Consumo

Reutilizar el vestido de novia, una tendencia al alza en España

  • Con el alquiler se puede lograr un ahorro de hasta el 60%
Imagen de Istock

Según un estudio de TNS para eBay, más del 60% de los españoles utiliza plataformas para vender lo que ya no usa. El mismo informe afirma que la ropa y los accesorios es uno de los sectores preferidos para las mujeres a la hora poner en venta sus cosas (un 19%). Y es que la posibilidad de sacar un dinero extra vendiendo lo que ya no se utiliza y de comprar más barato lo que se necesita está de moda, también para el vestuario nupcial. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Consumo

El gasto medio de una boda en 2014 fue de 16.534 euros, según la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI), pudiendo llegar a ser el desembolso de 21.205 euros. Si a esto le añadimos que el presupuesto dedicado a la celebración de una boda ha descendido un 29% desde el año 2007, no es de extrañar que en el primer trimestre de 2016 se hayan puesto a la venta un 65% más de trajes de novia de segunda mano que en el mismo periodo de 2015, según Weddalia.com, portal especializado en la compra y venta de vestidos de novia: "La razón que motiva a las novias a comprar su vestido de segunda mano es la de encontrar prendas que aún están en el catálogo de las grandes firmas, pero con descuentos medios del 63%, pudiendo llegar a encontrar rebajas máximas de hasta el 96%", explica Jesús Martín, su fundador.

Y es que la tendencia al alza en la compra de vestidos de novia de segunda mano se basa en los grandes descuentos que ofrecen las vendedoras: "Las que venden su vestido pueden recuperar hasta el 75% del precio que pagaron por él, lo que les ayuda a hacer frente a la factura del banquete, a la vez que ayudan a las futuras novias a hacer realidad su sueño a un precio más asequible", añade Martín.

Segunda mano no es sinónimo de baja calidad

Según la plataforma, las provincias donde más se venden vestidos de novia de segunda mano son Madrid, con un 36% del total, seguida de Barcelona (13%), Valencia (5%), Málaga (3%) y Asturias (2%).

En el centro de la capital se encuentra El Tocador Vintage, tienda fundada en 2011, en plena crisis: "Pensamos que si los vestidos de segunda mano no se vendían es esa época, no se venderían nunca", cinco años después sigue en activo: "Hemos ido evolucionando y cada año hemos crecido". Al principio se dedicaban a vender tanto vestidos de novia como vestidos de fiesta de segunda mano, pero al final optaron por quedarse sólo con los de novia: "No es que no hubiera mercado en vestuario de fiesta, es que era más difícil obtener un margen, por lo que optamos por venderlos nuevos y dejar únicamente novia para el sector de la segunda mano ya que tienen más beneficio, permitiendo que gane la tienda y la dueña del vestido", declaran.

Los vestidos provienen en su mayoría de particulares, pero en ocasiones también lo hacen de otros comercios que han tenido que cerrar o tienen una excedencia de stock: "El principal requisito para aceptarlos es que encajen con el estilo de la tienda. Tienen que seguir un hilo vintage, con mucha caída, nada de vuelo, ni de volantes; que sean sobre todo elegantes, sobrios. El estilo es el que nos diferencia de otros, junto con el trato personalizado", afirman, a lo que añaden: "Son marcas de moda que están muy demandadas, como Yolan Cris, Jose Mª Peiró o Jesús Peiró". El régimen con el que trabajan es en depósito: "Era una buena forma de comenzar a la vez que se sigue un modelo económico".

Tres son los motivos principales que llevan a alguien a vender un vestido: ganar espacio, recuperar algo de la inversión que hicieron al comprarlo y la practicidad, ya que muchas dueñas piensan "para qué lo quiero si ya no lo voy a volver a usar o se va a pasar de moda". Desde El Tocador Vintage afirman que "cuánto más tiempo pase, es peor, porque el precio bajará. Si se vende en temporada y está dentro del catálogo, valdrá más".

Funcionalidad e inmediatez, principales ventajas

"Al contrario de lo que se pueda pensar de primeras, no es gente de nivel bajo la que recurre a este modelo únicamente, la mayoría es gente de clase media que puede comprar un vestido nuevo, pero prefiere invertir ese dinero, por ejemplo, en el viaje de novios antes que en un traje para un día", declaran desde la tienda madrileña. El perfil mayoritario que acude a este tipo de servicios son chicas de entre 25 y 45 años que cada vez buscan más la funcionalidad: "Piensan, para qué me voy a gastar ese dineral si puedo encontrar uno en las mismas condiciones, igual de precioso, por la mitad de precio".

