCube. "Se trata de una plataforma que permite una gestión integral de historia clínica y gestión sanitaria que facilita la explotación de los datos y ayuda a la toma de todas las decisiones", explica la compañía. Instalada ya en una treintena de hospitales y centros médicos, ha obtenido varios premios internacionales. Con este software, Asisa se propone, entre otros objetivos, la posibilidad de integrar toda la información relacionada con un paciente para ser capaces de ofrecérsela de manera inmediata. Al margen de los datos, esta digitalización también busca "facilitar los procesos comerciales, entre ellos la contratación online; mejorar la satisfacción de los clientes; ampliar la información disponible para los profesionales del cuadro médico; o mejorar la capacidad de diagnóstico y tratamiento", explican.

Para el doctor Ignacio Hernández Medrano, neurólogo del Hospital Ramón y Cajal, el análisis de datos cambiará los entornos sanitarios en los próximos años. De hecho, en su opinión, "la medicina personalizada no es más que el aterrizaje del Big Data en los datos de salud. La idea es poner las tecnologías al servicio de la medicina", añade. Según este experto, "no hay nada generado por los humanos que genere más datos que la sanidad, nada", y esta situación hace de la salud digital "una gran oportunidad". Este doctor ha desarrollado una app, Medroom, que permite reutilizar la información de las historias clínicas para ayudar al médico a tomar la decisión más adecuada en cada caso.

Para Hernández Medrano, el Big Data representa "un cambio en la forma en la que el ser humano se enfrenta al conocimiento", ya que la tecnología "ve correlaciones donde la mente humana no puede verlas". "Es por ello que vamos a ver la transición hacia la medicina basada en algoritmos ya que la forma de enfrentarse a las variables de una historia clínica de una máquina es muy distinta a la humana". Todas estas herramientas en la gestión de los datos tendrá numerosas aplicaciones en medicina, como por ejemplo en el desarrollo de fármacos y la investigación en enfermedades raras; y supondrá el fin de la medicina poblacional, dando paso a la medicina personalizada. "Ya estamos en ello, lo que pasa es que hay un sesgo cognitivo: el futuro llega, pero cuando llega, lo asumimos tan rápido que parece que nunca lo hizo", advierte este neurólogo. "El genoma es la clave, es el esqueleto del Big Data en Sanidad", concluyó.

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