
El campo vuelve a tener crédito. A diferencia de lo que ocurre en el resto de las actividades productivas, la financiación del sector agrario vuelve a crecer tras la crisis y encadena ya seis trimestres al alza.
El cambio de tendencia comenzó en 2015, año en el que el crédito al sector agrario volvió a crecer por primera vez desde 2008 y la situación se ha consolidado en los seis primeros meses de 2016.
El máximo endeudamiento del sector agrario, sin incluir la pesca, se alcanzó en el tercer trimestre de 2008, con 23.936 millones de euros, para ir cayendo hasta 2014, año en el que se situó en 16.118 millones de euros. A partir de entonces, ha registrado una senda alcista que en el último trimestre de este año, según datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), ha supuesto un incremento del 1,8 por ciento, frente al descenso de la financiación del conjunto de actividades económicas del 0,4.
El binomio inversión-financiación vive una recuperación no sólo en el sector agrario, sino que se extiende a la industria agroalimentaria, que crece desde finales de 2014, aunque de forma más irregular. En el segundo trimestre de este año se ha anotado un crecimiento del 0,4 por ciento.
A finales de junio, el nivel de endeudamiento del sector agrario se situó en 17.735 millones, cifra que equivale al 80,4 por ciento de la Renta Agraria Anual, mientras que el de la industria agroalimentaria ascendió a 19.961 millones, el 71,3 por ciento de su VAB, porcentaje similar al del resto de actividades productivas.
Junto a esto, la tasa de créditos dudosos ha ido reduciéndose paulatinamente durante este periodo para situarse en el 9,12 por ciento, manteniendo así el tradicional diferencial con el resto de las actividades productivas, que se eleva al 13,99 por ciento.
Para el subsecretario del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Jaime Haddad, es muy relevante a la hora de explicar el incremento de la financiación "la mejora en los datos de morosidad cuyo valor durante los años de crisis siempre estuvo en niveles claramente inferiores a los del conjunto de la actividad económica española".
El responsable ministerial también considera fundamental "el incremento de la actividad exportadora del sector". Como indicador destaca "el peso creciente que han adquirido las líneas de mediación orientadas a la exportación del Instituto de Crédito Oficial, que en 2015 supusieron un 44 por ciento del total de los créditos ICO concedidos al sector agroalimentario".
El director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, Roberto García Torrente, reconoce la reactivación del sector agroalimentario en su conjunto -tanto sector productor, como industria-, aunque advierte, sin embargo, que no está siendo generalizado en todos los subsectores y algunos están siendo más dinámicos que otros, como el hortofrutícola o el porcino; "siempre llegamos a los mismos, a los que tienen una mayor capacidad de exportación y que gracias al buen comportamiento que están teniendo las ventas en el exterior se están animando también a abordar nuevos proyectos de inversión", resalta.
El tirón del comercio exterior
De hecho, una de las líneas en las que su entidad está creciendo de "forma notable" es la financiación del comercio exterior. "Ahora se está derivando una mayor parte de las ventas a la exportación. Antes, el esfuerzo por desfase que podía haber entre venta y cobro se hacía con recursos propios y ahora lo están financiando, también porque muchas de esas exportaciones se están realizando a países más lejanos, como Asia o Estados Unidos", afirma.
Las ventas al exterior están incrementando las peticiones de financiación por partida doble. ?Las empresas que tienen sus ojos puestos en la exportación para incrementar sus ventas también tienen motivos para invertir y así conseguir mejorar su eficiencia, además de reducir costes. Y todo ello pese a puntuales problemas o mini-crisis, como podría ser el veto ruso?, explica el director de Negocio Agrario de Banco Sabadell, José Antonio Morante. Desde diciembre del pasado año hasta agosto, la entidad ha incrementado el crédito un 17,4 por ciento al sector Agrario -sin incluir la industria agroalimentaria-, fundamentalmente a la agricultura, que se lleva un 70 por ciento, frente al 30 por ciento de la ganadería.
García Torrente señala también entre las causas de este incremento de las peticiones de crédito -ahora cuando el sector agrario no ha sufrido la crisis como otro- que "había una capacidad productiva sobredimensionada y en los años de crisis se iban ajustando las producciones, pero con las instalaciones que había. Pero como se siguen incrementando las ventas y las exportaciones, se han tenido que abordar nuevos proyectos de inversión". A ello añade que antes se invertía menos "por el temor de que la crisis fuese más duradera y afectase en mayor medida al sector agroalimentario. Había una actitud de prudencia".
La percepción de las entidades de crédito del sector agrario como un ámbito de negocio de oportunidad es "también muy importante" en el cambio de tendencia en la financiación, señala Jaime Haddad, quien añade que "no conviene olvidar la fortaleza que proporcionan a todo el sistema las ayudas de la PAC como garantía para el acceso al crédito de agricultores y ganaderos".
Tipos históricos
Y es que son muchas las entidades financieras que han empezado a poner sus ojos en el agro. "Tradicionalmente le prestábamos servicio tanto las cajas rurales como las cajas de ahorro y la gran banca. Durante los últimos tres- cuatro años, estamos observando que los bancos están prestando al sector una atención muy especial, incluso con la creación de equipos especializados. Hay una gran oferta de financiación y en unas condiciones que históricamente son las más bajas. Ahora mismo hay una sobreoferta para el sector agroalimentario", explica García Torrente, de Cajamar. Aunque varían mucho en función del tipo de proyectos, hablamos de tipos que están entre el 1 y el 2 por ciento de interés.
A esto se ha unido el apoyo que desde la Administración se ha dado al sector a través de líneas ICO y la exención del coste de los avales.
Todo ello ha hecho que "el coste financiero de las operaciones, en absoluto, sean un impedimento hoy día para frenar una inversión. Hay accesibilidad al crédito y una oferta de productos financieros especializados para dar respuesta a todo tipo de inversiones", explica José Antonio Morante, del Sabadell.
La senda del crecimiento parece continuar. EspañaDuero, una de las entidades tradicionalmente más vinculadas al sector agrario, reconoce que hay más demanda. De hecho, ha incrementado el crédito en septiembre un 11 por ciento, fundamentalmente para circulante -anticipos de la PAC y cuentas de crédito-, aunque también para adquisición de fincas rústicas y otras inversiones.