Consumo

El negocio de enlatar alimentos originales

Superado ya el debate sobre lo sano o no, lo recomendable o no de los alimentos enlatados, al final todo depende del cuidadado y de los tiempos que se manejen en el proceso de elaboración de los mismos y, sobre todo, de la calidad de los productos, la industria de las latas de conservas va viento en popa. Eso sí, cada actor debe buscar su nicho de negocio, algo que tienen muy claro las empresas dedicadas a comercializar alimentos extraños: escorpiones, gusanos, hongos, serpiente, cocodrilo, sesos...

Igual que no es lo mismo un jamón 'sin pedigrí' que otro de pata negra, en el mundo de las latas de conservas, todo un clásico de las fechas festivas venideras, también hay clases y clases. No es lo mismo unas anchoas de Santoña de una prestigiosa marca española como -por ejemplo- Arlequín, a las de marca blanca que podemos encontrar en un supermercado de precios bajos. Pero si bien hay empresas que han encontrado en la calidad de sus productos el nicho de negocio dentro del mundo conservero, otras lo hallaron -dentro del mismo sector- en la originalidad de lo que enlatan, siendo la británica Edible uno de los ejemplos más destacables.

Desde que en 1809 el francés Nicolas Appert inventara la comida enlatada mucho se ha avanzado y hoy en día casi cualquier alimento es susceptible de ser comercializado de esta manera -hay hasta hamburguesas con queso y con su pan en este formato-. Repasamos los artículos alimenticios más extraños que pueden encontrarse enlatados.

Teniendo en cuenta que lo raro va por barrios y es algo netamente cultural, al consumidor español le impactará conocer que existen conservas de escorpiones, serpiente, gusanos de seda, lengua de cordero, hongo de maíz o sesos de cerdo... y negocio en torno a ellos.

¿Qué cara se nos pondría si en el menguante universo de las cestas de alimentos que las empresas regalan por Navidad a sus empleados apareciera alguno de estos productos?

Los escorpiones se consumen con normalidad en Tailandia, donde son comunes hasta los bocadillos con esta manjar como mezcla. En lata se pueden adquirir asados y con sabor barbacoa, pero también con un baño de chocolate.

Las larvas de gusano de seda son aperitivos cargados de proteínas muy populares en Corea. Se envasan en distintas salsas y cuestan poco.

La lengua de cordero es un alimento habitual en Australia. Rica en hierro, multinacionales como Heinz las vende en latas con salsas de distintos sabores.

El aspecto cuasi repugnante del huatlicoche, hongo comestible del maíz, contrasta con lo delicioso de su sabor. En México se le considera un auténtico manjar divino y es ingrediente habitual en los populares tacos.

En Estados Unidos, las latas de sesos de cerdo y las de sepiente de cascabel ahumada no son difíciles de encontrar. Las primeras, más propias de los estados del sur contienen sesos como alimento principal de comidas preparadas. Las segundas, son más propias del norte del país.

Un estofado de carne de cococrilo también puede adquirirse en lata. Este alimento no es extraño ni en Asia ni en Australia ni, incluso, en Estados Unidos. Por unos 15 euros, uno puede darse el gusto.

El armadillo o los grillos al curry son otras ofertas alimenticias que quedan a nuestro alcance con sólo abrir una lata.

Las ancas de rana, los caracoles o el paté de reno son otros productos que, si bien no suenan tan extraños al consumidor español, no podían faltar en una relación de alimentos originales enlatados que se precie.

En la variedad está el gusto y también las oportunidades.

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