
España es un país que se enorgullece de sus zonas rurales y agricultores y ganaderos. Desde su adhesión a la UE, España se ha beneficiado en gran medida de la Política Agraria Común (PAC), que rige la agricultura y el desarrollo rural en toda Europa.
Hoy en día, España tiene una industria agroalimentaria sumamente dinámica, constituyendo uno de los principales sectores económicos del país en términos de empleo, facturación y exportaciones.Para seguir impulsando este éxito, la PAC proporcionará a los agricultores españoles 34.500 millones de euros en pagos directos de 2014 a 2020.Y en el mismo período, España asignará aproximadamente 8.300 millones de euros de fondos de la UE para medidas que beneficien a sus zonas rurales.
El Gobierno español ha decidido administrarlo a través de 18 programas de desarrollo rural: un programa nacional y 17 programas regionales -uno por Comunidad Autónoma-. Esta importante financiación desarrollará áreas rurales, mejorará infraestructuras, promoverá la producción agrícola y desarrollará negocios locales.
España está incorporando las prioridades políticas clave definidas a nivel europeo en sus programas nacionales y regionales de una manera inteligente y estratégica. Esto ha tenido un impacto positivo en la economía rural en su conjunto. Desde los peores momentos de la crisis económica, las exportaciones españolas de alimentos han experimentado años consecutivos de crecimiento, ampliando el sector en un 60 por ciento. Los productores españoles de alimentos vendieron más de 25.400 millones de euros de alimentos y bebidas en el extranjero en 2015, de los cuales casi el 70 por ciento, aproximadamente 17.500 millones de euros, fueron a otros países de la UE.
Esto demuestra el valor duradero de un mercado único europeo fuerte. Pero también es un momento de grandes desafíos para nuestro sector agroalimentario y nuestras zonas rurales. Los agricultores han experimentado varios años de profundas dificultades en materia de precios como resultado de factores externos negativos como la prohibición rusa sobre los productos europeos y la desaceleración de la demanda china. La Comisión reaccionó rápidamente proporcionando un fuerte apoyo a los agricultores de toda la UE. En España, los agricultores reciben desde el año 2015 un apoyo excepcional de 90,5 millones de euros para los productores de lácteos, de porcino y de frutas y hortalizas.
Más allá de las dificultades del mercado, hay desafíos más amplios. La despoblación rural continúa a un ritmo alarmante, ya que los jóvenes buscan nuevas oportunidades en las zonas urbanas. Y la PAC, como todas las políticas europeas, ha entrado en un período de incertidumbre tras la decisión del Reino Unido de abandonar la UE. Sin embargo, la PAC es una política fuerte y dinámica, que evoluciona y se adapta a los retos actuales. Y creo que esta era no es una excepción: la PAC se transformará una vez más para ofrecer el mejor apoyo posible a los agricultores, las empresas agrícolas y las familias rurales. Por esta razón, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, anunció en diciembre que este año 2017 será un año importante para modernizar y simplificar la política.
La PAC es una política cada vez más orientada al mercado y, como tal, está sujeta a las condiciones de mercado que, como hemos visto en los últimos años, no siempre son favorables. Por lo tanto, es esencial que mientras la Política Agraria Común continúe apoyando a los agricultores y asegurando una red básica de seguridad en sus ingresos, también les proporcione los instrumentos necesarios para hacer frente a la volatilidad del mercado y las fluctuaciones de precios. La Política Agraria Común debe proporcionar un apoyo más eficaz dirigido a los agricultores para ayudar a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y cumplir los ambiciosos objetivos internacionales de la UE sobre el clima. Y tenemos que mantener el sector atractivo para la próxima generación de jóvenes agricultores innovadores.
Sin embargo, nada de esto puede suceder a menos que la PAC se financie adecuadamente y presiones como Brexit y el desafío de la migración están sometiendo a una presión sin precedentes al presupuesto europeo. Por lo tanto, es imperativo que los políticos, los actores agroalimentarios y las comunidades rurales alcen la voz y recuerden a sus gobiernos nacionales el claro valor que la política aporta a todos los ciudadanos. Una PAC bien financiada seguirá generando beneficios para todos los ciudadanos de Europa. Más información en la revista elEconomistaAgro.
Para comprender lo que quieren los ciudadanos en términos de seguridad alimentaria y zonas rurales, la Comisión ha lanzado recientemente una consulta pública sobre el futuro de la PAC. Esta consulta está abierta hasta el 2 de mayo, y animo a todos los agricultores españoles, así como a los ciudadanos rurales y urbanos, a hacer oír su voz. Ya hemos recibido más de 13.500 respuestas procedentes de toda Europa, lo que es muy alentador, aunque menos del 3 por ciento de ellas proviene de España. La consulta pública servirá de base para una Comunicación sobre el futuro de la PAC, que se publicará a finales de este año y delineará una serie de opciones políticas. Por favor, haga click aquí para asegurarse de que las opiniones españolas están bien representadas en esta importante discusión europea.
PHIL HOGAN
Comisario Europeo de Agricultura y Desarrollo Rural