Agua y medioambiente

Repsol diseña soluciones contra el cambio climático

Conscientes de que la energía es necesaria para realizar cualquier actividad de la vida diaria, Repsol apuesta por utilizarla de la manera más eficiente y responsable posible. Su planteamiento tiene dos derivadas principales: por una parte, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI); por otra, el desarrollo de soluciones energéticas para evolucionar hacia un futuro de bajas emisiones. Los frutos son palpables: entre 2006 y el tercer trimestre de 2017, la empresa redujo sus emisiones en 4,5 millones de toneladas de CO2.

En primer lugar, Repsol enmarca diversas acciones en la que denomina su estrategia de carbono, centrada en cuatro pilares: seguir mejorando la eficiencia de sus operaciones; dar un mayor protagonismo al gas en el mix energético; potenciar la innovación tecnológica para profundizar en la captura, uso y almacenamiento del carbono (CCUS), y hacer un seguimiento de las últimas técnicas en el campo de la energía renovable, sobre todo en el transporte y la movilidad.

Además, Repsol se convirtió el pasado 9 de mayo en la primera companía del sector de hidrocarburos en emitir un bono verde certificado: un bono de renta fija cuya recaudación va a proyectos de reducción de emisiones de CO2 y eficiencia energética. Así, financiará más de 300 iniciativas en actividades de refino y quimica en España y Portugal.

Menos emisiones

Repsol lleva años impulsando objetivos y planes para reducir la intensidad energética y de carbono en sus operaciones. Su Plan de Energía y Carbono actual fija un objetivo de reducción de emisiones de 1,9 millones de toneladas para el periodo 2014-2020. A cierre del tercer trimestre de este año, ya se han reducido las emisiones en 1,4 millones de toneladas de CO2, con una inversión superior a los 350 millones de euros.

Cada año se ponen en marcha 150 acciones en el terreno de la eficiencia, como proyectos de integración energética de unidades, optimización de los consumos de vapor, modificaciones en hornos y calderas de proceso, instalación de motores de velocidad variable y equipos dinámicos más eficientes, y mejoras de aislamiento. Además, las medidas emprendidas en los últimos años por Repsol han logrado reducir 372.000 toneladas de CO2 al año en la quema del gas en antorcha.

El complejo industrial de Cartagena es un buen ejemplo de eficiencia energética: en 2016 redujo sus emisiones en 11.000 toneladas de dióxido de carbono gracias a la modificación de los precalentadores de aire de los hornos de las unidades de Cóquer y Vacío.

Foco en el gas

Otro de los pilares de la estrategia de carbono es el fomento del gas en el mix energético; lo considera la solución más eficiente para promover una transición estructurada a un futuro de bajas emisiones. De hecho, las emisiones de CO2 por unidad energéticas asociadas al gas natural suponen aproximadamente la mitad de las asociadas al carbón.

Así, el portafolio de Upstream de Repsol evoluciona hacia un mayor porcentaje de gas frente al petróleo: alrededor del 65% de su producción y del 75% de sus reservas son de gas.

En paralelo, la compañía trabaja en técnicas innovadoras, como la tecnología CCUS. Esta línea emerge como la más plausible para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París -alcanzado en diciembre de 2015-, al ser la única capaz de reducir sustancialmente las emisiones de GEI procedentes de combustibles fósiles.

Sin perjuicio de lo anterior, Repsol sigue de cerca los nuevos desarrollos en energías renovables, que, según considera, tendrán un papel destacado en el mix cuando sean más competitivas. La compañía investiga y produce biocombustibles, e invierte en movilidad sostenible.

Movilidad verde

Repsol trabaja en el desarrollo de energías alternativas en el transporte. En concreto, apuesta por el AutoGas o GLP (gas licuado del petróleo) de automoción. Se trata de un carburante, mezcla de propano y butano, muy respetuoso con el entorno: contribuye a la mejora de la calidad del aire por sus bajas emisiones de partículas, óxidos de nitrógeno (NOx) y CO2.

España cuenta con unos 50.000 vehículos matriculados. Repsol lidera la comercialización y distribución de AutoGas en el mercado español, con más de 370 puntos de suministro en estaciones de servicio de la península y Baleares. A ellos se suman las de otros operadores, hasta alcanzar más de 500.

Repsol también participa en otras iniciativas ligadas a la movilidad eléctrica: IBIL, primer gestor de carga de vehículos eléctricos de España, que cuenta con 859 puntos de recarga operativos y que permite a la compañía trabajar en el suministro de energía para este tipo de vehículos; y Scutum, dedicada al diseño, producción y venta de plataformas eléctricas y sistemas de extracción de baterías para motos eléctricas.

Alianza global

Repsol forma parte de la Oil and Gas Climate Initiative (OGCI), una organización integrada por 10 de las mayores empresas del sector -representan una quinta parte de la producción mundial de petróleo y gas- para compartir prácticas y tecnologías contra el calentamiento global.

En los últimos 10 años, las empresas miembros han reducido sus emisiones alrededor de un 20% en promedio. En la próxima década, la OGCI quiere lograr una reducción conjunta de sus emisiones de una gigatonelada. Para ello, ha creado un fondo dotado con 1.000 millones de dólares e identificado tres objetivos claves: acelerar el despliegue de la CCUS; reducir las emisiones de metano de la industria del petróleo y el gas a nivel global, con el fin de maximizar los beneficios climáticos del gas natural, y elevar la eficiencia energética en el transporte y en la cadena de valor del petróleo y el gas.

El pasado 27 de octubre, la OCGI anunció sus tres primeras inversiones. La primera se refiere a Solidia Technologies, una empresa de EEUU que ha patentado una tecnología para elaborar cemento con menos emisiones: al emplear CO2 en vez de agua para fabricar hormigón puede ahorrar hasta un 70% de emisiones y un 80 por ciento en el consumo de agua.

La empresa Achates Power, por su parte, desarrolla motores de combustión interna de alto rendimiento que podrían disminuir sustancialmente las emisiones de GEI.

El tercer proyecto, Clean Gas Project, tiene por objetivo el diseño del proyecto de una central de gas natural con captura y almacenamiento de carbono a gran escala, incluyendo la capacidad de captar CO2 industrial. La OCGI trabajará con el equipo para lograr un proyecto comercial viable, con un diseño sencillo, que pueda obtener apoyo gubernamental y fondos privados.

El gas natural es la gran apuesta de la OGCI para "conducir la transición energética hacia un futuro con menos emisiones". En concreto, se ha propuesto reducir casi totalmente las emisiones de metano en la cadena de valor del gas. Para ello colabora con el Programa de la ONU para el Medio Ambiente y el Fondo para la Defensa del Medio Ambiente (EDF, por sus siglas en inglés), para dar apoyo financiero y tecnológico al primer estudio sobre niveles globales de metano fuera de EEUU.

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