
La división de neumáticos tiene peso específico en la fábrica de fábricas que tiene el gigante industrial asentado desde hace medio siglo en la ciudad del Pisuerga, Michelin. La planta de Agrícola ocupa 22.000 metros cuadrados y en ella trabajan 450 personas en un complejo industrial con una superficie total de 750.000 metros cuadrados -145.000 construidos- y a la que acuden diariamente 1.700 trabajadores. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Agro
La planta de Michelin en Valladolid, además de la elaboración de mezclas, fabrica neumáticos para turismo, agrícola y renovado. La producción el pasado año fue de 171.000 toneladas de mezclas, 236.000 toneladas de agrícola, 470.000 toneladas de turismo y 231.800 unidades de renovado. En Agrícola, la producción diaria es de 300 neumáticos para tractores, cosechadoras y remolques.
Las instalaciones vallisoletanas comparten la fabricación de neumáticos agrícolas dentro del Grupo Michelín con sus hermanas de Francia, Polonia, Estados Unidos y Brasil. Sin embargo, no es una más, ya que siempre "asumimos los retos más difíciles, los neumáticos más grandes o los tecnológicamente más avanzados", asegura Imbert. Como botón de muestra, la fabricación en exclusiva mundial del AxiobivIF900/65R46, que con 2,262 metros de diámetro está considerado el neumático más grande del mundo.
También, junto a la francesa, produce cubiertas con el sistema Ultraflex, una tecnología desarrollada por Michelin que permite mantener la presión de la rueda aunque varíe la carga o la velocidad, lo que evita la compactación de terreno y favorece al cultivo.
Esta tecnología sólo se desarrolla actualmente también en Francia, aunque para dimensiones medianas y pequeñas. En grandes dimensiones, la exclusiva es de la planta vallisoletana.
La calidad es el motor que ha convertido esta planta en un referente en el grupo de automoción. Los controles de calidad a lo largo de toda la cadena son constantes, como pudimos apreciar durante la visita que un grupo de periodistas realizó a las instalaciones coincidiendo con la celebración en Valladolid de la Jornada Internacional de Agricultura de Conservación, donde la marca estuvo presente con sus neumáticos de baja presión.
Denis Imbert explica que "ninguna cubierta sale sin verificar". Al final de la cadena de fabricación, tiene lugar una exhaustiva revisión manual neumático a neumático, anticipo de nuevas pruebas, esta vez con láser, para asegurarse de la homogenidad del grosor en todo el neumático. Pocos metros más allá, aquellos neumáticos que no han pasado la prueba esperan en un recinto cerrado a su inminente destrucción. En algunos casos, la causa son fallos que han dañado a la estructura, pero en otros son pequeños defectos estéticos. Pero no hay clemencia pese a que el valor de lo que va a ser destruido se eleva por encima de los 100.000 euros.
La formación permanente es otro de los pilares de la planta. El pasado año asistieron a cursos 90 personas, casi la cuarta parte de la plantilla de Agrícola. Michelin cuida también de la sostenibilidad medioambiental. Ha reducido un 45% sus emisiones de CO2 y un 27% la de compuestos orgánicos volátiles, gracias a una gigantesca instalación de energía fotovoltaica.