
La lucha contra el cambio climático es ya una prioridad plenamente asumida por la mayoría de los actores sociales, políticos y económicos. En este último caso, las organizaciones privadas, concienciadas de la importancia de unir esfuerzos en este desafío, trabajan para construir un modelo económico sostenible.
Así lo entiende también CaixaBank y, por este motivo, recientemente la organización internacional sin ánimo de lucro CDP -que evalúa las acciones en esta línea de miles de compañías- ha reconocido la labor de la entidad financiera para reducir emisiones de CO2 y mitigar los riesgos del cambio climático. CDP ha incluido, por cuarto año consecutivo, a CaixaBank en su índice Climate A list, consolidando así al banco español como una de las empresas líderes a nivel mundial en prevención y mitigación del cambio climático.
A este reconocimiento se une también el otorgado recientemente por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), por el cual CaixaBank ha recibido el sello Calculo + Reduzco + Compenso del Registro de Huella de Carbono. Así, la entidad financiera se convierte en la primera de su sector en lograr este sello, que distingue a aquellas empresas que efectúan un control de sus emisiones de CO2 y disponen de medidas para computarlas, disminuirlas y compensarlas.
No obstante, estos dos reconocimientos sólo constituyen los últimos hitos en materia medioambiental de CaixaBank, ya que desde hace más de una década, la entidad considera los riesgos y oportunidades vinculados al cambio climático como punto prioritario de su estrategia de negocio. De hecho, cuenta con un Plan Ambiental trianual -en concreto, de 2016 a 2018-, que incluye tanto calcular, reducir y compensar su huella de carbono como emprender iniciativas de consumo de energías renovables. Como retos principales, CaixaBank se ha propuesto alcanzar para 2018 la neutralidad en carbono -es decir, compensar el total de emisiones calculadas del conjunto de su actividad- y que el cien por cien de consumo eléctrico proceda de energías alternativas. En este sentido, la entidad financiera ya ha logrado que el cien por cien de la energía eléctrica que se consume en sus servicios centrales, así como el 99,01% de la que precisan todos sus edificios y oficinas, provenga de fuentes de energía renovables.
Precisamente con el firme propósito de llevar a cabo su plan Carbon Neutral, CaixaBank ha emprendido distintas medidas e iniciativas, tales como reemplazar los rótulos e iluminación de sus oficinas durante las 24 horas del día por otros con ledes, que permiten reducir el consumo de energía; o implantar ordenadores personales inteligentes para los gestores de negocio, que pueden reducir el consumo energético hasta un 25% respecto de los ordenadores convencionales.
En esta misma línea, CaixaBank ha reducido el consumo de papel en favor del soporte digital; de hecho, durante el pasado año 2016, el consumo de papel por trabajador se redujo un 11% con respecto al periodo anterior. Además, el 99% del papel que se utiliza es reciclado y el resto está certificado por la organización Forest Stewardship Council (FSC) y la Ecoetiqueta Europea, que garantiza su procedencia de bosques gestionados de manera sostenible.
Otra de estas iniciativas ejecutadas por CaixaBank ha sido la colaboración con una planta de cogeneración de biomasa en Viñales (Chile), con el objetivo de compensar 22.949 toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera derivadas de su actividad durante 2016. Dicha instalación contribuye al crecimiento sostenible del país latinoamericano al suministrar electricidad verde a partir de biomasa -materia orgánica, animal o vegetal, incluyendo residuos y desechos orgánicos-. Además de esta acción, la entidad financiera ha compensado otras 15 toneladas de dióxido de carbono a través del apoyo a un proyecto de reforestación de terreno improductivo en Burgos, en el municipio Santa María del Campo. Ello permite reducir el riesgo de desertificación en la zona y aumentar la biodiversidad.
Innovación y economía circular
Ofrecer una financiación alternativa a la actual, basada en proyectos desarrollados de forma sostenible, es otro de los principales objetivos de CaixaBank en materia medioambiental. Por ello, trabaja para optimizar el vínculo entre rentabilidad y riesgo y, en consecuencia, procura mitigar en la medida de sus posibilidades todos aquellos factores que pueden suponer un peligro para el medio natural o para la comunidad.
Del mismo modo, la entidad bancaria, presidida por Jordi Gual Solé, fomenta la inversión en iniciativas que tengan como propósito mejorar la eficiencia de los recursos naturales, reducir el impacto medioambiental, dar una respuesta favorable ante el cambio climático o contribuir con el desarrollo de su actividad a la transición hacia una economía baja en carbono.
En este marco, CaixaBank -a través de su banco social MicroBank- ha establecido distintas líneas de actuación. En primer lugar, destaca la oferta específica de "ecoPréstamos" -dirigidos a financiar la adquisición de vehículos respetuosos con el entorno y electrodomésticos eficientes, de clase energética A- y "ecoMicrocréditos" -enfocados a financiar a compañías pequeñas relacionadas con sectores como agricultora ecológica, eco-turismo, producción y distribución de productos reciclados o ecológicos, reciclaje y tratamiento de residuos, eficiencia energética o energías renovables-.
Por su parte, en cuanto a los bonos verdes -es decir, valores de deuda emitidos por instituciones públicas o privadas para financiar proyectos sostenibles-, CaixaBank es firmante de los Principios de los Bonos Verdes (GBP, por sus siglas en inglés) desde 2015. Además, el año pasado participó como joint-bookrunner -entidad colocadora- en la emisión de dos bonos verdes con un importe superior a los 1.400 millones de euros, dirigidos a proyectos con impacto ambiental o climático positivo.
En esta misma línea, la entidad se guía por los Principios de Ecuador en sus operaciones financieras desde hace más de una década, lo que implica que antes de aprobar operaciones de financiación de importes elevados, se requiera un análisis positivo, que tenga en cuenta tanto factores sociales como ambientales. De este modo, todos aquellos proyectos que van en contra de los valores corporativos de CaixaBank o cuya ejecución implica riesgos elevados e irreversibles en el medio natural son rechazados.
Lo anterior es una muestra del compromiso de la empresa con la conservación del medio ambiente y la defensa de la sostenibilidad, reflejada en el hecho de que CaixaBank cumpla los más altos estándares ambientales. De hecho, se trata de una premisa que intenta transmitir y promover entre sus empleados, sus clientes y sociedad en general.