Otra de las ventajas es la inmediatez. "Los que están son los que tenemos, porque hay uno de cada. Te pruebas el que te gusta y, si te convence, ya es tuyo. No tienes que esperar ni a la fábrica ni nada. Si lo necesitas en dos meses, lo tienes, se le hace los arreglos convenientes y ya está listo. Ya mucha gente opta por no complicarse tanto". Creen que por el momento, el uso de un vestido de segunda mano es una tendencia al alza. "Antes llevar un vestido usado estaba muy mal visto -la segunda mano en general- pero parece que ahora la gente ya lo va viendo mejor, es algo que está de moda. No sabemos si la tendencia continuará, pero siempre habrá gente que quiera economizar".

Ahora la tienda se encuentra en plena temporada para las invitadas y de arreglos para los que ya están pedidos, ya que de octubre a febrero es la temporada estrella para la venta de vestidos, y las novias que se casan en primavera-verano empiezan a mirar sobre esas fechas, además de estar recopilando material para la próxima. "Nuestras mejores herramientas de promoción son las redes sociales y el boca a boca, la mayoría de clientes viene porque alguien cercano ya ha comprado aquí o incluso repiten los que en su día compraron novia y ahora vuelven a por fiesta", afirman desde la firma.

Alquilar el vestido

Otra opción para aquellas novias que piensen que no merece la pena hacer un desembolso tan grande para un día es la del alquiler del vestido: "En Japón el porcentaje de novias que prefieren alquilar su vestido en vez de comprarlo, ronda el 90%. Las novias buscan ahorrar al máximo en su gran día, pero eso no quiere decir que dejen de lado la calidad", declara Olga Frades, directora de Innovias, empresa especializada en el alquiler de vestuario nupcial.

"En los últimos años, impulsado por la crisis económica que se viene sufriendo, hemos acudido a una proliferación de oferta de vestidos de novia económicos de una calidad y corte no acordes a la importancia de este gran día. Todo ello a unos precios asequibles que seducen a la novia y que están inundando el mercado", afirma Frades, a lo que añade: "La calidad tiene un precio y un buen vestido de novia es el resultado de un importante trabajo artesano. En Innovias se puede conseguir una prenda que cumpla estas características por el precio al que se están vendiendo otros de mala calidad. ¿La razón de que el precio sea bajo? Únicamente que es de alquiler".

En cuanto al futuro, desde la compañía auguran que "estamos seguros de que la opción de alquilar un vestido de novia de alta calidad se acabará imponiendo, por la practicidad del concepto y el ahorro que supone. Las nuevas generaciones, que ahora son ellas las que asumen el gasto de su propio vestido frente a épocas anteriores en las que eran los padres los que se encargaban, exigen calidad pero a un precio competitivo y el alquiler les permite lograrlo".

Novia 'low cost'

Parece que la funcionalidad se está imponiendo a la tradición. Para quien quiera conservar el vestido y estrenarlo, existe una opción que lo hace posible a precios económicos. La firma Vertize Gala ha decidido apostar fuerte por esta línea empresarial a través de Factory Vertize Gala, tiendas donde los clientes pueden encontrar prendas de la temporada anterior con descuentos de hasta el 80%: "En la actualidad, trabajamos vestuario y todo tipo de complementos potenciando con especial relevancia la talla grande y las líneas low cost, una política de precios ajustados que nos permite abaratar costes", declaran desde la firma, "lo que se traduce en comprar alta costura en moda de ceremonia, fiesta y complementos ajustada al bolsillo de los clientes".

La marca, en activo desde 2003, ha decidido lanzar tres colecciones nuevas basándose en las necesidades de los clientes: "Después de haber hablado con miles de novias y sus familias, hemos comprobado que la oferta actual no encajaba en todas las opciones que demandan las novias". Se trata de la línea Privée, que no excede los mil euros; y la Atelier y Couture, propuestas low cost formadas por prendas que parten desde los 200 euros: "En apenas dos meses, el 70% de los modelos ya estaban reservados".

En la temporada 2015, más de 5.000 novias fueron vestidas por ellos. Siguiendo esta máxima, precios ajustados cuidando la calidad del producto y del servicio al público, la firma está inmersa en su expansión para los próximos cinco años, en los que prevé duplicar sus tiendas en la geografía española, pasando de 11 a 20.

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